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jueves, 2 de abril de 2020

LA SOMBRA DE VÍCTOR RAMÍREZ ES ALARGADA


LA SOMBRA DE VÍCTOR RAMÍREZ ES ALARGADA
ÁNGELES JURADO
A veces, una página de periódico es como un océano en el que naufragas sin palabras suficientes. Otras veces, es como un balde del que se rebosan los morfemas. Las menos, tiene el tamaño justo para el verbo de una.

Ayer, después de la primera tertulia de Mario Vargas Llosa con los novelistas canarios, en la Casa Museo Pérez Galdós, mi página de Cultura menguó como Alicia en el País de las Maravillas tras empinar el codo.
Las tertulias literarias o cinéfilas tienen eso. O, más concretamente, las buenas tertulias literarias o cinéfilas tienen eso: te inspiran para leer, escribir y ver mucho más cine, te descubren nombres, te dan placer, raquitizan las páginas de periódico.
Ayer disfruté de la mesa y del ambiente. No coincidí con Juancho Armas Marcelo, cuando dijo:

Escribir me divierte tanto como el sexo cuando tenía 17 ó 18 años, cuando uno es un tipo sexual decente. Escribo, fumo un Cohiba y puede caer una bomba atómica.
Sin embargo, sí coincidí con él proclamando:
Estamos aquí para divertirnos y darnos placer los unos a los otros.
O con Juan Cruz, cuando citaba al propio Vargas Llosa:
Escribo porque soy desdichado, es una manera de combatir la desdicha.
Y también con Emilio González Déniz, que explicaba:
Cuando me siento feliz, no escribo. El amor se hace, no se escribe.
Se habló mucho de Víctor Ramírez, quizás porque no estaba presente.
Juancho Armas Marcelo comentó su adolescencia juntos, ambos en un grupo de aspirantes a escritores, y lo emparentó con Juan Rulfo, a pesar de que el canario niega consanguineidades con el mexicano. Rafael Franquelo lo mencionó por su fervor hacia Mario Vargas Llosa y pregonó que tenía razón al recomendar la lectura del peruano con tanta pasión. Hasta Juan Manuel García Ramos nombró a Ramírez, relacionando su obra Cada cual arrastra su sombra con Crónica de la nada hecha pedazos de Juan Cruz y con el ejemplo de un Llosa faltón con el lenguaje, al que se imitaba, al principio con timidez, desde la ultraperiferia.
Total, que lo que se me quedó como poso hasta esta tarde, en el fondo del alma, es una curiosidad más fuerte cada vez por leer a Víctor Ramírez, el ausente más presente de la tertulia ... Gabriel García Márquez incluido.
Publicado por Angeles Jurado en 7 de Marzo 2007 a las 06:26 PM | Enlace permanente
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Comentarios
•        Coincido con la presencia de Victor Ramirez cada vez mayor. He leído de él, en su día "cada cual arrastra su sombra" que me cautivo y algunos otros relatos. Posteriormente leí "el arrorró del cabrero" que es magnífica y ahora mismo en estos dias tras ver el largometraje "La Caja" leí "nos dejaron el muerto" y me parece una obra maestra.
Me ha gustado mucho tu comentario.
saludos.
Publicado por: Cirilo Pérez | 3 de Abril 2007 a las 12:32 PM
•        Muchas gracias. Tengo en casa el "Arrorró ...", esperando a un rato de tranquilidad. Víctor Ramírez dice que es mejor que "Nos dejaron el muerto", aunque la mayoría de la gente que ha leído los dos me recomienda el segundo.
Cuando lo termine, ya hablamos :)

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