CANARIAS PAGA UNA FACTURA ELÉCTRICA QUE NO CONSUME
Movimiento por la Unidad
del Pueblo Canario
El recibo de la luz subió un
26 por ciento en enero de 2017 (o sea 14
€, equivalentes a 2329 pesetas) con respecto al año pasado, que ya era cara,
ascendiendo hasta el 30 por ciento la subida correspondiente al 2016, debido a
un incremento del 79 por ciento durante los trece primeros días de enero,
coincidiendo con una ola de frío polar que afectó a la península ibérica, lo
que aprovecharon las eléctricas para hacer “el agosto” en pleno invierno, al
llegar a alcanzar el precio de 101.99 euros (€) por megavatio hora (MWh).
El parte meteorológico
correspondiente al 13 de enero de 2017 pronosticaba la llegada de una potente
masa de aire polar continental-muy seco y gélido-que, entrando por el nordeste,
afectaría a toda la península ibérica, acompañada de fuertes rachas de viento
(de ese que era imprescindible para que bajara la factura eléctrica según
afirmó el presidente metropolitano, Mariano Rajoy), habiéndose registrado hasta
quince grados bajo cero en zonas altas y nevando incluso en Baleares y en zonas
del litoral sur valenciano y norte de alicante, como, por ejemplo, en las zonas
turísticas costeras de Javea, Denia y Torrevieja (cuya última nevada data del
26 de diciembre de 1926), así como en la comarca de Marina Alta, dónde no
nevaba desde la década de los ochenta del siglo pasado.
En las mismas fechas la
temperatura se mantuvo en Canarias en torno a los 21 grados centígrados y a
nadie se le ocurrió poner la calefacción (“la calefa”, dado que más bien lo que
nos afectó fue “la calufa”), al contrario de lo que ocurría en la ibérica
península, saltando por las nubes, interesadamente, la factura eléctrica y cuyo
precio MWh afecta por igual a los habitantes del Pirineo que a los de Adeje,
Garafía o Morro Jable, dicho sin segundas, como lo corroboran los indicadores
de Habits Big Data que elabora la empresa AIS Group pues, según dicho informe
Canarias es donde menos se gastó en energía (electricidad, gas y otros
combustibles) correspondientes a los ejercicios 2015 y 2016, con menos de 660 €
por familia, mientras en Toledo, Guadalajara, Ciudad Real, Soria y Cuenca los
gastos ascendieron a 1565, 1480, 1416, 1407 y 1407, respectivamente, siendo el
precio del KWh idéntico en España y en Canarias. En consecuencia, Canarias
sigue asumiendo sumisamente, colonialmente los abusos de la bestia del
colonialismo, que para eso son las colonias, para saquearlas económicamente,
esterilizarlas culturalmente y someterlas militarmente.
Sin embargo, paradójicamente,
Canarias se encuentra en una zona privilegiada para desarrollar las energías
limpias, con una intensa iluminación solar, un bravo océano atlántico y unos
vientos alisios que dan lugar incluso a la existencia de la corriente fría de
Canarias que, no obstante, debido a su situación, debería ser una corriente de
aguas templadas. Esa estratégica situación será el pilar sobre el que se
asentará la política energética del Movimiento por la Unidad del Pueblo
Canario.
Los árboles no nos dejan ver el bosque
El colonialismo y los esbirros a
su servicio, el caciquismo, sin el cual no podría mantenerse, diseñan
meticulosamente cada una de las acciones que emprenden: ley del suelo, anillo
insular, puertos deportivos, puerto de Granadilla, tendido eléctrico,
urbanización de playas y otros parajes naturales, así como un sinfín de
atropellos sobre el enfermo territorio y la sometida población, mediante
recortes en la sanidad, en la educación, en la investigación, en los servicios
sociales y así hasta el infinito y más allá si ello fuera posible, con tres objetivos
fundamentales: en primer lugar la extracción de las riquezas de todo tipo,
arruinando para ello tanto a la población como al territorio, en segundo lugar
el premeditado empobrecimiento de la población, con el objetivo de conseguir
mano de obra barata, impidiendo que siquiera tenga tiempo para descansar y
recuperarse de la despiadada explotación, como lo demuestra el hecho de que, en
la actual agudización de la crisis crónica que azota a Canarias desde la
sanguinaria invasión y posterior colonización por el régimen monárquico y
colonial español, el número de desempleados haya ascendido al 33 por diento de
la población activa, mientras el producto interior bruto (PIB) está incluso por
encima de los niveles previas a esta agudización que sostenemos, allá por el
año 2008 y, en tercer lugar, mantener en pseudorebeldía a los sectores más
conscienciados de la población, pues siempre van a tener algo contra lo que
rebelarse, manifestarse e indignarse, pudiendo estar así toda la vida e
incluso, por este camino, otros seis cientos años de colonialismo, haciendo
realidad el título de este apartado “Los árboles no nos dejan ver el bosque” al
no asumir la auténtica, la verdadera consigna libertaria en una colonia, la
descolonización e independencia.
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