EL DISCURSO DE LOS QUERERES
JORGE BEZARES
Cada vez que
escucho a las tres derechas insistir una y otra vez en que la solución para
Cataluña no es otra que la aplicación del artículo 155 y Santas Pascuas, llego
a la conclusión de que, en realidad, quieren que esta comunidad autónoma
española ponga pie en Polvorosa cuanto antes.
El ordeño
continuado de la mitad de Cataluña que no es independentista está generando
desafección incluso entre los ciudadanos constitucionalistas más moderados, en
tanto en cuanto, a estas alturas, ese discurso machacón de ‘ni agua a los
soberanistas’ lleva directamente a la confrontación y a la falta de diálogo,
algo que no está en el ADN de un demócrata pata negra. Albert Rivera está
especialmente ‘jartible’ desde hace demasiado tiempo con esa retahíla. ¡Si ya
nos hemos enterado que eres español, picha!
En el fondo, visto
así, existe poca diferencia entre la posición de las derechas y la de los partidos
independentistas. Ambos desembocan en un callejón sin salida para Cataluña y
los catalanes, y Cataluña y los catalanes necesitan soluciones no golpes de
pecho patrióticos y banderazos de discordia.
Si queremos de
verdad que Cataluña forme parte de España, debemos construir otro discurso bien
diferente.
El relato de la ley
y el orden del 155 y una sentencia ejemplar del Tribunal Supremo es una
aspiración legítima pero es tremendamente contraproducente, si simultáneamente
no se tienden puentes de plata que allanen al terreno para enterrar como Dios
manda todo el procés.
De hecho, a palo
seco, estoy convencido que es la deriva que más beneficia las tesis
independentistas de cuanto peor, mejor.
En el caso Iceta se
ha podido ver a las claras que los extremos se tocan, que a la hora de la
verdad las derechas y los soberanistas se ponen manos a la obra a ordeñar sus
perjuicios y sus mezquindades y Cataluña y los catalanes les importan un pito.
A ver quién me
explica desde la perspectiva catalanista que un catalán como Iceta no debe
presidir el Senado, o desde la perspectiva constitucionalista que un defensor
de la Constitución sin ningún género de dudas como Iceta no puede presidir la
Cámara Alta. Mucha mandanga tiene la cosa, ¡eh!
Dicho esto,
aprendamos de nuestra historia. No retrasemos la solución del problema como con
ETA. Sí, con la banda terrorista la derecha, representada por el PP, metió
todos los palos en la rueda que pudo y más para que no se produjera el fin de
la violencia en tiempos de ZP.
Los insultos que
recibió el entonces presidente del Gobierno forman parte de uno de los
episodios más vergonzosos de nuestra democracia. Los higadillos salían por la
boca en forma de burradas de sus señorías de Génova con Zurbano.
Me alegra saber que
Pedro Sánchez, con la elección Maritxell Batet y Manuel Cruz para presidir
Congreso y Senado, respectivamente, mantiene el discurso de los quereres y la
hoja de ruta hacia la solución. Y, sobre todo, se muestra inasequible al
desaliento. Sí, un discurso de vamos a buscarnos políticamente el punto G para
ser más felices en vez de jodernos vivos para no vivir en paz. Y una firme
convicción de que la vereda es la buena.
No me cabe duda de
que el líder socialista los elige no por ser catalanes, pero es una evidencia
–creo que diría- que Batet y Cruz son ciudadanos que se sienten españoles y
catalanes, como la mayoría de los paisanos de Cataluña que anhelan un camino de
fraternidad y convivencia y desean dejar atrás de una vez un procés que solo
les ha traído división social, parálisis política y debilidad económica.
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