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martes, 2 de octubre de 2018

LA ISLA....


LA ISLA....
DUNIA SÁNCHEZ
No, no miraré atrás. Mis seres amados hace tantos años que no los veo, que no noto sus sonrisa cuando yo una pequeña jugaba a su alrededor. Ahora, la huída. He visto una cierta luz en las estrellas que me dice que tengo que marcharme lejos, muy lejos ,  a la isla. No sé donde se encuentra pero cruzaré este desierto donde cada azote de su viento me ciega, me hace doblarme en la nada de su voz pero todo tiene su fin. Yo, niña mujer he sufrido las barbaries que no cualquier ser humano de la otra orilla, del otro lado de la frontera no es capaz de imaginar. Pero como niña mujer soldado me he acostumbrado a una cosa , he de luchar, he de sobrevivir ante los aberrantes alientos del ser humano.
Aunque haya sangrado, me hayan violado, me hayan pegado, haya pasado hambre, haya pasado sed , haya perdido el sentido de la existencia he de continuar en mi búsqueda. Iré a la isla, allí se dice que se vive bien, que todo es distinto, que otra esfera bien ajena a mi hoy, a mi ayer ¡Lucharé¡ Yo excombatiente saldré viva de este desierto, el dromedario me guía, la luna me alumbra y la paz que ahora siento. Uhmm….este silencio de gritos, de bombardeos, de sufrimiento que me escuece en el dormitar ¡No¡ no dormiré hasta llegar a la isla. Esa isla que dicen de bella humanidad donde las batallas las libras con flores perfumadas de esperanza en sus rituales. No, no miraré atrás. Aquí, sola, niña mujer soldado he sido. No me importa, mis ojos señalan el norte. Un norte donde alas de la libertad desencarnará en mi verticalidad. Verticalidad que no he poseído sino una prisión en mis pensamientos nutrido por la violencia, por agitadores viciosos en sus ruedas en torno al mismo eje de sus ideas. Ideas falsas. Ideas erróneas. Solo el ayer será un fantasma que volverá cuando menos me lo espero pero me es igual. Tengo que llegar a  la  isla ¡La isla¡ ¡ La isla¡ Solo me queda agua y aguantare ante este implacable, tempestuoso mar de arena y piedras hasta avistar la isla ¡La isla¡ ¡La isla¡ Por unos instantes cierro la mirada al horizonte, la noche me atrapa y el frío que siento hace que hasta los huesos me duelan. Pero, continuaré, sin mirar atrás, no vale la pena. A lo mejor desde la isla ¡la isla¡ ¡la isla¡ podré ayudar a mis compañeras, a mis compañeros que en el menudo de su edad aun no comprenden que es la existencia, la humanidad ¡La¡ ¡la¡ me viene una canción de no sé donde habré escuchado, en ella el reflejo del bien me inunda, me dice continua ya está cerca. La noche no me hace distinguir bien aunque la luna, los astros me hablan por donde seguir ¡La isla¡…¡La isla¡ Lloro, puede ser que los tormentos me busquen, puede ser que mi cuerpo manchado se retuerza ¡Apártate¡, grito. Y este grito en medio del vacío , de la nada me orienta a ser más fuerte. No, no caeré, tengo que llegar a la isla ¡la isla¡….veo revolotear mariposas ¿de dónde vendrán? Mariposas ligeras, mariposas mansas, mariposas luchadoras aun en la apariencia de sus alas frágiles.  No, no son visiones ¡la isla¡ ¡la isla¡
 


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