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miércoles, 9 de diciembre de 2020

POR FAVOR, CIUDADANO, ¡LÉASE EL BOE!

 

POR FAVOR, CIUDADANO, ¡LÉASE EL BOE!

QUICOPURRIÑOS

Pues sí, porque hasta entonces, cuando nos dijeron quédate en casa, el ritual era: Que sonara el despertador o tu despertador biológico, sin necesidad de oír un ring, te hacía saltar de la cama y te mandaba a caminar hacia el baño. Después a la cocina, a tomar ese preciado café que te ayudaba a despertar, a recibir con brazos abiertos al nuevo día. Y luego ese cigarro mañanero, antes de dirigirte a la ducha, la que te dejará aseado y presentable para ese otro día que llegó. Y sales a la calle, en busca de otro café en la cafetería de siempre, en la de la esquina. Esa donde aguardan los contertulios y en la que en silencio, porque todavía no estás espabilado del todo, compartes taza y lees el periódico, entonces en papel, que se pasaba de mano en mano sin miedo a contagios.

         Ahora no. Sigues levantándote y tomas la directa rumbo al baño a la misma hora que ayer, la misma hora de la de antes del encierro. Pero con cambios. Porque donde antes te sentabas tranquilo, con legañas en los ojos sí, ahora te sientas inquieto y a la expectativa. Y lo primero que haces posado sobre el frío asiento cerámico blanco es abrir el móvil, para conectarte con el Boe, con el Boc, para informarte de las últimas disposiciones legislativas referentes a la pandemia. Para saber qué nueva y disparatada norma ha entrado en vigor hoy, que como publicada está, obligatoria es. Y debes conocerla por aquello de que la ignorancia de las leyes no excusa de su cumplimiento y si la incumplieras camino del añorado café de la cafetería de la esquina, podrías ser sancionado por un guardia cualquiera que comienza a esa hora su jornada. Y tienes que leer, día a día, los boletines: el nacional y el de tu comunidad y hasta el de la provincia, porque autoridades nacionales, autonómicas y locales, compiten por legislar. Fuerte una diarrea legislativa la que les ha entrado a los que votamos en las últimas elecciones. Normas hoy que, una semana después, modifican, porque claro, cuando las dictaron, no habían tenido en cuenta el criterio del comité de expertos, ese mismo que ayer se han dado cuenta que no existe, del que no conocen ni su composición ni sus integrantes. Y así nos va. Somos barco a la deriva porque no hay timonel que sepa llevar el rumbo, aunque eso sí, todos esos grumetes recién llegados a bordo, opinarán si por babor o por estribor y escribirán en el cuaderno de bitácora, lo que hay que hacer.

         El cuaderno de bitácora es ahora el Boe, es el Boc o el Bop y quienes firman y plasman en él el “plan de ruta” son esos impresentables, los que se llaman, en el Congreso de los Diputados, asimismo Señorías.

 Y todo eso, mientras nosotros, los sufridos pasajeros, no podemos bajarnos de este querido barco nuestro llamado País, de ese que con  tanta torpeza, pues brújula no tienen, gobiernan a la deriva.

 

                                      quicopurriños. 6 de Diciembre de 2020

        

 

         


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