JM AIZPURUA
Comenta estos días
Monedero, que la izquierda es el peor enemigo de la izquierda. Quizás, pero
creo que es equívoco el concepto “izquierda” en donde cabemos todos y hemos
sido dirigidos hasta por el infiltrado camarada Isidoro. ¿Quién es la
izquierda?
Los que tienen
“cuartos” que proteger, se asocian en derecha, y el resto se dice que somos la
izquierda, la clase obrera, el proletariado, lo cual es el gran error de
concepto. Hay una gran masa ciudadana que estando hoy “tiesos”, lo darían todo
por ser ricos, y si lo logran, se adhieren de inmediato a la derecha como lapas
a la roca. ¿Dónde estaba su izquierdismo?
Y es que la
izquierda es algo diferente a la sociología de clase; es un sentido de
pertenencia, una superación del pensamiento “políticamente correcto” para
entregarse a la tarea de mejorar las condiciones de vida de sus semejantes.
Lo peor de ser de
izquierdas es que hay una izquierda política, que se encarga de desilusionarte
sistemáticamente, perdiéndose en la senda por imponer su catecismo y sus
ocurrencias, y a veces su impecable presencia humana.
Mi experiencia me
dice que en el camino del político de izquierdas siempre hay espinas y rosas en
el de derechas. M Punto y sus secuaces han caído descubiertos nadando en el
yacusi de la corrupción, pero se libran de pagar por sus culpas y les espera un
sillón remunerado en el que seguir viviendo en la abundancia. Por el contrario,
al sufrido político zurdo que no consigue reelección, lo esperan en la
bajadita; patronos, curas y militares.
Este es el mayor
hándicap que se presenta a la izquierda en la batalla política. Los partidos
son una casta de profesionales, con futuro asegurado, y en la que los honestos
izquierdistas quedan desamparados si se agarran a sus principios y valores y
son expulsados del redil. Este es el motivo por el que hemos visto convertirse
en camaleón de la poltrona a muchos bienintencionados elementos que al borde
del abismo rectificaron su camino.
Este es compañero
Monedero el triste destino del que lucha por un ideal y una panda de burócratas
lo deja en la calle al capricho de la Brunete. ¡Cuánto confidente hubo de
emplearse por el abandono de los suyos! El inicial “amor” de los podemitas, se
está viendo transmutado en un cainismo preocupante, con un aroma casposo de
“quítate tú pa ponerme yo”. Peligro en el gallinero de la izquierda.
Liderar proyectos
de izquierda es una proeza. Luchar por alcanzar la utopía es más difícil que luchar
por llenar el bolsillo propio. La derecha lo tiene más fácil y además tiene dinero
que ya sabemos que es caballero poderoso que tiene la corrupción como arma de
destrucción masiva de la izquierda.
Tomar,
democráticamente, el Gobierno es el paso necesario, pero no suficiente, para
una acción transformadora de izquierdas en este Estado español. Lo demás es
superfluo y que en Madrid vaya de candidata Carmena o Carmen de Mairena: es
algo que solo preocupará a sus familias, pues cuando el elector está
concienciado y confiado en una sigla, acepta lo que le pongan en la papeleta.
Es el momento de
ser generosos y comprender el drama del político de izquierdas “repudiado”. No
hagamos sangre. Son los votos de la gente los que llevan al poder, no las
maravillas de los candidatos de las listas. No quemen a los votantes pues
cuando podando cabezas lleguen a la lista guay, es probable que ya no les
queden votantes.
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