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miércoles, 2 de enero de 2019

SIN LÍMITE


SIN LÍMITE
JM AIZPURUA
Con permiso del batzoki, pero a mí me encantan Diego el Cigala, y las garbanzas del guachinche. ¡Claro! que siendo yo un ex de ANV, se puede esperar cualquier cosa. ¿Saben que gritábamos al final de actos patriótico?: ¡Gora Euzkadi sin sotana! Que se puede esperar de nosotros, que en la Guerra cuando los Frente Populistas gritaban ¡No pasarán! el batallón de ANV contestaba: ¡Y si pasan que pasen!
Me encanta el toque anarco de ANV que nació en 1930 para adaptar el nacionalismo vasco a la izquierda y que murió en 2008 cerrado por impulso del juez prevaricador Garzón ¡que bandido!
Y es que a nadie puede ponérsele límites. Prohibir, censurar, castigar es lo mas inhumano que puede hacerse dentro de los derechos individuales y colectivos.
Es “Convencer” el camino, señores fachas. ¡No aprenden!
La Humanidad camina cuando el respeto se cultiva, pero en cuanto algún iluminado quiere imponerse; todo se derrumba y regresamos a las cavernas.
Y nuestra casta divina cañí, no sabe a que carta quedarse. Potenció Podemos para joder al PSOE, luego alumbró a Cs por que el marianismo se enfangó y ahora se debate entre PP y VOX para que sus intereses sean protegidos. ¡Que kilombo!
Y el pueblo llano, subiendo la montaña de la marginación y el hartazgo de bustos parlantes en la TV que no se creen ni ellos mismos lo que dicen. Esta vez votar va a ser una actividad para heroicos votoadictos. Van a salir los fachas en manada y el resto a pasar el día como puedan. Perdidos los valores, la intencionalidad ideológica, que mande Santi, Albert o Pablo deja de tener importancia para los sufrientes marginados del Sistema. Es como cuando la TV avisa de la bajada de la bolsa: el sintecho pasa de largo.
Los humildes necesitan hechos y techos, y la izquierda les da politiquería. ¿Llamazares y Garzón pueden ilusionar a un parado? Ya nadie cree en nada y esa es la gran labor de la caverna que con su ventilador ha enmierdado el panorama.
Hay que volver a empezar.
No se puede ir a las urnas sin confiar en las listas, sabiendo que en ellas van mudos y ciegos los más dóciles del partido; los del pulpo como animal doméstico. Y los de las asambleas con llevar a los coleguis a levantar manos, lo tienen hecho. Mala papeleta: nunca mejor dicho.
¿Volveremos a la papela en blanco o a pasar el domingo en la playa? Pues eso sería el triunfo más fácil del tridente.
El rearme ideológico, moral y ético de la izquierda como enfoque de vida es algo necesario y que la partidocracia impide con su lógica inercia por la supervivencia en el cargo. Un político es un profesional, sujeto a la voluble decisión del electorado y eso genera una inseguridad laboral que lo arrastra a la claudicación de ideales y rebeldías. Se pliegan al Sistema y se pliegan a la lista.
Si no cambiamos esto; muy mal vamos.

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