SOBRE EL
AUXILIO EN CARRETERA
Rafael ZAMORA
MÉNDEZ
¡Cuánto, pero cuántos y cuántos sobrados sabios
conocimientos, tenían nuestros respetados mayores!
Aseguraban que si en nosotros no ordenaba la justa
razón, mandarían nuestros torpes sentidos.
Y eso,
resultaba bastante serio y sumamente grave.
Ellos, nos decían que, lo que interesa en este mundo,
no es que seamos importantes, sino que sepamos ser bastante útiles y
prácticamente serviciales.
El que no tiene carácter no es un hombre. Es,
escuetamente, una nociva cosa.
El conjuntado cortejo fúnebre de muchos recordados
parientes y queridos amigos, por
infortunada desdicha, nos ha precedido y, que en estos días, ALGUNOS DE
ELLOS, hemos visto desfilar por este
mismo BLOG, en el rutilar del ya recorrido camino, han sabido irnos dejando la
abundante siembra de sus más honorables
virtudes.
Fieles amantes a las divulgadas costumbres del pueblo,
conocidos dichos y preconcebidos refranes frecuentemente divulgados, muy raras
veces, por no decir que bien pocas, jamás,
solían equivocarse plenamente en el recto sentido de sus muy atinados
veredictos.
Aquello de que...< el hombre propone y Dios
dispone>, es una latente verdad, más real que los rancios veinticinco
céntimos de las antiguas y caducadas veteranas rancias pesetas.
Hace unos años, con el feliz propósito de lograr
pasarme unos prolongados días en la serena capital de nuestro acogedora
meridiana ISLA DEL EL HIERRO, viene a resultar que, definitivamente, contra lo
que buenamente nos habíamos propuesto...el Destino estimó cortar por lo sano, para de nuevo
asignarnos antes de lo conjeturado, la asignada tarea de seguir dándoles aquí,
en NACIÓN CANARIA, la consabida matraca de costumbre.
Por fortuna, tuve la complaciente franquicia de ser
fiel testigo, en los comprometidos hechos de un lamentable contingente
automovilístico, gracias al reino celestial, sin lamentables consecuencias
personales y en el que más me llamara intensamente la atención, fuera
precisamente la inmediata asistencia en carretera del atento conocido
compañero, ILDEFONSO SANTANA ARMAS, un
complaciente “canarión”, quien, junto a su muy magnánima esposa, ha sabido
adaptarse a nuestros típico usos y costumbres, conviviendo entre todos, como un
legítimo conciudadano más.
Persona, mucho más que afable, lúcidamente
comunicativa, y crecidamente laboriosa, prestando servicios profesionales en la
Cooperativa Insular de Taxistas de Valverde de El Hierro, siendo firmemente
elogiado por su habitual eficacia, positiva entrega y fraternal cordialidad.
¡Cuán horroroso resulta el poder comprobar, cómo en
muchísimos de estos similares asuntos, ante un abrupto hecho, a modo del que
les he narrado, incluso existiendo heridos, ante la posibilidad de perder
tiempo como testigos, ante las comprometidas Autoridades, cobardemente, se
dan a la fuga, eludiendo por completo
todas las obligatorias RESPOSABILIDADES CORRESPONDIENTES, MARCADAS POR LAS
socorristas normas generales DEl TRÁFICO!
En esta tan preclara causa, ¡de qué manera quiso
sacrificar buena parte de su justo merecido descanso dominical, para utilizarlo
en bien de unas acongojadas almas inexpertas, que tuvieron la desdicha de
quedarse sin vehículo, a la negra luz de la sombría intemperie y merced a que,
gracias a sus impagada asistencia facilitada, pudieron comprobar a pies
juntillas, la forma y manera de saber cumplir a rajatabla con una condesciende
ley de imperativa utilidad!
Los
servicios por carretera,
son
decentes de exponer
que, de
buenas a primera,
puedes
perder una rueda
y, no la
sepas poner!
Ante un
choque inevitable,
sólo
tememos perder
y, resulta
formidable,
sumamente
confortable,
que te
puedan socorrer.
¡Florezcamos
mensajeros,
ante
asuntos importantes
ya que,
siendo nazarenos,
plasmaremos
como buenos,
con todos
los semejantes!
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