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jueves, 29 de septiembre de 2016

AGONÍA SOCIALISTA

AGONÍA SOCIALISTA
JUAN HENRÍQUEZ
Señalar, tras las elecciones vascas y gallegas, y teniendo en cuenta los catastróficos resultados obtenidos por el PSOE en ambas comunidades, que no resulta muy difícil diagnosticar que el partido que fundara Pablo Iglesias, atraviesa el peor momento de su historia democrática (1977/2016). Pero aclaremos, que la agonía viene produciéndose a partir de que Rubalcaba cogiera las riendas del partido sustituyendo a José Luís Rodríguez Zapatero; ahí se inició la marcha atrás de un PSOE que, hasta esa fecha, venía gozando de una credibilidad y apoyo social importante y sólido.
Presentar a Rubalcaba como candidato a la presidencia del Gobierno español en las generales de 20-N/2011, fue un tronado error del PSOE, peor aún, dejar las riendas del partido en sus manos. Aquello fue un punto de inflexión por el que el PSOE empezara a perder toda la credibilidad y apoyo social que venía prorrogando desde la transición (1977), hasta la despedida de Zapatero.
En el momento que aparece en la escena política Pedro Sánchez, presentándose a unas primarias frente a Madina, candidato de los barones del partido (González, Guerra, Rubalcaba, Ibarra, Jáuregui, Leguina, etc.) y a Pérez Tapia, candidato de Izquierda Socialista, a los que ganó con holgada mayoría, y que posteriormente lo refrendaron como Secretario General del PSOE, y además, lo respaldaron como candidato a la presidencia del Gobierno español en las elecciones de diciembre/2015, donde cosechó un batazo electoral de padre señor mío, alcanzando el peor resultado histórico del partido (90 diputados), aunque la repetición de las elecciones del 26-J, aún sería peor (85 diputados).
¿La agonía y descalabro del PSOE es culpa, en exclusiva, de Pedro Sánchez? En mi opinión creo que han tenido que ver la suma de varios factores que, directa o indirectamente, han colaborado al hundimiento, o casi, del PSOE. En primer lugar la máxima responsabilidad del líder, Pedro Sánchez, que erró en el propósito de lograr la unidad del partido que heredó dividido en dos o tres facciones o “familias”. En segundo lugar, una falta de autoridad política para imponerse o acallar las voces discordantes del partido, conocidos todos ellos por “históricos” o “barones”, que a la vez, nunca aceptaron el liderazgo del nuevo Secretario General. Un tercer punto es la puesta en escena de Susana Díaz, la Presidenta andaluza, postulándose como la candidata extraoficial de los barones (González, Guerra, Chávez, Griñán, Ibarra, Vara, etc.) para sustituir al todavía recién elegido Sánchez. Sin olvidar en todo este tiempo, la aparición en la vida política y pública de los nuevos partidos de Podemos y C´s, liderados por Iglesias y Rivera; de manera particular destacar a Podemos que se propone arrebatar la hegemonía que hasta ahora tenía el PSOE en la izquierda española.
Factores todos que han influido en el descalabro de los socialistas, pero que, sin ningún género de dudas, el más influyente ha sido el de los propios y destacados militantes históricos del partido, generando una imagen de desorden y desunión inaceptables para los potenciales votantes y seguidores del Partido Socialista.  Una operación de acoso y derribo sin tregua al Secretario General, comandada por Felipe González, que para oscurecer ante la opinión pública la crítica contra su opaca riqueza y servidumbre a la derecha española, no ha tenido reparo alguno en ir a por la cabeza de Pedro Sánchez, y su equipo.
Finalmente habrá que señalar que la paciencia no ha sido la mejor arma de la corriente abstencionista del PSOE, y que la batalla no la han calculado en su justa medida. Si en algún momento se les pasó por la cabeza la dimisión de Pedro Sánchez por cansancio y aburrimiento, parece que los propósitos no fueron bien calculados, es más, da la sensación de que con su desmesurada ambición provocaron la respuesta no deseada y muy perniciosa para los intereses propios de la camarilla abstencionista. Hablamos, por descontado, de la convocatoria de un Congreso en toda regla para diciembre del presente año 2016, incluyendo la celebración de primarias para el 23 de octubre, a las que el propio Pedro Sánchez anuncia que se presentará como candidato. ¡No querías caldo, pues toma dos tazas!
Lo cierto es que esta maniobra política del líder socialista, Pedro Sánchez, le ha metido el miedo en el cuerpo a los abstencionistas, que se quedan al desnudo frente a las bases del partido, porque por muy extraño que parezca: ¿cómo defender entre los afiliados investir al jefe de la corrupción en España, al mismo que un día envió un mensaje al ladrón del reino alentándolo con: “Luís, sé fuerte”?
Y la última gota que llena el vaso, es la revelación de Felipe González de que Pedro Sánchez, en una conversación privada, le manifestó que en la investidura de Rajoy: “votaría en contra en la primera sesión de la investidura, y se abstendría en la segunda”. En primer lugar: ¿Por qué no reveló ese dato, sí es que es verdad, el mismo día que le engañó, y espera a la convocatoria del Congreso para publicarlo? Esta actitud de Felipe González demuestra ser un carroñero sin escrúpulos, capaz de vender su alma al diablo, sin contemplar el daño que le está causando al PSOE.
Ahora, con la guerra abierta entre Sánchez y González (con los mercenarios y camicaces del partido arropándolo), espero que gane el socialismo representado en las bases del PSOE. ¡Veremos qué pasa!

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