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viernes, 20 de noviembre de 2020

ALGO QUE SERIAMENTE INDIGNA

 

ALGO QUE SERIAMENTE INDIGNA

Rafael ZAMORA MÉNDEZ.-**

El incrédulo es un ser que únicamente reza a solas y creyente es el que sabe gustar las cosas de Arriba.

Con esta iniciada reflexión, “tiro este fin de semana pa bajo”, para convenir de que en abundantes análogos aspectos, tanto los unos como los otros, suelen aproximarse y estar totalmente en establecida  armonía sobre determinados factores relacionados en los vinculados argumentos religiosos.

¡Quién puede ir mal apostillando, por ejemplo, de que el QUINTO MANDAMIENTO de la LEY de DIOS, “NO MATARÁS”, no sirve para saber ser utilizado por todos ellos?

 

Se da la triste contingencia, de que tenemos en existencia una muy seguida Cadena TELEVISIVA, conferida con el tal NÚMERO 5 y, a ultranza, plantada en el duro terreno de la contínua variedad y del rosado chismorreo, para que fecunde a manos llenas, apiñando cítricos limones y desagradables ásperas naranjas.

 

En la misma, avasallando sus copiosos contenidos, tan fielmente seguidos por apegadas personas que no quieren ni perderse hasta el final ni un solo de sus hastiados testimonios, sin piedad alguna, con su Máquina de La Verdad y todo, pese a quien juzgue lo contrario, sin mentirles... ¡SE MATA!


 

¡No hace falta apelar a Balmes, estudiando su filosófico “CRITERIO”, para llegar a comprender lo que en sí es MORAL!

 

Resulta presentarse a ser un eficaz conjunto de normas, de valores, de creencias positivas, aceptadas en una sociedad para que les sirve de modelo y conducta, como fructuoso manantial de conciencia social.

 

¡Si este condecorado boceto ocular sirve de prototipo y de social comportamiento...¡Que venga el más aporreado ciego del planeta y lo vea!

 

Aquí, la MORAL, se arrastra como una viperina víbora por los elegidos suelos de las conceptualizaciones, en las ávidas voces de los bien pagados tertulianos e invitados, que se sisan las palabras unos a otros, defendiendo, recriminando, poniendo al corriente un revuelto mar de escondidas verdades y desleales patrañas que dejan en vilo a sus heterogéneos  y enardecidos altruistas televidentes.

 

Infidelidades, cuernos, descalabros, divorcios, desaparecidos o fallecidas figuras que resucitan, increpaciones, tacos, colegas que se delatan y contraponen, ...¡y hasta la de tener el supino arrojo de carear a un desalentado hijo pródigo, versus, con su propia atosigada madre, solicitando mermados bienes genéticos secretos!

 

¡Cómo echo de menos a desaparecidos, a exclusivos y astronómicos Presentadores, sobrecargados de nítida moral, de moralizante y erudito criterio!

 

¿A dónde fueron a parar, Jesús Quintero, el cautivador “Loco de la Colina” y el depurado Joaquín Sóler Serrano?

 

De rodillas, por favor:¡SÁLVAME, Rectitud, de tales limones y naranjas!

 

Existen muchos colores,

para elegir al más serio.

¡Si escuecen mis opiniones,

denme pronto sus razones,

para cambiar de criterio!

 

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