EN UN
PUNTO DE LA GOMERA
Rafael ZAMORA MÉNDEZ
AGULO
tiene un tesoro
que
aplaca la ardiente sed.
¡Profunda
cascada de oro
y
dulce Madre que adoro,
la
VIRGEN DE LA MERCED!
Gran
SEÑORA del lugar,
eternamente
hechicera.
¡No
se puede comparar,
lo
que Ella procura dar,
al
que de veras la quiera!
Es la
Reina milagrosa
que
concede sus favores.
¡Bella
y tierna mariposa,
que
en La Gomera se posa,
Es
linda Estrella encontrada
en el
crisol de los cielos.
¡La
Paloma iluminada,
que
brotando de la nada,
conquistara
a los abuelos!
Ella
conforta en el llanto,
con
guarapo de dulzura.
¡Se
le pide y ruega tanto
que
nos refugia en su manto,
al
fervor de la ternura!
El
pueblo le rinde honores,
con
nativa pleitesía,
y
agradece sus favores,
retumbando
los tambores,
sin
respiro, noche y día.
Ofrenda
de corazones,
con
cariño, le darán,
y
entre votos y oraciones,
un
concierto de canciones,
a su trono
llegarán.
¡Bendice
tantos hogares,
con
gracias extraordinarias.
¡Los
rincones y lugares ,
que
de encantos naturales,
embellecen
a Canarias!
En
las celdas de esta vida,
precisamos
de tu ayuda.
¡Bendita
madre querida,
de
las sombras redimida,
mi
alma entera, te saluda!
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¡MUCHAS
FELICIDADES!
A
TODAS LAS MUJERES,
CON
EL NOMBE DE MERCEDES!
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