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sábado, 17 de noviembre de 2018

CONDENA


CONDENA
JM AIZPURUA
Comenta estos días Monedero, que la izquierda es el peor enemigo de la izquierda. Quizás, pero creo que es equívoco el concepto “izquierda” en donde cabemos todos y hemos sido dirigidos hasta por el infiltrado camarada Isidoro. ¿Quién es la izquierda?
Los que tienen “cuartos” que proteger, se asocian en derecha, y el resto se dice que somos la izquierda, la clase obrera, el proletariado, lo cual es el gran error de concepto. Hay una gran masa ciudadana que estando hoy “tiesos”, lo darían todo por ser ricos, y si lo logran, se adhieren de inmediato a la derecha como lapas a la roca. ¿Dónde estaba su izquierdismo?
Y es que la izquierda es algo diferente a la sociología de clase; es un sentido de pertenencia, una superación del pensamiento “políticamente correcto” para entregarse a la tarea de mejorar las condiciones de vida de sus semejantes.
Lo peor de ser de izquierdas es que hay una izquierda política, que se encarga de desilusionarte sistemáticamente, perdiéndose en la senda por imponer su catecismo y sus ocurrencias, y a veces su impecable presencia humana.
Mi experiencia me dice que en el camino del político de izquierdas siempre hay espinas y rosas en el de derechas. M Punto y sus secuaces han caído descubiertos nadando en el yacusi de la corrupción, pero se libran de pagar por sus culpas y les espera un sillón remunerado en el que seguir viviendo en la abundancia. Por el contrario, al sufrido político zurdo que no consigue reelección, lo esperan en la bajadita; patronos, curas y militares.
Este es el mayor hándicap que se presenta a la izquierda en la batalla política. Los partidos son una casta de profesionales, con futuro asegurado, y en la que los honestos izquierdistas quedan desamparados si se agarran a sus principios y valores y son expulsados del redil. Este es el motivo por el que hemos visto convertirse en camaleón de la poltrona a muchos bienintencionados elementos que al borde del abismo rectificaron su camino.
Este es compañero Monedero el triste destino del que lucha por un ideal y una panda de burócratas lo deja en la calle al capricho de la Brunete. ¡Cuánto confidente hubo de emplearse por el abandono de los suyos! El inicial “amor” de los podemitas, se está viendo transmutado en un cainismo preocupante, con un aroma casposo de “quítate tú pa ponerme yo”. Peligro en el gallinero de la izquierda.
Liderar proyectos de izquierda es una proeza. Luchar por alcanzar la utopía es más difícil que luchar por llenar el bolsillo propio. La derecha lo tiene más fácil y además tiene dinero que ya sabemos que es caballero poderoso que tiene la corrupción como arma de destrucción masiva de la izquierda.
Tomar, democráticamente, el Gobierno es el paso necesario, pero no suficiente, para una acción transformadora de izquierdas en este Estado español. Lo demás es superfluo y que en Madrid vaya de candidata Carmena o Carmen de Mairena: es algo que solo preocupará a sus familias, pues cuando el elector está concienciado y confiado en una sigla, acepta lo que le pongan en la papeleta.
Es el momento de ser generosos y comprender el drama del político de izquierdas “repudiado”. No hagamos sangre. Son los votos de la gente los que llevan al poder, no las maravillas de los candidatos de las listas. No quemen a los votantes pues cuando podando cabezas lleguen a la lista guay, es probable que ya no les queden votantes.

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