CABEZAS HUECAS
DAVID BOLLERO
La crisis del
coronavirus ha sacado a la luz una cantidad de cabezas huecas increíble, en
cuyas seseras el paso de un neurona es como el del cometa Halley... y todavía
no nos toca avistarla. No es nada nuevo. No sé por qué extraña razón, en este
país todo el mundo sabe de todo. A falta de que se reanude la liga, al
coronavirus y al estado de alarma les han salido unos cuantos millones de
entrenadores, que se creen legitimados no sólo para opinar, sino para
ridiculizar lo que dictan los profesionales sanitarios... a los que luego
aplauden hasta doler las palmas a las diez de la noche.
¿Tiene sentido que
un consejo de ministros se prolongue por espacio de más de siete horas?
Considerando que jamás en democracia fue necesaria una medida de tal
envergadura -porque, lo de los controladores fue un paseo comparado con esto-,
diría que sí. He leído opiniones de dirigentes políticos banalizando el decreto
del estado de alarma y el tiempo necesario para llegar a él. Claro, que son los
mismos dirigentes que pedían más turismo para combatir el coronavirus o que se
han reído de quienes no tienen lavadora en casa y, de gobernar ellos, los
condenarían a como mínimo una quincena sin poder lavar las sábanas, la ropa...
Cabezas huecas.
¿Tiene sentido que
la gente acuda en masa a los supermercados para llenar los carros de compra y
arrase con la carne, el papel higiénico, la fruta, los huevos... cuando las
autoridades y las cadenas de distribución garantizan el abastecimiento? Pues
no, claro. Pareciera que estén tomando las provisiones necesarias para la
cuarentena a la que se van a tener que someter, precisamente, por haber acudido
en masa a comprar. La irresponsabilidad de acaparar alimentos de primera
necesidad y, por tanto, privar de ellos a otras personas es un acto de egoísmo
y estupidez humana. Cabezas huecas.
¿Tiene sentido que
se inviertan millones y millones de euros en armamento militar y apenas se
destine a investigación? No, claro; a la vista está cómo los blindados, los
cazas y las granadas no sirven absolutamente de nada contra el coronavirus. Una
investigación fortalecida, dotada suficientemente con financiación y recuros,
sí serviría, pero pese a los grandes profesionales que tenemos, nuestra
investigación deja mucho que desear... lo mismo sucede con nuestra sanidad, por
mucho que ahora la clase política -incluso la que ha privatizado y recortado
más- se de golpes en el pecho presumiendo de la mejor Sanidad del mundo... no
es así: tenemos a unos grandes profesionales, pero lo cierto es que estamos muy
por detrás de otro países europeos en número de camas por pacientes, por
ejemplo. Cabezas huecas.
Cuando vuelvan a
salir a los balcones a aplaudir a nuestro personal sanitario, recuerden si
votaron a quienes recortaron las plantillas, cerraron plantas de hospital y
privatizaron centros. Cuando estén en el balcón, echen la vista atrás y piensen
si fueron de l@s que criticaron con dureza las huelgas de sanitari@s que tan
sólo reclamaban mejores condiciones laborales que, en el fondo, mejoran la
calidad asistencial que les prestaban.
Y de paso, cuando
aplaudan, háganlo también por los transportistas y personal de las tiendas de
alimentación a las que ustedes y no el coronavirus están haciendo la vida
imposible, comprando lo que no consumirán -me hablan de pedidos online de hasta
3.000 euros en el supermercado de unos grandes almacenes-, impidiendo una vida
con la relativa normalidad que debiéramos llevar. Cabezas huecas.
Por último, dejen
de asumir ese papel de victimismo por llevar dos putos días tranquilamente en
casa, porque hay personas que no tienen esa suerte. Curiosamente, quienes gozan
más de una despensa llena, de suficientes metros cuadrados, de una oferta de
ocio amplia entre sus cuatro paredes y una nónima que sigue llegando, etc. son
los que asumen un papel de víctima, de acto heróico por esta confinad@s tan
cómodamente... ¿se creen protagonistas de una serie distópica o algo así? Por los más diversos motivos, lamentablemente
hay muchas personas a las que esta situación está llevan a situaciones aun más
dramáticas de las que vivían antes del virus... así que tengan un mínimo de
decencia y no dramaticen algo que no lo merece, no en su caso. Cabezas huecas.
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