ESPAÑA HA MUERTO. UNA BANDERA GIGANTE CUBRE SU FÉRETRO
POR PEDRO ANTONIO HONRUBIA
HURTADO
Pedro Sánchez y
una bandera de España tamaño XXL, de las que tanto gusta poner al PP en todos
los pueblos y ciudades donde gobierna, como recordando, unos y otros, en un
caso y el otro, aquello de que esa bandera es suya, y lo será siempre, con todo
lo que representa. Como excusa no pedida, en fin, de una acusación manifiesta:
la de una España que se muere y a la que PSOE y PP, ahora de la mano de su
muleta Ciudadanos, hacen esmeradamente de sepultureros. España se muere… no,
no, es falso… pero toma bandera. Para que veas lo viva que está y lo mucho que
se mueve bajo tus pies, aunque tú allí, quieto, con tus cosas, tus problemas,
tus dolores, tu vida empobrecida y arrebatada, sacrificada en nombre de esa
España que muere, no sientas el movimiento.
Pero España se
muere, sí. Y se muere sin remedio. La España del régimen del 78 que a su vez es
heredera de la España de Franco, la misma España de siempre. La de los Reyes
Católicos y su cruz, espada y sangre. La de la expulsión de los judíos y los
andalusís. La de la quema de libros en la plaza de Bib-Rambla de Granada. La
del Santiago matamoros luego reconvertido en Santiago mataindios. La del
imperio en el que nunca se ponía el sol que fue perdiendo una a una casi todas
sus principales colonias. La de la Italia meridional en cuya relaciones de
servidumbre impuestas al pueblo como modo de relacionarse con la corona
española se hizo posible el nacimiento de la mafia. La de restauración, la
eterna restauración que siempre lleva al mismo y apestoso sitio. La España de
Cánovas y Sagasta, la del pucherazo, el pelotazo, el robo de tierras al pueblo
trabajador, la de la Iglesia caduca y carcomida como referente moral de lo
“civilizado”, la de la Guardia Civil, los grises y la UIP. La de la persecución
al pueblo gitano y el genocidio nacional-católico. La de la armada invencible
caída en desgracia, los hidalgos empobrecidos y la picaresca. La del relato sin
fisuras contado por la derecha desde Don Pelayo hasta Don Mariano, pasando por
los diversos reyes, godos y no godos, Borbones y Austrias, todos envueltos en
la misma bandera que ahora es la viva imagen de su entierro en el basurero de
la historia. La que cubrirá su féretro.
La bandera con la
que Pedro Sánchez quiere anunciar el inicio de su reinado, pero con la que ha
anunciado, sabiéndolo o no, la defunción de su partido, dicen que en algún
tiempo republicano. Recuerdo que cuando salió elegido Pedro Sánchez un amigo y
yo coincidimos en que era el mejor de los tres candidatos posibles, no para los
intereses del PSOE, sino para liquidar al PSOE. Lo veo ahora delante de esa
inmensa bandera española y pienso: ya no hay vuelta atrás. El PSOE ha muerto.
Morirá sepultado en votos de PODEMOS-Unidad Popular o lo hará, con éxito
electoral, arrastrado a un espacio ideológico, unas formas y un proyecto, que
nada tiene que ver con el PSOE tradicional, siquiera con el de estos últimos 40
años. Podrá ganar unas elecciones, pero han enterrado un partido que incluso
ganando quedará en la cuerda floja a la espera del último y definitivo golpe.
Los honestos militantes de izquierdas que todavía perduran por ese partido, que
los hay, están a tiempo de migrar hacia espacios donde se puedan sentir más
identificados. Ese ya no es su partido. Y no es algo de lo que extrañarse, no.
El PSOE es el partido por excelencia del régimen del 78, su viva imagen, su
fiel reflejo, su centro político. Si el régimen se va hundiendo sin remedio, el
PSOE debía ser, por pura coherencia histórica, el primero en ponerse a la
cabeza del suicidio colectivo. Ya lo ha hecho. Votaron en primarias a su
sepulturero y ahora están cavando el hoyo de su entierro. La duda ahora es
saber si el entierro será digno o aguantarán, penando, durante muchos años más
como muertos vivientes.
Como decía aquel
anuncio del canal plus… Morón y Rota para los americanos, la soberanía
económica para los mercados y la Merkel, y el “plus pa el salón”. Llenan de
banderas de España gigantes las calles de las ciudades y los pantallones de sus
actos, pero se olvidan de todo lo demás, de lo importante, de lo único
importante. Que no todos los años España gana un mundial. Para ellos España es
eso, una bandera, una pulsera, una pantalla gigante, una marca, un instrumento
de marketing, siendo generosos, y un instrumento de opresión, de imposición, de
negación de todo lo que no se identifique con lo anterior, de personas y
pueblos, cuando no lo son tanto -que es lo cotidiano-. España ya no es para
ellos su gente, su pueblo, la vida de sus “españoles”. Y luego se extrañan de
que seamos millones los que no nos reconocemos ni nos podremos reconocer jamás
en esa España, de que piten al himno por decenas de miles, de que reneguemos de
ella de un lado a otro del estado. Antes eramos solo los rojos separatistas,
pero es que cada vez son más los que, incluso sintiéndose españoles, no se
pueden reconocer en eso que los excluye, los maltrata y los deja fuera. Son
españoles pero no masoquistas, tampoco tontos.
Todavía, eso sí,
azuzarán todo lo que puedan los sentimientos irracionales de la gente para
echarlos contra el libre derecho a decidir de los pueblos, intentando enfrentar
a unos pueblos con otros, y junto a las banderas gigantes que nos invaden por
doquier creerán que están cerrando el círculo victorioso del “patriotismo”. Qué
ineptos, qué necios. Su España está muerta. Muerta, muerta. Muerta y camino del
entierro. Con la bandera solo podrán cubrir el féretro, con los odios
irracionales sembrar el miedo. Pero el miedo no resucita a los muertos. Sobre
todo cuando ya son millones quienes lo han perdido: ya lo han echado en el
ataúd donde se echará pronto también el cuerpo del régimen del 78.
Sin miedo, los
pueblos y las personas se levantan contra el odio porque ya no aguantan más esa
España, unos en lucha por su soberanía nacional, otros en lucha por su
bienestar existencial, por su existencia del día a día, por su pan, su techo,
su trabajo, su dignidad, y ninguno de esos, ni pueblos ni personas, cabe en
esta España moribunda que el PP-PSOE-Ciudadanos se empeñan en enterrar. Ni los
“separatistas” ni los españoles que luchan por una vida digna, cabemos en esa
España de bandera XXL. España ya solo son ellos. Ya no hay dos Españas. Hay una
España, la de ellos, y un montón de millones de personas a los que en nombre de
esa España y sus símbolos se los deja fuera de toda posibilidad de sentirse
parte de ella.
España es un
cadáver andante como lo son PP y PSOE. Ellos la van a enterrar, y a no mucho
tardar lo veremos. Solo espero que los andaluces y andaluzas sepamos estar a la
altura del momento, porque de lo contrario nos arrastrán con ellos. Y eso para
Andalucía, que ya está en el pozo, sería el caos absoluto.
Nunca antes en la
historia aquello del ¡Viva España! tuvo menos sentido. De viva nada. Nada de
nada…
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