GUARIMBAS, SICARIATO Y OPOSICIÓN
VENEZOLANA
Fernando Vicente Prieto
Un brutal asesinato señala una vez más
la sórdida y compleja trama que articula a sectores de la extrema derecha con
el sicariato y las violentas protestas en Venezuela.
Liana Hergueta fue asesinada y
descuartizada el 6 de agosto de 2015 en Caracas. Su cuerpo fue hallado al día
siguiente en otro sector de la capital venezolana. Según se estableció
preliminarmente, los autores del crimen fueron José Rafael Pérez Venta, Carlos
Trejo y Samuel Angulo Sánchez. Los dos primeros son militantes de partidos de
la derecha, Angulo es identificado como “delincuente común” contratado para el
asesinato. La víctima, de 53 años, también era activista opositora.
De acuerdo a las primeras evidencias,
Liana Hergueta conoció a Trejo en febrero de 2014, cuando ambos participaban de
las llamadas “guarimbas”, las violentas protestas que buscaban derrocar a
Nicolás Maduro de la presidencia. En ese contexto, Hergueta apoyaba en tareas
de logística mientras que Trejo es identificado como uno de los líderes de las
acciones. Meses después, ya fracasado el intento de golpe “suave”, Trejo y
Hergueta acordaron una operación ilegal de cambio de divisas: Trejo le iba a
vender cinco mil dólares a cambio de 1.340.000 bolívares. Con este fin,
Hergueta realizó varios depósitos en la cuenta de un amigo de Trejo, pero este
no cumplió su palabra y no le otorgó los dólares.
En mayo de este año, Hergueta comenzó
a denunciar por las redes sociales la estafa. Trejo contrató a Pérez Venta y
Angulo y el 6 de agosto citó a Hergueta en el departamento de Karen Yepes,
pareja de Pérez Venta. En el lugar, Hergueta fue aturdida con una descarga
eléctrica, amordazada y abusada sexualmente, previo a su asesinato. Luego,
Pérez Venta y Angulo cortaron las manos, los pies y la cabeza con un cuchillo
de cocina. Entre el 10 y el 11 de agosto, los tres hombres involucrados fueron
detenidos. Pero… ¿quiénes son en realidad estos personajes y cuál es su
importancia política?
¿Estudiantes opositores pacíficos?
Carlos Trejo es militante de Primero
Justicia, el partido fundado por Henrique Capriles, Leopoldo López y Julio
Borges en 1999. Primero Justicia (PJ) nació como una ONG, pero luego fue
transformado en partido político, ganó influencia relativa por sobre las
formaciones tradicionales de centroderecha (Acción Democrática y COPEI), hasta
convertirse en la fuerza con mayor cantidad de votos dentro de la oposición
venezolana. En el camino, Leopoldo López salió de Primero Justicia y fundó su propio
partido, Voluntad Popular.
Mientras Primero Justicia ocupaba el
centro de la escena en la alianza que reúne a los partidos antichavistas,
Leopoldo López asumió una posición de confrontación violenta, intentando
liderar a la extrema derecha. López, María Corina Machado y Antonio Ledezma
convocaron a inicios de 2014 a la campaña #LaSalida, que propició numerosas
acciones violentas y culminó con el asesinato de 43 personas, entre febrero y
mayo del año pasado.
Por esta razón, López se encuentra
detenido desde hace un año y medio. Durante las protestas, que los medios
privados internacionales presentaron como pacíficas, protagonizadas por
estudiantes que luchaban por la libertad, surgieron numerosos indicios de la
participación de grupos entrenados en el ejercicio de la violencia. Por
ejemplo, varios agentes de las fuerzas de seguridad fueron asesinados por
disparo de francotiradores.
Si bien públicamente Henrique Capriles
y su partido, Primero Justicia, no apoyaron esa estrategia de golpe, la
participación de Trejo es una evidencia más que presenta interrogantes sobre
hasta qué punto existen vínculos entre los sectores “radicales” y “moderados”
dentro de la oposición. En febrero de este año, varios oficiales de la Aviación
fueron detenidos tras descubrirse un plan golpista, que incluía bombardeos
sobre Caracas. Los aviadores habían recibido en tiempo récord visa de EE.UU.
Julio Borges, uno de los líderes históricos de PJ, fue señalado como partícipe
del plan.
El caso de José Rafael Pérez Venta es
tan particular que una exhaustiva descripción ocuparía varias páginas. Oriundo
de Carabobo, se inició en el activismo político en la Juventud Activa Venezuela
Unida (JAVU), una de las formaciones juveniles de ultraderecha que desde hace
varios años participan en protestas violentas. Luego formó parte de Voluntad
Popular, donde estuvo cercano a Carlos Vecchio –mano derecha de Leopoldo López-
quien desde 2014 se encuentra viviendo en Miami, prófugo de la justicia
venezolana por su responsabilidad en las guarimbas.
Posteriormente se sumó a Alianza Bravo
Pueblo, el partido del ex alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma,
quien está detenido desde febrero de este año por su participación en los
intentos de golpe. Mientras tanto, continuaba participando en la derecha
juvenil a través de la ONG Operación Libertad, liderada por Lorent Gómez Saleh,
encarcelado en septiembre de 2014, tras comprobarse que organizaba, desde
Colombia, grupos mercenarios para realizar atentados con explosivos y
asesinatos a dirigentes del chavismo.
En 2014, Pérez Venta, al igual que
Trejo, fue un activo participante de las guarimbas y una cara visible
públicamente. En el momento de la detención de Lorent Gómez Saleh, Pérez Venta
fue entrevistado por la cadena colombiana NTN 24 –vinculada al uribismo- quien
lo presentó como integrante de Operación Libertad y “un defensor de los
derechos humanos”.
Pérez Venta era además el coordinador
de Derechos Humanos de Alianza Bravo Pueblo (ABP) por la juventud de este
partido. En los últimos meses, se relacionó sentimentalmente con Karen Yepez,
quien hasta hace pocos días fue asistente de Richard Blanco, uno de los líderes
de ABP, diputado a la Asamblea Nacional y mano derecha de Antonio Ledezma.
Según informó el ministro de
Relaciones Interiores, Gustavo González López, una vez detenidos hace pocos
días, tanto Trejo como Pérez Venta comenzaron a aportar abundante información.
El martes 18 de agosto, el presidente Nicolás Maduro se refirió al caso y
presentó un video con fragmentos del testimonio de Pérez Venta.
El joven declaró que fue entrenado por
paramilitares cerca de la ciudad colombiana de Cúcuta, fronteriza con Venezuela
y que recibió apoyo político y financiamiento de dirigentes de la derecha
venezolana y norteamericana. Entre ellos, María Corina Machado, Leopoldo López,
Antonio Ledezma, Henrique Capriles, Miguel Henrique Otero -director del diario
El Nacional-, el encargado de negocios de la Embajada de EE.UU. en Venezuela
hasta julio de 2014, Phil Laidlaw y el precandidato republicano a la
presidencia de ese país, Marco Rubio.
Por estas horas, circulan gran
cantidad de fotos que confirman la vinculación entre ambos criminales con estos
y otros dirigentes venezolanos. Incluso Pérez Venta aparece en el primer anillo
de seguridad de Leopoldo López al momento de entregarse a la justicia, en
febrero de 2014, y hay otra imagen donde se lo ve abrazado con la esposa de
López, Lilian Tintori, quien por estos meses recorre el mundo buscando -y
consiguiendo- apoyo a su lucha “por la libertad y los derechos humanos”.
Seguramente pocos medios
internacionales indagarán sobre los cuantiosos elementos que aparecen sobre la
mesa, confirmando datos y relaciones que son visibles desde hace tiempo. En
este mundo del revés, probablemente Trejo y Pérez Venta integrarán, dentro de
poco, la lista de “perseguidos políticos del régimen chavista
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