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lunes, 25 de noviembre de 2019

60 AÑOS NO ES NADA


60 AÑOS NO ES NADA
JM AIZPURUA
¿O sí? Los más jóvenes de los que votaron la Constitución78; hoy ya tienen mas de 60 años, están prejubilados en su mayoría. Si les preguntáis, os dirán que no tenían ni idea de lo que votaron y que ni siquiera se leyeron aquella constitución que se presentaba con el pollo moreno en su inicio y con el rey de Franco en su trono. El 155 pasó absolutamente desapercibido y pretender hoy que “eso” es lo que “nos dotamos entre todos” es la mayor falacia que el falaz Regimen78 está cometiendo.

“El Espíritu de la Transición”, que sí existió, salvo en un irredento grupo militarista de la izquierda patriótica vasca, no cuajó en la Constitución78 realizada de encargo por el Poder Fáctico, y teatralizada por unos “padres” que nadie eligió democráticamente y entre los que no había un vasco que matizara la plurinacionalidad y un canario el colonialismo.

Se desarmó la oposición, menos ETA, se desarmaron las calles, y los que no “pillaron cacho” se volvieron a su oficio. La casta se asombró de lo fácil que resultó el invento.
Por ello no se siguió con lo esperado, el Nuevo Estado incluyente y democrático. Los “opositores” ya empoltronados, perdieron afición y como Isidoro tragaron hasta el GAL. Nuevamente el Estado volvía a la diferencia europea, al si, pero no, y a las posiciones de las Dos Españas.
Hoy día con las necedades de la Calvo que dice que la “norma” está por encima de la democracia, se incumple con la Democracia, que es el origen de la norma.
El proceso democrático, siempre tras negociación entre diferentes, y no como en nuestro caso con propuesta de parte, la tutelada por la casta, hace llegar a los acuerdos que están necesitados de respaldo popular en referendo, y es después de una suficiente aprobación cuando pueden pasar a ser “normas” que pueden ser revocadas por procesos similares. Las Tablas de la Ley; no existen pues el eterno devenir las cuestiona por la movilidad social de usos y costumbres.
Y en 2019, la renegociación de las normas, empezando por la Constitución78, es algo que el sociólogo japonés aconsejaría de inmediato.
No hay base de Estado suficiente para tirar alegremente para adelante, con una monarquía impuesta y de origen franquista, con las nacionalidades sin encajar, con la colonia canaria empobrecida y desconsiderada, y lo peor de todo, con una deuda estatal mayor que el PIB. Este Estado quebró, por todas sus partes, pero la casta insiste en que son sus pensionistas los culpables.
Un Estado que no es capad de respetar a sus ancianos, es un Estado fallido.
Es a los que luchamos por la democracia (y a los otros) y los que trabajamos con duras condiciones y pluriempleos a los que nos quieren quitar las míseras pensiones, y no a los políticos inoperantes en parlamentitos, diputaciones, y cabildos.
Si tan buena es esta Constitución78, ¿Qué pasa en Cataluña?

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