PLAGAS MEDIÁTICAS
ANÍBAL MALVAR
“Meter a Podemos en
el Ejecutivo supondría un riesgo no solo para la economía, sino para la
preservación del modelo constitucional”. Le faltó añadir al editorialista de El
Mundo que también conllevaría el crujir de huesos y el rechinar de dientes, que
lloverán azufre y fuego como sobre Sodoma y Gomorra, se calentarán los vientos
hasta quemar las pupilas de las doncellas, perderán su plumaje las aves del
cielo y morirán heladas, nubes de polvo terrero arruinarán las cosechas y las
fuentes, resucitarán en las cuevas animales nunca imaginados y terribles,
estallarán todas las estrellas del firmamento y los varones nacidos antes del
séptimo día del penúltimo mes engendrarán en sus vientres redundantes gusanos
platelmintos y acantocéfalos. Después no digáis que no os lo hemos advertido El
Mundo y yo, seguidores de Pedro Sánchez ‘Botero’.
La última señal de
la llegada del anticristo al Edén español se ha producido en la mesa del
Congreso, donde Podemos ha votado contra la suspensión como parlamentarios de
nuestros presos políticos, encendiendo la furia de los dioses y la ferocidad de
las gorgonas.
De poco sirve que,
además de Podemos, numerosos juristas españoles mantengan que quizá esta
suspensión va a ser revisada por tribunales europeos más afectos a la defensa
de los derechos humanos que los nuestros. Y que quizá la imagen de nuestro país
va a salir más dañada de este entuerto que la de nuestros presuntos golpistas
desarmados.
Aunque El País anda
últimamente bastante recatado y prudente, algunas voces desde su interior se
apuntan también al alarido. Es el caso de Daniel Gascón, quien en su columna de
hoy califica la estrategia de los independentistas como de “troleo y
trilerismo”. Me parece un poco excesivo considerar como troleo el hecho de
llevar más de año y medio encarcelado en preventiva. Y quizá frivolizamos antes
de meditar sosegadamente lo que significa para un ser humano, para su familia,
hijos y tal, tan larga privación de libertad.
Las elecciones
europeas van a meter de lleno este
domingo el conflicto catalán en la agenda europea. Lo que suceda cuando Oriol
Junqueras y Carles Puigdemont se conviertan en europarlamentarios es una
incógnita. De momento, ningún tribunal de arriba de los Pirineos ha admitido el
delito de rebelión. Varios observadores internacionales ya han puesto en duda
la calidad democrática del juicio al que están asistiendo en el Tribunal
Supremo. Aquí, sin embargo, nuestra prensa militante continúa sin hacer el
mínimo gesto de reflexión. Se prefiere el hooliganismo. ¿Para qué discutir si
puedes pelear, que diría Loquillo?
Para ABC, el hecho
de que los acusados “hayan sido diputados por unos días ha sido un problema de
dignidad para la democracia parlamentaria”. Y da igual que el PSOE haya votado
con PP y Ciudadanos en favor de la suspensión. “Batet y el PSOE han comenzado
la legislatura de la manera más torpe posible […] arrastrando los pies hasta
llegar a un acuerdo”, añade el torcuatiano diario. No imagino qué grado
adjetival podrían haber alcanzado contra los socialistas si estos no hubieran
votado lo que la prensa diestra quería que votaran. El lema de legislatura para
estos informadores se resume, por lo que parece, en una vieja frase: leña al
mono hasta que aprenda el catecismo.
Las espadas están
en alto. La Razón lo dice cristalino en su página editorial de hoy: “Se puede
parar la oleada izquierdista”, advierte con tono guerracivilero y trincheril. Y
entra en campaña sin pudores pidiendo el voto para los suyos. “Es preciso
llamar a la movilización de los votantes de centro derecha no solo para que
acudan a las urnas, sino para que agrupen su voto en torno a la formación mejor
posicionada: el Partido Popular”. En caso contrario, ya os lo advertimos arriba:
el rechinar de dientes, meteoritos, plagas y Pablo Iglesias devorando monjas y
niños. Crudos
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