JM AIZPURUA
¡Uff, la derechona!
Nunca aporta nada positivo, su credo lo ocultan y lo que piden siempre va
contra alguien; moro, migrante, pobre, diferente o alternativo. Solo quieren
satisfacer sus egos, pero no lo dicen. Miran en las camas ajenas para ver lo que
hacen y quieren obligarles a hacer lo que ellos quieren; ¡que cruz!
No quieren pagar
impuestos, pero a los pobres los fríen a recortes y les cobran impuestos hasta
de sus pensiones y ayudas al parado.
Quieren impedir el
aborto, pero cuando lo consiguen no se la llevan a su casa, dejan a la pobre
mujer y al bebé a su suerte en la calle muchas veces sin recursos y presas de
depresión postparto. Lo mismo hacen con los “MENAS” a los que hacinan donde sea
hasta su mayoría de edad, y luego los sueltan en las calles, sin posibilidad alguna
de inserción social siendo obligada su delincuencia para sobrevivir. Ya no es
su problema; lo es de la FYCDSDE (la poli de antes).
¡Que fácil es
gobernar desde la estrecha mente de la derechona!
¿Y quienes los
representan? Pues Vox, PP, Cs y esa cosa PPSOE que le muerde al Sanchismo
socialdemócrata desde dentro y que quizás se lo coma.
Se camuflan de
“constitucionalistas” para ocultar que son “involucionistas”, que arrastran los
pies ante todo avance y que añoran el caudillismo fascista donde sus ideas no
eran cuestionadas. No saben convivir en la diversidad.
La incultura que
promueven desde dentro hace que un porcentaje de población les crea sin
cuestionarse su papel, que desde hace siglos ha sido el de crear esclavos,
crear ejércitos a su servicio, crear dioses e inquisiciones, crear ventajas
para ellos y sojuzgar a los demás, por su piel, por su credo, o simplemente porque
les da la gana.
Los mejores y más
grandes ejemplos de la Humanidad se dieron en sus antípodas de izquierda y
librepensadores; los rojos, los curas obreros, los utópicos y comunistas, los
intelectuales que concibieron otro modo de ser. Y a por ellos fueron, van y
seguirán yendo: es ley de vida.
Si ves la foto,
parece que ganan, pero si ves la película, llevan doscientos años perdiendo
plumas por el camino y hoy no se atreven a proclamar su fascismo clasista y
adoptan ropajes de izquierda suave. El gran líder del PNV, Ajuriagerra, me
decía: “A las elecciones hay que ir rosado”. Era un demócrata-cristiano que
soñaba ser centrista.
La izquierda,
sociológica y política, no debe perder el tiempo con ellos que son pasado. El
crear un programa actual, posible y progresivo, debe ser su tarea y los
partidos y plataformas que lo cumplan merecerán respaldos electorales en
tiempos de evolución y no de revolución. Se nos cayó la “r” camaradas; y hay
que ser conscientes de ello.
Quizás sea la
Sanidad Pública la única batalla en la que el rojerío deba implicarse a fondo.
Los necesitados, los desposeídos, los parias de la tierra precarizados tienen
su salud dependiente de ella. Hoy día en Canarias, los fakerojos, asumen que la
Privada es la guay y la Pública es para el que no pueda pagarse la otra, aunque
sea con igualas. Enorme traición de clase, y castigo innecesario a quienes aún
pensamos que la pública debe ser el buque insignia de lo colectivo sobre lo
individual, de lo rojo sobre lo azul. Desde que nacemos hasta que morimos somos
usuarios de la Sanidad y ahí debemos ver a los mejores gestores, a los mejores
investigadores, a los mejores médicos y sanitarios, y los presupuestos deben
dotarlos de medios suficientes para que el enfermo note que allí está la
dignidad de los trabajadores en forma de centro asistencial. Esto es algo de
valores, de conciencia de clase, de apuesta por un futuro progresista democrático
que tiende a resolver las necesidades humanas sin tener que ser de la clase
dominante.
Bonito: ¿no les
parece?
Vigilen la sanidad
canaria, y comprobarán si los nuevos vienen a mejorar la vida social o a ocupar
los puestos de los otros. Es la prueba del algodón
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