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martes, 29 de diciembre de 2015

CUESTIONES PENDIENTES

CUESTIONES PENDIENTES
GUILLERMO DE JORGE

El estado de bienestar se enfrentará este año a los tres males de este sistema que nos ha tocado sufrir. Los impuestos: Imponer un  mayor gravamen nos va a dejar en la tesitura de la recesión económica. Cuanto más impuestos, menor poder adquisitivo, menor consumo. Cuanto menos consumo, menor actividad económica, más destrucción del trabajo y más desempleados. Y al haber menos ingresos,  volveríamos a la necesidad irremediable de caer en el bucle de subir impuestos y empezar un nuevo ciclo destructivo. Las privatizaciones: la externalización de los servicios públicos, así como el de las empresas, supone un desmantelamiento del estado de bienestar, que si sólo sirven para tapar agujeros económicos y no se invierten en la reactivación económica, para favorecer la creación de empleo y para la formación y cambio de especialización, será pan para hoy y hambre para mañana. Déficit: la nación deja una deuda alrededor del 9%. Por mucho que quieran maquillar el balance del comercio exterior o le quieran dar una brocha de Christian Dior en la cara. Lo peor de todo es que el rescate financiero habría supuesto un 2% adicional, lo que significaría que ni siquiera realizando una quita de deuda hubiésemos sido capaces de rebajar el endeudamiento al que estamos sometidos.

Sea cual sea la decisión, una de las cualidades del liderazgo es la toma de decisiones. Y en ese empeño, por mucho que uno intente velar por el bienestar, la equidad y la proporcionalidad nunca es posible contentar a todos aquellos sobre los que se ejerce la responsabilidad. Son tiempos difíciles que, sin duda alguna y por la poca experiencia que tengo, es necesario acometer el espíritu de sacrificio en su máxima expresión. Que aquellos que trabajan lo hagan con la responsabilidad y a sabiendas de que existen otros que esperan lo mejor de nosotros. Que aquellos que no tienen la posibilidad de estar en ese pellejo sepan que los que trabajan lo hacen sabiendo que no pueden fallar, que si tienen que dar su brazo a torcer para realizar alguna hora más, lo harán con tal de dar aquello que se espera de ellos. Los empleados públicos –recelados ayer, privilegiados hoy y austeros siempre- con su vocación de servir al ciudadano. El obrero de a pie incansable e infatigable siempre, siempre con las manos en carne viva, aguantando el chaparrón y el líder dando ejemplo con su actitud y con su aptitud, siempre siendo el primero. Estamos en tiempos de abogar y de admitir la dureza en el trabajo –nadie nos dijo que esto fuera fácil y nunca espere nada de ello-, pero juntos. Siempre juntos. Como hemos hecho siempre. Ante la adversidad. Ante los peores momentos que la historia nos ha hecho vivir a todos y a cada uno de nosotros. Ese siempre ha sido el espíritu de este país. De un país que siempre ha sabido salvar las embestidas de la Historia.
                                                               Guillermo de Jorge
                                                                                                @guillermodejorg

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