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domingo, 26 de abril de 2020

AUPA PRESI


AUPA PRESI
JM AIZPURUA
 Va por el canario; el otro, el godo, mejor olvidarlo y consolarnos en que otro de derechas lo haría peor, si es que cabe. Pero el Presi de “la cosa” (Comunidad o RUP) ha dado una lección; vamos que metió gol por toda la escuadra. Atacó sin miedo al virus del H10 y a fin de la nueva prórroga, presenta un Plan, real y cuantificado, para la des confinación canaria avalada por científicos, que deja mudo a Sánchez y su comisario político catalán, y en la inopia a los presis catalán y vasco, que predican, pero no dan trigo.

Todos sabemos que estamos encerrados por que no hay recursos (camas, UCI, sanitarios, vacunas o tratamientos) pero el Plan Canario es una forma de decirlo de otra manera, menos dolorosa para la población. ¡Bravo!
El Gobierno de España, evidentemente, “como no puede ser de otra manera” (vaya cursilada), “congela” el Plan y dice : ”manzanas traigo”.
No puede decir la verdad: que su españolismo les ciega, que 500 no es nada, que la inercia colonial impide considerar a Canarias como algo más que colonias de Ultramar y les obliga a olvidar que en ella viven más de 2 millones de personas plenas de DDHH iguales a los de un mesetario castellano. Los derechos son iguales, pero no las circunstancias.

Las sanitarias, las explicita con acierto el Plan Canario del Presi, pero para que tomaran su valor debieran ir acompañadas de las políticas, aquellas que marcan las diferencias, incuestionables y relevantes para el desarrollo vital isleño.
Éramos un pueblo wanche libre, nos colonizaron con una bula papal como argumento, y nos quedamos colgados de los proyectos hispanos sin producirse el correspondiente proceso de descolonización, y lo que es mucho peor; sin producirse nunca una colonización adecuada a los tiempos, siendo un apéndice español sin valor para la inversión, lugar de destierro y punto terminal del progreso. Inglaterra y Alemania hicieron más por Canarias que la que llamaban madre patria. Y callamos por miedo a tener que salir en pateras.
Canarias debe ser vista como un Estado Libre Asociado, como lo es Puerto Rico de EE. UU., por que su historia, su lejanía, su africanidad y Atlantismo, su incorporación por las armas y esclavitud, le dan un diferencial que excede la condición constitucional de “Comunidad” española. Realmente hoy día es el lugar de vacaciones y residencias de la ancianidad europea pues es una RUP, una región ultraperiférica europea, y es a Europa toda la que corresponde el trato y consideración nacional canaria. De “Madrid” nunca se obtendrá nada, como se puede ver con Gibraltar a la que machacan para que se españolice y pierda su bienestar para sumirse en la miseria de su entorno; con eso está todo visto.
Pero hoy estamos en la fase de salir de casa. Y tampoco lo admiten. El lunes debiéramos estar paseando según lo indican los científicos canarios, con toda Europa atenta a cómo salen los planes adoptados. Y en paralelo los autorizados, negociando con RU y Alemania la mejor forma de su regreso a los Hoteles canarios. El mundo post virus también afectará a Canarias, más que a nadie, y es a ella a la que corresponde opinar y negociar su futuro.
El godo nunca entenderá esto, y el cobarde progresismo hispano siempre mirará para otro lado. Lo hace con Sahara, Ceuta y Melilla y también con Gibraltar. ¿Cómo no iba a hacerlo con Canarias?
Viven su burbuja españolista, que les impide ver la realidad europea, los nuevos caminos del siglo XXI por donde pretenden transitar con su Seat 600 y la casete a tope con el “¡que viva España!”: y olé.
Un nuevo tren de modernidad pasa por nuestro frente, antes todos los rechazamos, para embarcarnos en ellos tarde y mal cuando ya no había sitio para nosotros. La Historia es maestra de la vida, pero la Historia real, esa que llaman Verdad Histórica, la que incluye a vencedores y vencidos en el relato sin buenos y malos. El Mundo solidario, ecológico, múltiple y no unitario, libre y buscando un lugar digno para cada elemento del Genero Humano, pasa frente a nosotros y se detendrá muy poco en nuestra estación. ¿Nos subiremos?





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