Cuando el inquisidor es uno
de los nuestros
POR RAFAEL CID
Pedro Sánchez no
solo está gobernando con los presupuestos de Rajoy. Esos que cuando estaba en
la oposición rampante (“echar al PP de las instituciones”) le parecían tan
antisociales que esgrimió una enmienda a la totalidad. Ahora también ha
utilizado la misma cicuta que los de Génova 13 inocularon en el ente público de
RadioTelevisiónEspañola (RTVE). La designación “provisional” del periodista que
accedió a la dirección de Radio3 en la etapa del PP pone de manifiesto una vez
más la ninfomanía del poder.
Así que dicho y
hecho. Las primeras de cambio no vienen con la derogación de las reformas
laborales y de pensiones perpetradas por ellos y sus adversarios políticos para
hacer que la crisis financiera la pagaran los trabajadores. Tampoco conlleva el
imperativo reformista de mejorar la financiación autonómica a fin de que las
comunidades puedan tener más recursos económicos para atender adecuadamente sus
necesidades sociales. Con semejantes trazas no resulta extraño que la tribu
conservadora haya decidido no presentar candidatos de su cuerda para renovar la
cúpula de RTVE. En cierta medida, el PSOE del ¡váyase señor Rajoy! está
recuperando a uno de los suyos.
Porque, el elegido
para pilotar RTVE (más de 1.000 millones de facturación y más de 6.000
empleados: un oscuro objeto de deseo) es un periodista que hizo méritos nada
más aterrizar en R3 como saben hacer los que quieren deslumbrar al señorito. Se
cargó el programa “Carne Cruda”, uno de los pocos espacios críticos de la
emisora pública, que tenía la osadía de mostrar que existen otros mundos más
allá de la propaganda y el “si boana”. Y por si fuera poco, para dejar sentado
su autoridad en el antenicidio, proclamó que Carne Cruda era poco menos que una
“radio pirata”. Tomás Fernández Flores, ecce homo, será el nuevo mandamás de
RTVE por el dedazo del tándem Sánchez-Iglesias, y el jefe al que tendrán que
seguir los restantes consejeros de esa lista, en su mayoría periodistas del
entorno del digital Público, propiedad del rojo Roures.
Lo actuado hasta la
fecha por el “pedrismo” pasa sobre todo por un política de gestos y
remenbranzas que van del Aquarius a las plataformas regionales de desembarco;
de la momia de Franco al torturador Billy El Niño; y cuyo “punto G” hasta el
momento es el continuismo presupuestario y mediático. Porque vender casi como
un avance civilizatorio que el presidente del gobierno acepte reunirse con
Torra “sin cortapisas” no deja de ser un insulto a la inteligencia. ¿Cuál es el
hecho diferencial entre esa “cumbre del diálogo” y la que tiempo atrás
protagonizo Rajoy con Puigdemont? Una única cosa: que ahora la batuta la tiene
quien propuso en solitario agravar el código penal para que el delito de
rebelión no requiriera el concurso de violencia. O sea, volver a la
tipificación del franquismo.
Gato blanco, gato
negro, lo importante es que cace ratones, dijo el que debió inventar las
ratoneras. De ilusión también se vive. De hecho desde que hay un nuevo
inquilino en La Moncloa han cesado las movilizaciones de jubilados indignados y
sindicalistas dispuestos a dar la batalla, aunque desde el gobierno les hayan
dicho “vuelva usted mañana”. Será porque a uno de los otros ha sucedido uno de
los nuestros. Y como dijo Gloria Fuertes en este mundo traidor “todo vale, todo
se aprovecha, de un cuerno se hace una percha”.
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