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viernes, 2 de febrero de 2018

LA LEY

LA LEY
J.M. AIZPURUA
“La LEY es lo único importante” (Mariano dixit).
Menos lobos, Caperucita. Como buen político facha; no se aprendió la lección, o según su costumbre pretende engañarnos.
Hay dos cosas importantes: La Libertad y la Democracia. Y de la Democracia salen por la voluntad popular del voto ciudadano, las constituciones y sus leyes. Es la Democracia la que permite al grupo de ciudadanos mayoritario, crear su constitución y aprobar sus leyes. Las leyes, cambiantes, deben reflejar el sentir de la ciudadanía y para ser legítimas nunca deben ir en contra de la libertad de la minoría.
La suma mayoritaria de los votos ciudadanos crea leyes, pero estas deben ser incluyentes para que no queden minorías marginadas. Esta sensibilidad hacia el minoritario es la que da categoría a la democracia, y cuando estas leyes se tornan en vengativas contra la minoría, se produce un fenómeno perverso, una patología democrática: la dictadura de la mayoría.
A la salida de la dictadura franquista, un numeroso grupo ciudadano pensó que la Democracia era ganar a los otros para imponerse, y en ello sigue.  Pero no es así.
La Democracia exige respeto, dialogo, visibilidad, y refrendo popular, mucho, cuanto más mejor, y un reconocimiento del minoritario. Las camarillas, los padres de la patria, los notables, son cosas del pasado, de formas de gobierno impropias de la Democracia.
Cuando los tres poderes, se confunden, son de común origen, se alían para sostener un Régimen, tiembla la Democracia.
Las Leyes que son de dudosa procedencia, interpretadas por los designados de parte, y que no son entendibles por el pueblo, si, “el pueblo”, el depositario de la soberanía, del que dice la constitución que “la soberanía nacional reside en el pueblo español del que emanan los poderes del Estado”, no pueden ser esgrimidas como causa final, como mata ardiente revelada por algún dios. Tampoco pueden ser vulneradas a la carta, somos conscientes de ello, pero cuando son polémicas, incomprendidas, repudiadas o incómodas por y para sectores importantes, deben sofocarse, templarse, impedir su explosión y emprender su camino de reforma para concitar mayor adhesión.
La Ley es condición necesaria pero no suficiente para garantizar la Democracia. El Estado de Derecho, no lo es por tener leyes, si no por tener Democracia.
Monarquía o República;  that is the question.

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