¿OVNI o ALCALDE?
JM AIZPURUA
No es
posible permanecer impasible ante la desvergüenza del alcalde capitaleño al
leer sus artículos de prensa, pura propaganda basura que tienen toda la pinta
de ser escritos por alguien ajeno, mercenario de pluma al servicio del alcalde.
Nos dice
que él, el alcalde, desde hace dos años “está involucrado al máximo” en la
canariedad de estas islas. Y nos dice que la música, el deporte o la
gastronomía nos sirven para proyectar la idiosincrasia de esta comunidad.
Sospecho
que no conoce esta lumbrera canaria lo que quiere decir idiosincrasia.
El alma
canaria, su esencia, no se refleja en su gofio en sus isas o en su lucha, es en
sus derechos nacionales, no de nacionalidad como usted refiere para seguidismo
del godo, donde están fijados los mandamientos del canario honrado y coherente
con su historia, desde la invasión castellana, sus matanzas y esclavitud, y la
colonización de la que aún no ha conseguido liberarse. El 46% de pobreza es la
verdadera bandera canaria autonómica colonial.
Pero
usted de esas cosas no quiere ni mencionarlas, pues es un falso nacionalista
dedicado a confundir al buen canario para mayor gloria del godo y desde su
cargo confundir aparentando canariedad al autonomismo. Pero la canariedad es la
virtud del amor y reconocimiento a la propia tierra y el trabajo para su
progreso, cosas que la alcaldía capitaleña no practica.
No tengo
nada contra la postura colonizadora y españolista de mi paisano Asier, clara y
rotunda, pero usted, que tiene la misma, es un cínico y un traidor a las
creencias de los nacionalistas canarios o de cualquier parte cuya pertenencia a
una nación es la causa de su militancia e ideología. Se puede ser regionalista
español, nacionalista canario (federalista o independentista) e incluso
insularista, pero siempre con la premisa de reconocer la historia, aceptar el
origen wanche y no español, y resarcir a Canarias de su atraso y abandono en el
sistema colonial. Y cada palo debe sostener su vela.
No
alardee de co-capitalidad comunitaria, pues la otra hace mucho que le comió la
tostada y usted lo acepta y disimula, al fin y al cabo es canarión de
nacimiento.
La ciudad
que usted mantiene es de una decadencia infinita, con un puñal en su corazón
por el monumento a Franco y su golpe de Estado, sacralizando una guerra y una
dictadura represiva de 40 años. Es ilegal, pero usted al dictado del fascio que
lo sostiene, busca añagazas para mantenerla y reírse de los que en cunetas aún
esperan que sus descendientes puedan devolverles la dignidad. El muelle pide a
gritos una estatua en honor a los que de Paso Alto salieron y no volvieron y a
su alcalde legal. Ponen ustedes monolitos a todo el que pasó por aquí e ignoran
a los que dieron su vida desde aquí.
¡Farsante!
¿Puede tener valor “artístico” una estatua de Hitler o una reproducción de la
cámara de gas? Si tuviera un mínimo decoro o sentido de la Ley, si tan solo
fuera demócrata, pondría unas vallas alrededor de ese esperpento fascista para
no agredir visualmente a los partidarios de la Ley y la Democracia que pasean
por la capital. Sus nostálgicos partidarios fascistas podrían entrar a verla
privadamente, pero fuera del ámbito público e ilegal.
Su
gestión es causante de que esta capital esté sucia y abandonada, aceptando un
lugar impropio por su bella naturaleza, con una costa industrializada a donde
llegan los cruceros turísticos entre monstruos industriales portuarios. ¿No ha
visto usted las instalaciones de los polos turísticos de otras latitudes? Ni en
Marruecos se tienen infraestructuras marítimas y aéreas de tan baja calidad. Su
tolerancia al abuso central y su absoluta ineptitud ha provocado que hasta el
Carnaval sea una sombra del pasado y no atrae ni a los extranjeros residentes
de puro soso y aburrido que es y al que solo acuden los paisanos subvencionados
por su corporación.
No tiene
usted un Plan urbano de futuro para esta ciudad, destrozada y mercantilizada al
servicio de unos pocos, cortos de miras, que emprendieron el camino del
urbanismo burbujeante y la decadencia de la ciudad.
Ustedes
los nacionalistas-regionalistas han sido el caballo de Troya godo, la causa
real de ocupar un lugar colista en el Estado, con porcentajes de pobreza
inauditos en Europa, aceptando que ciudades peninsulares gocen de autopistas a
barullo mientras aquí tenemos una sola, birriosa y saturada. Aquí no se
invierten para las necesidades reales y se pagan cuatro perras por los votos,
juego perverso para ocultar la pésima gestión colonial de la metrópoli en estas
islas y mucho más en Santa Cruz. Nos dan limosnas.
Méndez
Núñez, récord europeo en tardanza de ejecución; ya vemos su resultado, si no
caemos al hoyo.
Nefasto alcalde búsquese una puerta giratoria
y no siga destrozando el futuro de la capital.
La Laguna
y Santa Cruz, son un eje urbano, una conurbación, de una potencialidad
urbanística extraordinaria, necesitado de un proyecto para el s. XXI realizado
por urbanistas internacionales que doten de futuro la perla de esta isla y
alejen su aldeanismo decadente.
Un nuevo
alcalde-esa se necesita no para que nos cuente de sigla o de ideología sino
para que emprenda una labor de transformación profunda que la incorpore a las
capitales europeas de referencia. Pero desde un nuevo paradigma alejado de los
intereses provincianos, militares, religiosos y terratenientes. El futuro
europeísta debe entrar ya en estas tierras un lejano día afortunadas. La
inversión corresponde a la metrópoli, por siglos represora, y al continente que
dispone de un lugar estratégico sin costo alguno en el que reposan en invierno
sus mayores bien pensionados. Es de justicia una gran inversión directa en
estas islas, sin pasar por el coladero madrileño de la corrupción, controlada y
dirigida por organismos europeos. Canarias no es una provincia ni una
autonomía: es una nación de ultramar, archipelágica y en nada comparable a los
territorios peninsulares. Su interpretación por los poderes estatales y
europeos debe ser la correcta no la conveniente para ellos y sus lobbys. Si
esto no se da; la independencia será el único camino de progreso para el
sufrido pueblo canario.
Son los
capitaleños los que deben-debemos encontrar un voto que garantice el
renacimiento de esta ciudad abandonada para que recobre el esplendor perdido.
Portuaria
o turística; he ahí el dilema.
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