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viernes, 23 de marzo de 2018

¡CUANDO OTROS TIEMPOS ERAN!


¡CUANDO OTROS TIEMPOS ERAN!
Rafael ZAMORA MÉNDEZ
Y, no me refiero a los climáticos, a los propios pertenecientes a cada estación, sino, a los que en la actualidad, estamos obligados a vivir.

En estos transcurridos días, me hizo bastante gracia, escuchando aquel viejo refrán que dice: "DOMINGO DE RAMOS, LAS FIESTAS COMENZAMOS".
Confirmando lo dicho, es bien cierto, verídica y patente realidad, que en llegando esta llamada "Semana Santa", muchos son los núcleos familiares y dispuestas personas que suelen aprovechar la misma, para iniciar felices unas "piadosas" vacaciones, trasladándose a las altas montañas, reposados hoteles, plagadas costas, anegadas y, si el tiempo lo permite, hasta alguna soleada playa.
No está nada mal el querer aprovechar tales fechas, para despejarnos un poco de las cotidianas tareas laborales, hogareñas y escolares, siempre que se sepan respetar, como es debido, aquellos señalados días litúrgicos, como siempre lo fueran los Jueves y Viernes Santos, teológico compendio supremo de la auténtica FE.
No es posible conocer a Cristo y no amarlo. La FE, sigue venciendo durante muchos siglos. El Credo del católico cristiano, es el mismo del Cenáculo, de las Catacumbas , de las Catedrales y de las Universidades. El que opine de que puede vivir sin exteriorizar su fe, es que ignora por completo su existencia.

La FE, se apaga por completo cuando no se practica y, una religiosa forma de lograr recuperarla, es asistiendo a los programados actos anunciados en cada una de las Parroquias o Templos, adyacentes o lejanos, a nuestros hogares.
¡Es patética la triste situación que, cada día, se palpa, se vislumbra y vive, en la mayoría de las iglesias existentes, cuando, a las mismas, ya no afloran los muchos jóvenes que antes, fervorosamente, las poblaban!


Las tradicionales renombradas Cofradías y aleccionadoras Hermandades, todavía, siguen sosteniendo el arraigado desfile de las extensas Procesiones, admirándose el agónico esfuerzo de los sacrificados COSTALEROS, de cuyos curtidos hombros, depende el rítmico movimiento de los pesados tronos.
Hay que evitar que tales demostraciones públicas, no se conviertan en un simple, llamativo y bochornoso folclore.
De hecho, ya, varias Autoridades Eclesiásticas, han prohibido la lujosa exhibición de los llamativos y teatrales desfiles de elegantes damas, luciendo vistosos ropajes engalanados de peinetas con mantillas, como si con ello, se tratase de un panorámico concurso de moda.
Con todo lo expuesto, ¡Dios me libre de ello!, he pretendido implantarles aquí, una atrevida lección de ética doctrinal católica; simplemente, ha sido el personal parecer sobre esta bien probada actualidad que todos sabemos, palpamos y vivimos, por cierto, bastante diferente a la de otras bien conocidas épocas, arduo , difíciles de que, triunfalmente, logren poder volver a resurgir.


CON LOS DOS BRAZOS EXTENDIDOS
EN DURO MADERO ENCLAVADOS,
NOS QUEDAMOS YA REDIMIDOS,
DEBIENDO SER AGRADECIDOS,
A TODO UN DIOS CRUCIFICADO.


1 comentario:

  1. En mi juventud, Amigo MORALES, JUEVES y VIERNES SANTO, eran mucho más que sagrados: NO SE TRABAJABA Y, HASTA LAS EMISORAS DE RADIO, SE QUEDABAN COMPLETAMENTE MUDAS.- EN VENEZUELA, EL VIERNES SANTO, NI LA TELEVISIÓN, DEJABA DE FUNCIONAR Y, TODO EL PUEBLO, ESTABA ATENTO LAS SIETE PALABRAS DE CRISTO EN LA CRUZ, COMENTADAS POR MONSEÑOR PELLÍN, UN ORADOR DE ALTOS VUELOS QUE, CADA SEMANA SANTA,CONMOCIONABA TOTALMENTE A LAS CRISTIANAS ALMAS.

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