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sábado, 27 de junio de 2020

SAN ANDRÉS


SAN ANDRÉS
JM AIZPURUA
Pero de Montearados. Si esa fuera tu filiación, San Andrés de Montearados, quizás hoy fueras uno de los señalados por la corrupta elite de “literatos” que encumbran a personajes sin la más mínima valía profesional y los camuflan de “escritores”, cuando nunca sudaron tinta ni temieron las consecuencias de sus líneas.

Pero querido Pepe, D. José Rivero Vivas, cumbrero de las letras canarias con proyección internacional al que sus caciques pusieron sordina, más por miedo a lo que no comprenden que por cosas concretas, no debe importarte ese relumbrón pasajero, que te uniría a excelsos escritores como Belén Esteban o el “negro” de Ana Rosa, pues tú cuentas con un plantel de lectores seducidos por tu obra, que en 1970 fue “descubierta” en mi País vasco y ya entonces te premiaron.

Mas esa Tierra que tanto amas, tu Canarias, nunca te tuvo confianza y te oculto en su baúl del ostracismo, esperando a que murieras para, ya sin miedo a tu palabra, exhibir tu obra, extensa, canaria universal, documentada y humanística en favor del “perdedor” que en tu pluma toma tintes de héroe corriente, de esos que te cruzas diariamente y no reparas en su dignidad y grandeza. Y eso, precisamente eso, es lo que da miedo al cacique y por lo que la voz de su amo jamás pronuncia tu nombre.
Ellos se lo pierden pues tus novelas contienen el mejor léxico castellano, de matices cervantinos, pero llevados a un realismo mágico que os hace a Víctor Ramírez y a ti estar a la altura de la mejor narrativa mundial en lengua castellana sin perder esa esencia de buenos hijos de la Nación Canaria que vuestros personajes rezuman.
El libro se nos muere, Pepe, ya quedamos pocos que en el confinamiento hayamos echado de menos nuevos libros, presentaciones de autores para ver en que andan los escritores actuales. La juventud se educó en la PPSOE, con alergia al libro. Ese libro que antes idolatrábamos y conservábamos con celo, escondido de las fauces fascistas, en el que habíamos aprendido o disfrutado y que siempre nos ayudó a andar rectos por la vida.
¿Dónde encontrarán horizontes los jóvenes actuales; si no leen? He comprobado como universitarios son incapaces de leer una novela de Pepe, pues se les atraganta el léxico, son incapaces de consultar, aprender palabras y hacerse una idea de porqué Pepe la puso ahí, pues como él dice: “es esa la que debiera ir ahí”.
Vivimos la generación audiovisual, pues permite manipular mejor, es instantánea y deja mensajes subliminales de esa Sociedad clasista, desigual, e insensible con el “otro”, ese personaje diferente al que despreciar, y que Pepe reivindica relatado en toda su humanidad.
Habrá quien se paso el encierro jugando a la Play, como hámster trotando en su rueda interminable ¡que desperdicio!
En esta cautividad indecente, tu “Fulgor romántico” me sirvió de consuelo y reviví con añoranza las andanzas de Silvestre por esos paisajes parisinos que me son tan entrañables. En vez de salir al balcón a hacer monerías ¡que despropósito! me sumergí en el universo literario de D. José Rivero Vivas, solo para disfrutar, pues a mi querido Pepe; ya no se me pega nada. Por ahora ni el virus.
Yo temo, me aterra, una sociedad sin libros, no “best sellers”, donde talentos de la dimensión de Pepe hoy se pierdan en twist y otras minucias. Nadie ayuda a que el oficio de escritor no se pierda, y si no lo hacen: la Sociedad; Libre, Igualitaria y Solidaria, estará perdida.



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