EL PROLÍFERO
"TAMARICHE"
Rafael
ZAMORA MÉNDEZ
Una vez más, mi
estimado colega y fraternal compañero, genial creador, ferviente enamorado de
la técnica fotográfica, de la flamante pintura, de los elocuentes micrófonos,
RAFAEL PÉREZ RODRÍGUEZ,
internacionalmente bien conocido por las incontables y exitosas
Exposiciones llevadas a cabo fuera de nuestro país, campechanamente, se ha
adjudicado el peculiar apelativo de,”TAMARICHE”, cariñosa muestra relevante de
su profundo amor y enorme apego a la bendita tierra pródiga que le viera nacer,
y que, por señalados albedrío del Destino, desde hace ya bastantes años, con su
distinguida esposa, OFELIA GARCÍA PÉREZ, conservamos una muy agradable
afectuosa amistad, ha tenido la costumbrada delicadeza de obsequiarme con unos
meritorios presentes, todos ellos, plagados de formidables utilidades
artísticas y argumentales.
Se trata de un
sugestivo opúsculo, divulgado bajo el espléndido patrocinio del Gobierno de
Canarias, el Cabildo de Fuerteventura, Reserva de la Biosfera y Centro
Bibliotecario Insular, fuera pulcramente editado, bajo las capacitadas firmas
de Rosario Cerdeña Ruiz e Inmaculada Pérez Gopar, bajo el llamativo título de
"COFETE EN LA HISTORIA Y LA LITERATURA"
Atrayentes páginas,
relativas a los artísticos y tradicionales movimientos que a lo largo de los
tiempos, han ido transcurriendo en la hermosa y casi desamparada vega de
COFETAS, encantado rincón, estratégicamente situado al propio norte de la
viviente Jandía.
Con pelos y
señales, el curioso lector, poco a poco, con inusitado interés, sin darse
apenas cuenta de ello, va adentrándose hasta en la propia colonización, y en
los deleitables orígenes primitivos de este tan exclusivo y castizo Caserío.
Una deleitable y
entretenida lectura en donde hace su aparición, los condes de Santa Coloma, con
el plácido transcurrir del ayer, de su atractiva vida cotidiana, con sus
especiales ritos sociales, escasos nacimientos, contados matrimonios y
lamentables muertes.
¡Aquellos jubilosos
días de diversión, allá, por el sofocante mes de junio, con la solemne
celebración de unas sonadas fiestas en honor de los santos apóstoles, Juan y
Pedro!
Por muchas
circunspectas implicaciones, motivadas por el lamentable transcurrir de las
cambiantes épocas, el decisivo ocaso de este típico poblado, se produjo entre
los años 1949 y 1950.
Como apenada
consecuencia de esta abatida situación, sus pocos habitantes, se vieron
forzados a emigrar a los saturados valles de Jandía, a Morro Jable o bien a
otros diferentes lugares, dentro y fuera de la isla, dándose el curioso caso
que en el censo de 1950, tan solo se registraron seis familias, las cuales,
también tuvieron que fenecer, en atiborrado desalojo.
En estos postreros
años, con renovado entusiasmo, se han promovido algunos sugestivos proyectos,
pretendiendo con máximo interés, el milagroso rescate de este especial caserío
histórico que constituye uno de los paisajes turísticos más caprichosos que se
puedan vislumbrar.
La sosegado
situación que, por cualquier fragmento le rodea, su oriunda beldad, su secreto
sigilo y hierática soledad; el arcaico camposanto, la misteriosa casa de Winter
y, otros profusos pormenores, sin lugar a vacilaciones, le han convertido en
una fluidísima fuente de encumbrados filones intelectuales, de los que han
brotado una notable pléyade de estimables poetas y escritores, unos oriundos y
otros conocidos, como. Domingo Fuentes Curbelo, Manuel Bermejo, Juan Pedro
Martín Luzardo, Domingo Velázquez, Ángel Sánchez, Alberto Vázquez Figueroa,
Enrique Nacher, Ricardo Borges, Claudio Reyes Pérez, Tico Medina, Sergio
Domínguez Jaén, Francisco Estupiñán, Pedro Lezcano, Juan Miguel Winter, Miguel
Ángel Sosa, Andrés González Francés, este último, autor de un sublime poema,
dedicado a la llorada evocación del que fuera un excelente amigo,"EL
BRUMAS", ANDRÉS FLEITAS, quien, en los confusos mares herreños,
perennemente se nos malograra; establecen de por sí, que todo el ingente
desfile de renombradas figuras, ya mencionadas, hagan posible el vigoroso
sostén de unas meritorias leyendas, llamativos usos o los patrimoniales hábitos
de un solitario pueblo fantasma, ansioso de recuperar como sea, sus básicas y
entrañables raíces.
Para nada nos
extrañan estas evidentes muestras, estos admirables asomos eruditos si, a
conciencia, consideramos que por aquellos idílicos parajes majoreros, un buen
día dejara sus permanentes huellas el vasco escritor, filósofo y pensador, Don
MIGUEL DE UNAMUNO JUGO, el que, por diversas ideas políticas, tristemente,
fuera indignamente expatriado.
Adjunto, me viene a
las manos otro minúsculo prospecto, "MATERIA DE LA ISLA", con una
veintena de cortas y exquisitas baladas, todas ellas, originales e
inspiradísimas, de nuestra gran poetisa herreña, MARÍA PADRÓN, ilustrando unas
penetrantes imágenes de enorme belleza visual, captadas por la mágica cámara de
"TAMARICHE" y con el familiar Prólogo de su observadora esposa,
OFELIA, ensalzando, en un delicioso canto de concordia, las sobresalientes
virtudes de una auténtica y amigable artista que, pasando por FUERTEVENTURA, en
nueve intensos
días, realizó el
prodigio de tales primores ilustrativos.
"Eres una más,
una más entre toda Canarias,
y, como todas,
única.
Único tu mar, tu
arena única, única tu soledad; hablada por el viento en las montañas, recitando
a Unamuno
Y yo, recitando a
Bécquer, te murmuro:
FUERTEVENTURA,
POESÍA ERES TÚ
¡CUERPOS DE
ESPACIOS, ISLA DE LUZ!
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