SUBCONTRATAR LA REPRESIÓN
DAVID BOLLERO
Una vez más, el
discurso de la derecha cae por su propio peso: la llegada a las costas
españolas de migración por vía irregular cayó prácticamente a la mitad. Así lo
revela el último informe de a Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía
(APDHA), que indica que mientras que en 2018 las llegadas alcanzaron las
64.120, en 2019 la cifra descendió hasta las 33.261. Con todo, se trata de una
mala noticia: estas cifras no han de traducirse como un descenso de los flujos
migratorios, sino como un refuerzo del tapón que está ejerciendo Marruecos, sin
respetar los Derechos Humanos (DDHH).
Las conclusiones de
APDHA son aplastantes: España está subcontratando la represión y Marruecos pasa
por ser su contratista. Si han bajado las cifras es posque se ha producido un
«refuerzo de políticas que vulneran gravemente los DDHH». APDHA acusa a España
de haber «subvencionado las prácticas de violencia, maltrato y muerte en
Marruecos contra la población subsahariana».
Haría falta ser muy
cínico para que el Gobierno de España se felicitara por este control fronterizo
a costa de mercantilizar con seres humanos. Los millones que está recibiendo
Marruecos, tanto directamente de España como por parte de la Unión Europea es
insultante. Con los últimos 140 millones que han llegado a las arcas de Mohamed
VI, Marruecos ha levantado una triple valla con concertinas y ha adquirido casi
400 vehículos todo terreno. ¿De qué sirve que el Gobierno de Pedro Sánchez
presuma de retirar las concertinas carniceras si después subvenciona las de
Marruecos?
Al Gobierno de
España, como ya demostró Europa con sus acuerdos con Turquía para comerciar con
refugiad@s, parecen importarle bien poco los DDHH. La prioridad es quitarse de
en medio a las personas que tacha de ilegales, cuando ningún ser humano es
ilegal. ¿Cómo se explica si no el incremento de vuelos de deportación a
Mauritania en los últimos meses? El Gobierno socialista ha fletado al menos
ocho vuelos en los últimos seis meses repletos de personas migrantes
expulsadas, en virtud de un acuerdo suscrito por José Mª Aznar en 2003. ¿Por
qué el acuerdo con ese país? Porque acepta migrantes de cualquier nacionalidad,
lo que facilita ‘quitarse de en medio’ a centenares de personas de un plumazo.
La Agencia de la
ONU para los Refugiados (ACNUR) lleva tiempo alertando de la violencia que se
vive en Malí, razón por la que emigran tantas personas y motivo por el que no
deberían ser devueltas a ese peligro. Pues al Gobierno español le da igual, embarca
a malienses en esos vuelos, a pesar de saber que Mauritania deporta a estas
personas a Malí. La Comisión España de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha denunciado
esta situación pero, ¿creen que ello ha frenado el número de vuelos que parten
de España?
No es posible
erigirse como un gobierno que defiende la justicia social, como pretende el
actual, si lo hace selectivamente. En cuestión de defensa de los DDHH no hay
grados, que nadie se equivoque, o se defienden o no. Y España, hoy por hoy,
tiene un amplio margen de mejora, dentro y fuera de sus fronteras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario