GUSTAVO ALBERTO
VILLORIA DELGADO (ALBERTO PAPY) RECOGE, EN “SUEÑO DE AÑAVINGO”, UNA SELECCIÓN
DE POESÍAS ESCRITAS A LO LARGO DE UN AMPLIO PERIODO DE SU EXISTENCIA
LA OBRA, QUE HA VISTO LA
LUZ EN ESCRITURA ENTRE LAS NUBES, SE PRESENTA EL DOMINGO 7 DE MAYO EN LA FERIA
DEL LIBRO DE CANDELARIA, EN TENERIFE
Escritura entre las nubes lanza Sueño de
Añavingo, el primer libro que ve la luz de Gustavo Alberto Villoria Delgado
(Alberto Papy). El volumen recoge una selección de poesías, de índole
intimista, escritas a lo largo de un amplio periodo de su existencia. La obra
se presentará el domingo 7 de mayo, a las 11:00 horas, en la Feria del Libro de
Candelaria (Tenerife), radicada en la calle Obispo Pérez Cáceres, antigua calle
de La Arena, frente a la basílica.
Gracias a la belleza de sus formas y a la hondura de los sentimientos universales en los que indaga, las poesías de Gustavo Alberto Villoria Delgado (Alberto Papy) —creadas, en primera instancia, para ser recitadas en el ámbito más cercano del autor— despliegan sus alas hacia esferas más amplias, con el fin de tocar el alma de todo aquel que desee deleitarse en el caudal de imágenes literarias y argumentos de estos versos surgidos de una mente serena, pletórica de amor.
El autor siente la «llamada de la palabra» que le «invita a ser poeta». Con ella, experimenta en estrofas que transforman su estructura; encadena versos, explota el poder de la anáfora y la enumeración; condensa y sintetiza metáforas, comparaciones, personificaciones, sinestesias, oxímoron. Con ella lanza sus críticas a la sociedad, reivindica injusticias, rompe las máscaras de las sensaciones, piensa con las emociones y siente con el pensamiento, mientras nos guiña un ojo cómplice para dejar caer algún consejo. Con ella, recuerda a su tierra natal querida, América, Venezuela, y evoca territorios que le han dejado huella (París, Aix en Provence, Teguise, La Gomera, El Teide, Arafo, Añavingo...). Con ella rinde homenaje a la vida, al hombre, al río, al camino, al «Creador»…, pero, sobre todo, a sus seres queridos (madre, padre, esposa, hijos), familiares, amigos, personas que se ha ido encontrando en su periplo por la vida, artistas que admira. E igualmente, con ella, cierra el círculo y, bañado en lirismo, reflexiona sobre la propia práctica de la escritura, sus aspiraciones humildes («hablar para existir / y cantar al despertar la primavera…) así como sobre el papel del poeta en el mundo. Entonces, su pluma se vuelve utópica y se colma de buenos deseos, se transforma en discurso y canto al poder de la voz, a su facultad revitalizante, porque, gracias a la fuerza de la palabra es posible «trazar altruistas sendas», «destornillar las bombas,/ gritar las injusticias / y vivir lentamente / la muerte más atroz».
Gracias a la belleza de sus formas y a la hondura de los sentimientos universales en los que indaga, las poesías de Gustavo Alberto Villoria Delgado (Alberto Papy) —creadas, en primera instancia, para ser recitadas en el ámbito más cercano del autor— despliegan sus alas hacia esferas más amplias, con el fin de tocar el alma de todo aquel que desee deleitarse en el caudal de imágenes literarias y argumentos de estos versos surgidos de una mente serena, pletórica de amor.
El autor siente la «llamada de la palabra» que le «invita a ser poeta». Con ella, experimenta en estrofas que transforman su estructura; encadena versos, explota el poder de la anáfora y la enumeración; condensa y sintetiza metáforas, comparaciones, personificaciones, sinestesias, oxímoron. Con ella lanza sus críticas a la sociedad, reivindica injusticias, rompe las máscaras de las sensaciones, piensa con las emociones y siente con el pensamiento, mientras nos guiña un ojo cómplice para dejar caer algún consejo. Con ella, recuerda a su tierra natal querida, América, Venezuela, y evoca territorios que le han dejado huella (París, Aix en Provence, Teguise, La Gomera, El Teide, Arafo, Añavingo...). Con ella rinde homenaje a la vida, al hombre, al río, al camino, al «Creador»…, pero, sobre todo, a sus seres queridos (madre, padre, esposa, hijos), familiares, amigos, personas que se ha ido encontrando en su periplo por la vida, artistas que admira. E igualmente, con ella, cierra el círculo y, bañado en lirismo, reflexiona sobre la propia práctica de la escritura, sus aspiraciones humildes («hablar para existir / y cantar al despertar la primavera…) así como sobre el papel del poeta en el mundo. Entonces, su pluma se vuelve utópica y se colma de buenos deseos, se transforma en discurso y canto al poder de la voz, a su facultad revitalizante, porque, gracias a la fuerza de la palabra es posible «trazar altruistas sendas», «destornillar las bombas,/ gritar las injusticias / y vivir lentamente / la muerte más atroz».
Trayectoria
del autor
Alberto Papy (Gustavo Alberto Villoria Delgado) nació en Caracas en 1947. Estudió en París en los años setenta la carrera de Matemáticas. Además, se graduó en Administración Pública y Contaduría. Reside en España desde 1983. En 1987 llegó a Tenerife, tras ser enviado desde Madrid como auditor, y se quedó en la isla desempeñando el puesto de delegado general de Galerías Preciados. Posteriormente trabajó como relaciones públicas en el periódico El Día y en otras empresas de Tenerife, entre ellas Dormilón (fábrica de colchones). Escribe desde su juventud, pero siempre había sido reticente a publicar. Ha sido asiduo participante de la Tertulia Literaria Tagoror, de la Asociación Poetas Canarios Uni-Verso, y de otras tertulias locales. Ha publicado una gran parte de su obra poética en el periódico El Día, de Santa Cruz de Tenerife. En Sueño de Añavingo —su primer libro publicado—, selecciona y recopila poemas de distintas etapas de su vida.
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