DEBAJO DE UN PUENTE
DUNIA
SÁNCHEZ
Debajo
de un puente o eso creo. Ella, esbozaba el saludo de las primeras chispas del
amanecer. Se cubría de manta y cartones que alguien había dejado por ahí. Ella,
somnolienta se elevaba con sus espaldas cansadas, con sus engeñados cabellos
grises por el paso de las estaciones. Con sus manos temblorosas bebe un poco de
vino. Dice, para calentar el cuerpo, para alentar el alma en su rutina diaria.
Cogía su carro de compra como dama de la ciudad empobrecida e introducía todos
sus enseres, una manta y cartones que le servirían para la noche siguiente
debajo de un puente o eso creo…también podría ser un banco a la sombra de un
parque desnudo de vigilantes o por qué no algún sucursal del poder. Sin más
mientras salía de su hueco, debajo de un puente
o eso creo tocaba su flauta. Tendía sus sucias manos por si alguna
moneda rodaba para comprarse otro envase de vino. Ella era extraña a esta tierra, decía que no
la llamaran emigrante que la tierra pertenecía a todos y ella rondaba por donde
quisiera. Todos la conocían. Ella era una flauta andante, eso decía. Todo el
día hasta que la noche cerrara su melodía tocaba y tocaba. Una melodía suave, resaltada por sentimientos
venidos de un pasado que más vale no pronunciar. Ahora, alcohólica y alojado
debajo de un puente o eso creo se recreaba en su dejadez. No, no iría a ningún
albergue. No, no compartiría su tetrabick con alguien. No, no comentaría sus
penas. Ya cansada y monótona se había
acomodado en la insonoridad debajo de un puente o eso creo.
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