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viernes, 19 de junio de 2020

1800-2020


1800-2020
JM AIZPURUA

El profesor de dibujo de la Escuela Superior de Minas de París, Jacques-Gérard Milbert, nos visitó en noviembre de 1800, y dijo:
 “El extranjero que ve por primera vez la población de Santa Cruz y de sus alrededores, experimenta tanto asombro como asco. No sabe que le debe afligir más, si el cuadro de la degradación de la especie humana o el descuido verdaderamente culpable del gobierno.”
Nos lo cuenta El Día en un artículo que deberían leer.
Y sorprende y apena que un ilustre parisino tenga tan mala impresión de nuestra capital.
Su criterio culpabiliza al gobierno, ¿Cuál, el isleño o el peninsular, o los dos? Pues no lo dice porque quizás, como hoy, es difícil señalar culpables pues el reo siempre es el mismo: la nefasta colonización. Cierto que mantenida por los apellidos de siempre.

Hoy Tenerife tiene una imagen entre los europeos, superior a Canarias, pero los turistas que visitan “la capital” se desinflan como el parisino y mucho más los cruceristas, que ven lo que ven. Pero hoy como ayer, los pesebristas del Sistema, alaban la primacía mundial del turismo canario, que yo les aseguro que no lo es. Salvo el clima invernal, no hay en Tenerife capital nada que sea extraordinario para un turista.
Un senderista en Anaga goza de privilegios, pero estos no suelen ser los turistas medios, que se concentran alrededor del charco a fotografiar los gigantes con espadas. ¿Y después? Pues se van al sur. Y lo peor es que el residente capitaleño: hace lo mismo.
El puto Coronavirus19 ha obligado a barajar de nuevo y no sabemos que cartas nos tocarán en el nuevo turismo, pero, seamos conscientes que en Santa Cruz no se ha hecho nada para el turista ni para el residente. Hasta que Patricia cambió los contenedores, bajaba a tirar la basura armado contra las ratas.
En Madrid, la metrópoli, nada ajeno a ellos les importa, y vean y comparen los planes de desarrollo de su capital y la nuestra. Debieran ser a la inversa pues nuestros déficits, históricos, nos hacen acreedores a una puesta al día internacional para recibir al turismo y lo que es más importante; para que los ciudadanos disfruten de un urbanismo acorde al entorno privilegiado.
Están jugando con fuego y sepan la desilusión de conocidos míos que entraron a la capital en cruceros y sus fotos reflejaban maquinismo y no el paraíso que ellos imaginaban. La estación de cruceros, simple galpón, no tiene la categoría de “líder de turismo” y las hay muy superiores en países tercermundistas. Y mientras, el periódico da la noticia que se ha puesto un toldo en la plaza Anaga que da sombra de noche. El viajero acostumbrado a otros, se asombra de la mediocridad de los aeropuertos tinerfeños.
Algo más se necesita en Santa Cruz, en Tenerife, en Canarias toda. Recuperar el sentido propio, huir de la mercantilización del suelo dirigido por Benidormistas de tres al cuarto, y tener conciencia que está mejor el paisaje sin la mano del hombre, salvo que este sea un genio como Manrique que era capaz de mejorarlo.
Pero con la tropa institucional y sus oráculos medianeros, pocas esperanzas nos quedan.

Y mal colonizados como estamos, pocas ilusiones caben. La labor anti-C19 en Tenerife fue extraordinaria, cerrando un hotel con turistas. Imagino las presiones. Pero el pago ha sido que los alemanes de prueba; vayan a Baleares.
Nosotros siempre una menos. ¿No será que ellos tienen una más?






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