POR EDUARDO SANGUINETTI,
FILÓSOFO
“Aquello que no puede ser definido,
no puede ser derrotado”
TsunTzu
A
días, de haberse celebrado, un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo de
1810, propongo, instalado en antípodas a aquellos días donde el coraje y la
libertad eran rutina, avanzar hacia un modelo de desarrollo integral compatible
con el bienestar de las comunidades y la preservación ambiental, en jaque hoy,
por el sistema neoliberal, divorciado de manera absoluta de la ecología y la
denominada “preservación del medio ambiente”.
Demando,
como habitante de este planeta, llevar a cabo, eliminar, el Consejo de
Seguridad de la ONU, un organismo que se encuentra en antípodas a cualquier
“práctica de la verdad” y de un “mundo a vivir”, el cual “en vez de asegurar la
paz entre las naciones promueve la guerra y las invasiones de potencias
imperiales para apoderarse de los recursos naturales de los países invadidos”,
una coartada diplomática atroz, que justifica las invasiones neocoloniales,
travestidas de “guerras humanitarias”.
¿Cómo
es nuestra macabra experiencia de haber sido traicionados por democracias simuladas,
puestas en acto hasta hoy? Traición, vale la pena aclarar, que no se agota en
un paralelismo reductivo… ¿hemos aprendido que la estupidez es insondable, no
tiene límites, es infinita?
El
sistema neoliberal que reina, sin dudas, instala el paradigma que establece
como razón primera del denominado ¿desarrollo?, el saqueo de los recursos
naturales de los países menos ¿desarrollados?, a fin de producir, sin sentido
vital, productos desechables, para los consumidores de todo lo que se les
ofrece, luego de ser publicitados como panaceas de “un mundo a vivir”, ¿curioso
no?… utilizar la misma frase, para fines anacrónicos.
Este
paradigma del imperio y sus satélites, es decir quienes negocian y hacen pactos
con la desmesura del sistema neoliberal, no solo conduce a estallidos sociales,
pues los habitantes del mundo que no se pliegan a la mentira oficial, se están
manifestando contra el régimen de una democracia que no desean y no les
abastece de lo preciso y necesario para transitar una existencia que deba ser
digna de ser experimentada.
Todo
esto, sumado a un creciente desasosiego político indeciso y pragmático en el
momento de tomar decisiones y no quedarse en la mera enunciación de buenas
intenciones, ¡ya no!, los desastres ambientales, la desculturalización de las
nuevas generaciones es un hecho, grave de por sí, pues la memoria no perdura y
la historia oficial, fraguada en las usinas del pensamiento mercantilista, ha
sentado reales, condenando a la humanidad, que habita el planeta hoy y a la
futura a la miseria del conocimiento y de la ausencia de responsabilidad que
deviene de este.
Y
si deseamos permanecer en un mundo donde la mentira y la avidez sean
erradicadas de una buena vez, demos espacio a la “práctica de la verdad” en
libertad, pues uno sin la otra no tienen razón de ser, ni siquiera en lo
lúdico.
Para
finalizar, agregaré que la paradoja entre verdad y libertad es una cuestión de
equilibrio, de prudencia, de política, de elección y en último término de
libertad. Lo dejan en claro millones de seres que ya no adhieren a democracias
fingidas procedimentales y sus patéticos representantes y dicen ¡no a la
mentira institucionalizada!, ¡no a ser considerados estúpidos!, ¡no a las
fábulas que nos entregan los medios corporativistas!, ¡no a las grietas de
estadios sociales!, ¡no al hambre de los pueblos!, ¡no a los violentos y
fanáticos de ideologías podridas que acechan!, ¡no a los improvisados voceros
de gobiernos represores y explotadores!, ¡no a obedecer todo lo que atente a
una rutina de vida en armonía y paz!, ¡no a los discursos de trincheras de
actorcitos apuntalados por conductoras antiguas y putas asimilados al poder de
las bestias!, ¡no a los mercenarios que amenazan y asesinan!, ¡no a presidentes
ignorantes y esclavos de tendencias de imperios en putrefacción!, ¡no al premio
otorgado a Magnetto, a “La Libertad de Expresión 2016”!… basta!, pero ¡no!, las
estafas son ad infinitum.
Y
he aquí, el momento culminante, en el que debo advertir “la sumisión de lo
evidente”. Sumisión, que deviene en un pensamiento libre, al que no le interesa
mucho influir en las masas ansiosas, hipnotizadas y prostituidas, ante toda la
basura no biodegradable, incluidas las industria la cultura de un milenio
degradante y degradado, que actúa de manera potente, en las redes sociales y
medios de publicidad, haciendo nido en un inconsciente, que se disparará en un
instante y por siempre, hacia un porvenir difuso, ahistórico, como el poder
político neoliberal lo imaginó y efectivizó.
Desde
los bordes, puedo decir, que las traiciones, a las que nos han expuesto los
diversos gobiernos que soportamos como así también, sus corruptos dirigentes y
funcionarios, me motivan a provocar un nuevo ‘juego’, acorde a nuevas reglas y
normas de comportamiento, sin evasiones, ni ceremonias funestas… Porque, ¿qué
otra cosa hacer ante la evidencia de lo que significa, la cotidiana y
humillante utilización, de estos dirigentes traidores, funcionales a
multinacionales, para quienes como yo, me opongo sistemáticamente, con recursos
renovados, para efectivizar, las modificaciones de fondo, que jamás se llevaron
a cabo?
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