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lunes, 19 de septiembre de 2016

EL GALGO DE LUCAS

EL GALGO DE LUCAS

· POR LORENZO SORIANO

 Estaba Lucas obsesionado con la cacería de conejillos y perdices. Esperaba ansioso la llegada del alzamiento de la veda para penetrar en los procelosos amaneceres de los andurriales de su pueblo del norte de Gran Canaria. Temisas, Tejeda, Tirajana. Si todos con T, como Tolentino y Tentiniguada, Tarajalejo y Tiscamanita, estos en Fuerteventura, también gran zona de cacería. El, al contrario de esos cazadores patéticos, que salen a beber rones a los “Güachinches”, mas destartalados, donde el rustico tendero, les recibe con el famoso paño verdegris, con el que hace una revoltura de grasa, polvo, tierra y lo que ese manotazo pille y te la siembra en la mesa de antiguo railite descacarillado con tubo que fue niquelado y ahora rezuma herrumbre por todos lados, dejando unos reflejos de arcoiris como el gasoil en el estanque. Digo, esos patéticos, que dejan a sus perros al cabo de morirse de hambre para que cacen mejor, pero luego los mete en esa jaulilla de la que tira el Patrol desvencijado, donde caben 4 y van 16, y se quedan al sol hermoso pero mortal de la Isla Tamaran, que penetra tras traspasar la hojalata duplicando su capacidad calorífica.



Y que luego con el pedal, que ¿dónde la pasma guindalera?, pasean por los caminos hasta que se lanzan donde puedan destrozar una viña, sembrado o canal de agua. Y si el perrito no caza, lo abandonan para que Rita, si, la Cantaora, lo recoja o lo atropelle una principiante, organizando de paso un cifostio importante.

Pues no, Lucas tenia al galgo gordito. Bueno no es que un galgo sea gordito, ni esté pesado, pues su tarea se estropea, se resiente y renquea, pero, ñosss, que lindo con su pelaje corto, canelillo claro, “cafileche” mas leche que cafí, rodeado de patas, hocico y cuello blancuzquillos, pardosos, y algun lunar grande chocolaton y... diriase un antifaz de dos tonos de cacao en los areolos de los ojos.

El dia de marras, Lucas se levanto a las cuatro. AM, claro, que no es la onda media sino ante meridiano, de madrugada pues, como los despabilados lectores sabran. Soñaba con el Conejillo de la madriguera del Lomo Blanco, que entre tres pitas , dos tuneras, una ahulaga (Julaga usté), grande y algunas tabaibas de leche chiclét, se le habia perdido de vista todas las tardes que iba a acecharlo. ¿Seria una camada, o ya estaria solitario?.A el le parecia el mismo siempre.

Y palla fue.Sin escopeta, solo una puntilla llevaba, con un zurrón con gofio, una cebolla y una cantimplorita de las de aluminio abolladita toda, llena de agua con una gota de Anis del Mono.

Vemeria, que frío en la cumbre, que oscuro, que cielo estremecedor, lleno de historias mitológicas grabadas alla arriba. El galguillo, llamado Canelo, correteaba unos metros delante de el, y a veces, solo lo oia resoplar, y después de una hora de caminar, lo llamó para que no espantara a la caceria.

Cuando diviso el burejo, se puso contra el viento, se agacho encuclillado y ordeno a Canelo que se quedase muy quieto. Eichieete coiñiio. Es decir – échate coño- en canarión veldadero. Eran picando las cinco y media.

Pasaron los minutos, los cuartosdiora, los trescuartosdiora y asi hasta mas de las 7, momento en que medio dormilado, Lucas ve asomar el hociquillo del conejito, que con ese movimiento de narices tan peculiar otea el horizonte y sale empingao montecillo arriba. Lucas se vira pal perro, le dice chillando- Haylo canelo, Haylo-, y en ese momento se da cuenta que lo que parecia una postura de saltar a por el roedor, no era tal, sino otra mas indecente, pero necesaria, imprescindible a veces, de desahogar la tripa del apretón mañanero. Mucha comida pa un galgo, ni tanto ni tan calvo.

Pues si queridos lectores, para hacerles el cuento corto, aunque ya ven lo que me he alargado,por mor a endetallarles el relato, al galgo de Lucas, lo cogió el conejo cagando.

No saquen conclusiones ni parecidos, que no sean mas que de su calenturienta imaginación.

Salud

A petición de mi amigo JIRP

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