LA MARCHA VERDE Y LA LUCHA DE UN PUEBLO VALIENTE
PABLO
JOFRE LEAL
A
los Saharauis se les ha robado su territorio y su desarrollo como nación. El 6
de septiembre de 1991 no se declaró el fin de las hostilidades entre las
fuerzas del Frente Polisario y Marruecos, sino que un simple armisticio, en el
que los saharauis asumían el proceso de paz siempre y cuando la monarquía
marroquí, respetara la decisión del referéndum, que debía ser conducido e
implementado por la Organización de Naciones Unidas –ONU– a través de la Misión
de las Naciones Unidas Para el Referéndum en el Sahara Occidental
–MINURSO- Los saharauis han cumplido,
han cedido, han esperado. Marruecos, España, Francia y la ONU han traicionado los compromisos
asumidos.
La
marcha verde y la lucha de un pueblo valiente
Una
declaración de alto al fuego surgida en un marco poco estable, que poco a poco
comenzó a mostrar esa fragilidad, consolidando el temor respecto a que el
proceso de referéndum nació malherido, sobre todo por las presiones de la Casa
Real Marroquí, que avalada por sus alianzas con España, Francia y Estados
Unidos, desconoció el censo efectuado por España el año 1974 y los requisitos
necesarios para identificar los votantes autorizados. Elemento crucial, pues de
esa manera Marruecos aumentó artificialmente el número de votantes, sumando a
miles de colonos traídos a los territorios ocupados, modificando la naturaleza
de dicho referéndum.
Una
marcha vergonzosa y criminal
Situación
que comienza a tener su explosión bélica, con uno de los acontecimientos más
vergonzosos llevado a cabo por la Monarquía marroquí: La Marcha Verde. Proceso
político destinado a presionar a las Naciones Unidas, a España y preparar el
escenario de la invasión al Sáhara occidental. Marcha iniciada a mediados del mes de octubre del año 1975 y
que cruza la frontera con el territorio saharaui el día 6 de noviembre.
Marcando así el inicio de la ocupación Marroquí. Como también la consolidación
de la conducta indigna de la potencia ocupante hasta ese momento, España, que
abandona el territorio del Sahara occidental, a manos de las fuerzas del
fallecido rey Hassan II. El conflicto armado se desata entonces cuando España,
Potencia Colonial desde el año 1885 en la zona, abandona el territorio del
Sahara Occidental y permite la irrupción – por felonía y acuerdos firmados a
espaldas del pueblo saharaui - de Marruecos y Mauritania, impidiendo, de esa
forma, la organización de un referéndum
por la independencia bajo el mandato de las Naciones Unidas.
La
invasión del Sahara generó la resistencia del pueblo saharaui, agrupado en
torno al Frente Popular de Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro - Frente Polisario - fundado el año
1973, que ha desafiado a Marruecos y su
política de anexión del territorio saharaui. Mauritania en esta historia fue
derrotado contundentemente por las fuerzas saharauis y obligado a firmar la paz
el año 1977, continuando la contienda entre las precarias, pero heroicas
fuerzas del Polisario contra el bien equipado ejército marroquí. Entre el año
1975 y 1991 se enfrentaron las fuerzas saharauis apoyadas por Argelia,
principalmente, contra el Reino Alauita de Marruecos, asistido éste por Occidente: Francia y
Estados Unidos al que se unieron en materia de apoyo financiero, tecnológico y
labores de inteligencia, tanto Arabia Saudita como Israel. Dicha contienda se
extendió, en el plano de acciones bélicas,
hasta la declaración del cese al fuego el año 1991 bajo el auspicio de
la Organización de las Naciones Unidas -
ONU - entidad que conformó, para
garantizar este cese y el proceso de referéndum, la denominada Misión de las Naciones Unidas
para el Referéndum en el Sahara Occidental
- MINURSO -.
La
Marcha Verde comenzó a la par de la decisión de la Corte Internacional de
Justicia de La Haya quien hizo público un dictamen para dar cuenta de si el
Sáhara occidental era, al momento de la colonización por España un territorio
sin dueño – Terra Nullius – y si la Si la respuesta a la primera pregunta fuera
negativa conocer entonces ¿Cuáles eran los vínculos jurídicos entre este
territorio y el Reino de Marruecos y la entidad mauritana?. La Corte
Internacional de Justicia de La Haya hizo público su dictamen, ante las
alegaciones marroquíes el 16 de octubre de 1975. Dicho dictamen no estableció
vínculos de soberanía territorial entre el territorio del Sahara Occidental y
el Reino de Marruecos o el conjunto Mauritano. Los vínculos jurídicos
establecidos en dicha sentencia no daban, por lo débil de la alegación y las
pruebas presentadas, el justificante
para “reintegrar” un territorio sin consulta alguna a sus habitantes. Nada probaba que existiese, en el pasado, un
Estado que englobase los territorios del Sahara y Marruecos, por ende no habría
destrucción de la unidad territorial marroquí, ni derechos por reponer una
supuesta integridad territorial inexistente, a pesar del sustento político y
jurídico en contrario que sostenía Marruecos, arrastrando a Mauritania en ello.
La
tesis sostenida por Marruecos no tuvo éxito, pero ello no impidió que este
país, el mismo día de conocerse la opinión de la Corte de La Haya, diera
continuidad a la denominada Marcha Verde convocada por Hassan II, y en la que
se movilizó 350.000 personas, que se lanzaron a través del desierto para
reivindicar el territorio del Sahara, enmarcados en el color verde que
representa el color del Islam, queriendo de ese modo darle una legitimidad
histórica y religiosa a un acto de despojo, ocupación y violación del derecho
internacional. Unido a esos civiles, 25
mil soldados entraron a territorio saharaui violando desde entonces los
derechos del pueblo saharaui.
Maradona
presta su imagen para legitimar la ocupación
La
monarquía marroquí instituyó como fiesta nacional el día 6 de noviembre de
1975, que celebra el despojo de la patria saharaui y la violación de sus
derechos, el chantaje y la violación del derecho internacional. El año 2015
estas celebraciones fueron apoteósicas pues se cumplían 40 años del saqueo al
pueblo saharaui y había que encubrirlo de una manera que entorpeciera la real
comprensión de los hechos. Incluso en la capital del Sáhara ocupado, El Aaiun
el famoso jugador de football Diego Armando Maradona se hizo presente vistiendo
la camiseta de la selección de Marruecos, para conmemorar el genocidio del
pueblo saharaui. Los medios internacionales, mayoritariamente celebraron los
goles y bailecitos del ex jugador argentino, sin ofrecer una línea al trasfondo
de este acto deleznable.
Este
año 2016 el “Pibe de oro” nuevamente estará en los territorios ocupados,
llenándose los bolsillos del oro de una Monarquía corrupta y criminal. Vestirá
de corto para jugar “El Partido Por la Paz” El “pelusa” ídolo del futbol
argentino participará así, en un partido
de exhibición organizado por la Real Federación Marroquí de Fútbol y su
presencia servirá, indudablemente, al régimen marroquí para proclamar su soberanía
sobre el Sáhara Occidental, que ningún país del planeta reconoce, ni aún los
aliados incondicionales de Marruecos como España y Francia. ¿Sabrá Maradona la
paz de la que se hace gala? ¿Sabrá de los campamentos de refugiados y que medio
millar de presos saharauis se encuentran en cárceles y mazmorras de esta
Monarquía? ¿Conocerá de los anhelos de cientos de miles de Saharauis por
conseguir su autodeterminación? No se exculpa la ignorancia pero menos aún se
perdona la complicidad.
La
nueva conmemoración de la Marcha Verde nos lleva a recordar un viejo aforismo
que sostiene “la historia no se repite pero... como no recordar con este hecho
violatorio de las opiniones de una Corte Internacional, las numerosas violaciones a la resolución
número 242 de las Naciones Unidas, que ordenaba a Israel retirarse de los
territorios ocupados luego de la Guerra de los Seis Días, en el año 1967 y en
lugar de ello, hasta el día de hoy dicho país sigue colonizando territorios que
legítimamente pertenecen al pueblo palestino. Y esto es así, y seguirá siendo
de esta manera, mientras las principales
potencias involucradas no den los pasos necesarios para que la situación tome
los cauces establecido por el derecho internacional público. Una cruel realidad mientras la violación de
los derechos de autodeterminación de los pueblos sea una práctica constante en
el campo de las relaciones internacionales.
Cada
6 de noviembre, nos recuerda la analista Salka Embarek la monarquía marroquí
celebra el inicio de la ocupación de la patria saharaui, acontecimiento que dio
inicio al genocidio de su población, la vulneración de todos su derechos y el
robo de sus riquezas “cuestión que año tras año vuelve a poner sobre la mesa la
responsabilidad de España, el abandono de la que fuera una más de sus
provincias, junto a su población, el inconcluso proceso de descolonización, las
resoluciones de la ONU a favor de los derechos del pueblo saharaui, la
necesidad de hacer cumplir a Marruecos con la legalidad internacional y la
imposición de la justicia para el pueblo saharaui como su derecho a ser
soberano”
En
los territorios ocupados, nos refiere Embarek y aquellos que han logrado
traspasar el muro físico y de desinformación que se ha tejido sobre el Sáhara
Occidental, la Monarquía Marroquí
reprime con dureza todo intento de resistencia del pueblo saharaui. “Secuestra
periodistas y defensores de derechos humanos, los somete e torturas y amenazas.
El régimen marroquí ataca a los saharauis que se manifiestan o se concentran en
las ciudades de El Aaiún, Dajla o Smara para reivindicar sus derechos.
Despliega sus cuerpos policiales en las ciudades ocupadas y arma a los colonos
contra la población saharaui cercando y aislando sus barrios. Controla y
persigue a los activistas, a las organizaciones de derechos humanos que
considera ilegales. Prohíbe la entrada
de observadores internacionales al territorio, detiene a los saharauis
en forma arbitraria, los encarcela y tortura, para después someterlos a juicios
sumarísimos, en los que se dictan largas sentencias de años contra ellos, por
el solo hecho de haber participado en una manifestación pacífica”
La
Marcha verde no sólo significó la presencia como Potencia ocupante de marruecos
en suelo Saharaui sino el inicio del
transtierro de su población. La población saharaui, que logró huir de la
invasión, por parte de las fuerzas militares marroquíes el año 1975, atravesó
cientos de kilómetros de calcinante desierto bajo el bombardeo de la aviación
de Marruecos que lanzaba Napalm y fósforo blanco. Esa población que logró
sobrevivir a la sed, las inclemencias de
la hamada, las enfermedades terminó estableciéndose en una zona del sur de
Argelia denominada Tindouf. Una región donde el vivir se dificulta en extremo.
Allí donde las temperaturas alcanzan los 50 grados, también se viven
catastróficas inundaciones de un barro que destruye todo, como fue en noviembre
del 2015.
A
pesar que nada parece sobrevivir en la Hamada, los saharauis han logrado
colmarla de su esperanza, de su vida, en condiciones de salud y alimentación
deficientes. El orgullo y la dignidad de este pueblo tienen mucho que decirnos,
en base a su convicción política y el derecho a recuperar de pleno derecho su
tierra. El vivir en una serie de campamentos que reciben el nombre de sus provincias ocupadas: Dajla, Aussert, Smara,
El Aaiun, Boujdour y su capital administrativa Rabouni, la organización del
gobierno saharaui y la vocación pacífica, laboriosa y esperanzadora de su
pueblo destaca por la disciplina, el vigor y el orgullo de ser Saharaui. La
sensación y luego la certeza que se tiene al visitar estos territorio, es que
existe y tenemos una deuda con esos hombres y mujeres, que se palpa en cada
Wilaya, en cada Daira, en cada Jaima donde miles de seres humanos sueñan con
recuperar lo que les ha sido arrebatado a sangre y fuego.
Parafraseando
a Blaise Pascal es posible dar cuenta que la dignidad tiene razones que los
inmorales desconocen y que el recordar -
de este recordis latino, de “volver a pasar por el corazón” - la lucha del
pueblo saharaui permite entender que la dignidad de los hombres y mujeres de
esta parte del mundo, los eleva a la categoría más alta del ser humano, aquella
que habla de una sociedad digna, valiente, clara en sus objetivos , paciente,
astuta, valerosa, entusiasta y que a pesar de décadas de despojo, abandono y
represión, no flaquea en sus anhelo de una patria que vaya desde Saguia El
Hamra hasta el Río de Oro. Desde la Hamada Argelina hasta la costa atlántica. Y
eso los indignos, los viles, los injusto y vergonzosos, los que lucran con los
derecho de los pueblos, los que envilecen la condición humana, lo desconocen y
no lo entenderán jamás, que la Dignidad tiene nombre de Sáhara
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