DUNIA SÁNCHEZ PADRÓN, ABSTRAISMO EN EL MUSEO DOMINGO RIVERO
Siempre he dicho que Dunia Sánchez es
una mujer que a pesar de su aspecto tímido y de su discreción, es valiente y
trabajadora, tanto que ha ido creando a lo largo de una década una amplia obra pictórica,
pero no solo pinta, hace sus pinitos en la música, imparte un taller de
pintura, escribe poemas y narrativa; textos breves, donde nos sumerge en sus
sueños y reflexiones, en la lucha humanística.
Pero Dunia es
ante todo una pintora que ha logrado prescindir del concepto de la realidad que
nos rodea y de la belleza tradicional. Se deja llevar por sus sentimientos y
por su realidad íntima y nos proyecta su creación.
Nos presenta su
nueva exposición titulada Abstraismo en la sala del Domingo Rivero. Una
exposición que estará abierta hasta el día 20 de marzo del 2017.
Una obra
compuesta por pasteles en una incursión al simbolismo, en la que arrincona por
completo las referencias de la realidad, para sumergirse poco a poco y con
cautela, composiciones donde prima lo abstracto como fuerza imperante en lo
irreal.
Una
manifestación de sus vivencias, de las alegrías y de sus silencios. Una
abstracción en la que, siente como un anhelo que le lleva a buscar algo
diferente, a probar otras cosas, a experimentar en el uso del color casi como
una tempestad, en el registro del pastel que funciona como signo de una
estética romántica, en la búsqueda de la belleza, en las formas y la
composición que transita sobre el lenguaje del surrealismo.
Una exposición compuesta
de elementos bellos: vasijas, jarros en donde juega con una paleta de colores
fríos y cálidos. Elementos de los que brota la Naturaleza, hojas de plantas que
parece que germinan en los recipientes. Un paisaje ilusionista que nos recuerda
a los heredados de la cultura aborigen.
Y también
mutaciones, la metamorfosis de objetos que se fraguan de una forma espontánea,
en formas insinuantes o geométricas, imágenes extrañas que parece que flotan.
Imágenes irreales, casi antropomorfas en la que descubrimos un ojo o la llama
de la vida.
Una exposición
que a pesar de que Dunia Sánchez ha querido disolver las referencias
reconocibles de este mundo podemos percibir que, entre las manchas de color hay
poética, connotaciones del figurativismo, como la silueta de un conejo o una
mujer o conchas y caracolas.
Según la artista
su inspiración es el mundo como manantial de los pasos que damos, y que llega
dibujando o impartiendo un taller de dibujo en esta casa, en el Museo Domingo
Rivero, en la que felicitamos a una de las alumnas, a Allisson Rivas Logan, que
“con sus lápices de colores ha garabateado su carga emocional, su realidad como
un ensueño, su creatividad o quizás su Universo secreto y lo ha realizado con
una comprensión de la composición, con unas imágenes sencillas e ingenuas que
reflejan la mano de la maestra.
La obra de Dunia
Sánchez dotada de fuerza en el color, apela a la intuición, a la imaginación,
al simbolismo que impulsa de alguna forma al espectador a pensar que hay algo
más detrás de cada una de sus obras.
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