PABLO HASEL Y LOS PRESOS POLÍTICOS
EN EL ESTADO ESPAÑOL
POR GERMAN GORRAIZ LÓPEZ
Para entender la sentencia contra los jóvenes de Altsasu, los líderes catalanes encarcelados y Pablo Hasel habría que recurrir a la Doctrina Aznar que tendría objetivo último ”criminalizar a grupos y entidades díscolos y refractarios al mensaje del establishment dominante del Estado español”.
El establishment
del Estado español estaría formado por las élites
financiera-empresarial,política, judicial, militar, jerarquía católica,universitaria
y mass media del Estado español,herederos naturales del legado del General
Franco que habrían fagocitado todas las esferas de decisión (según se desprende
de la lectura del libro “Oligarquía financiera y poder político en España” escrito
por el ex-banquero Manuel Puerto Ducet). Dichos lobbys de presión estarían
interconectadas mediante “una alianza inquieta basada en su comunidad de
intereses económicos y amalgamada por la defensa a ultranza del Régimen del 78
y de la unidad indisoluble de España”, aunque tan sólo serian satélites
orbitando en la esfera de gravedad del Opus Dei, élite Alfa que habría
fagocitado todas las sub-élites del establishment y habría convertido al Estado
español en una distopía de naturaleza real (no ficticia). Asimismo se habría
producido una deriva totalitaria que habría ya convertido a la seudodemocracia
española en rehén del establishment y que tendría como objetivo último la
implementación del “Estado Tardofranquista”, anacronismo político que bebería
de las fuentes del centralismo bonapartista y del paternalismo de las
dictaduras blandas y que alcanzó el paroxismo con la implementación de un Golpe
blando en Cataluña tras la suspensión de facto de la Autonomía catalana
mediante la aplicación del 155 y la entrada en prisión de Oriol Junqueras, los
Jordis y demás ex-consellers.
Dicha cruzada
tardofranquista tendría a la Audiencia nacional como brazo ejecutor y al
Tribunal Supremo como dique de contención de los recursos populares contra la
parasitaria y corrupta clase política establecida en cualquier segmento de
poder mediante el status de aforado, tribunales que estarían controlados por el
llamado “clan de los políticos” en palabras del ex-Presidente de Sala del TS,
Ramón Trillo. Asimismo, la libertad de expresión en España agoniza ante la
nueva ofensiva represora de la Audiencia Nacional que constreñirá hasta el
paroxismo la libertad de expresión mediante la imposición sistemática de multas
estratosféricas y cuyo penúltimo episodio sería la próxima entrada en prisión
del rapero Pablo Hasel por presuntos “delitos de enaltecimiento del terrorismo
e injurias a la Corona y a las Instituciones”.
¿Existen presos
políticos en España?
La definición de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (resolución 1.900) , afirma que “se considerará que existen presos políticos en el caso de que “por motivos políticos, la duración de la detención o sus condiciones sean manifiestamente desproporcionadas con respecto del delito del que la persona ha sido declarada culpable o de la que se sospecha”, supuestos que se podrían extrapolar al caso de los 7 jóvenes de Alsasua , a los responsables políticos del procés catalán y del joven rapero Pablo Hasel.
En el caso Altsasu,
los 7 jóvenes fueron condenados a penas que oscilan entre los 2 y los 13 años
por un delito de odio y lesiones ( 3 de ellos llevan ya más de 2 años en
prisión incondicional), sin sentencia firme y con total ausencia de seguridad
jurídica al ser rechazados parte de los argumentos de sus abogados defensores por
la Fiscalía del Estado cuya primera misión es “velar por la seguridad jurídica
de los ciudadanos de España”. En contraposición, el auto firmado por la Sala 2ª
de la Audiencia de Navarra en el que resolvió mantener en libertad a los 5
miembros de la Manada (condenados a 9 años de prisión y sin sentencia firme) al
argumentar que “lo que en ningún caso puede perseguirse con la prisión
provisional son fines punitivos o de anticipación de la pena con el atenuante
de haber pasado en prisión provisional cerca de 2 años” y concluye con “la
aplicación del principio “favor libertatis” ( a favor de la libertad) que ”
impele a la elección y aplicación de la norma menos restrictiva de la
libertad”, lo que supone un claro agravio comparativo con el caso Altsasu.
Respecto al caso
del procés,el juez del Supremo Llarena, sería el responsable de ordenar el
ingreso en prisión incondicional del Vicepresidente Oriol Junqueras, los Jordis
y los ex-consellers de la Generalitat por presunto delito de rebelión que
podría acarrearles penas estratosféricas. En este contexto, el informe anual de
Amnistía Internacional sobre las libertades en España, ha vuelto a levantar
ampollas en el establishment del Estado español al certificar meridianamente
“la deriva autocrática” del Estado español tras constatar “ataques al derecho
de reunión pacífica, tanto en el ámbito legislativo como en la práctica
policial (uso excesivo de la fuerza el 1 de octubre en Catalunya)” así como “la
excesiva y desproporcionada prisión provisional de Jordi Sànchez y Jordi
Cuixart”.
En el caso del
rapero Hasel, su encarcelamiento estaría motivado por 3 artículos del actual
Código Penal que en repetidas ocasiones han sido denunciados por la ONU y la
Unión Europea como “constrictoras de la libertad de expresión”, pero la masiva
respuesta popular en el Estado español así las campañas internacionales como la
de Amnistía Internacional para denunciar la asimetría jurídica entre el caso
Hasel y los contenciosos del Emérito, podría forzar la aplicación por el
Gobierno de un indulto a Pablo Hasel y la posterior derogación de los artículos
578 y 491 del Código Penal relativos a los delitos de enaltecimiento al
terrorismo e injurias a la Corona, hechos que marcarán un hito en la defensa de
la agónica libertad de expresión de la sui generis democracia española.
Para entender la
sentencia contra los jóvenes de Altsasu, los líderes catalanes encarcelados y
Pablo Hasel habría que recurrir a la Doctrina Aznar que tendría objetivo último
”criminalizar a grupos y entidades díscolos y refractarios al mensaje del
establishment dominante del Estado español”. Todo ello serían elementos
constituyentes de la llamada “perfección negativa”, término empleado por el
novelista Martín Amis para designar “la obscena justificación del uso de la crueldad
extrema, masiva y premeditada por un supuesto Estado ideal”, lo cual
representaría un auténtico ejercicio de “terrorismo jurídico” que han generado
una amplia reacción de repulsa popular e institucional con procesos judiciales
de largo recorrido que terminarán indefectiblemente en el Tribunal Europeo de
Estrasburgo.
GERMÁN GORRAIZ
LÓPEZ-Analista
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