BI-MULTI-PARTIDISMO.-
L
Soriano
Como ha quedado ampliamente demostrado, el
Bi- partidismo no es una solución. Al menos en los países latinos, donde es más
bien un problema y generador de muchos males. En Venezuela sin ir más lejos Copei y Adeco,
dejaron asolado el país, a las puertas de golpes de estado que se dieron y
propicio la llegada del fascismo Chavista y que continúa empeorado con el Guerrillero
Cubano Maduro.
Francia tiene
al menos tres partidos que se disputan el poder y eso marca ya una diferencia,
uno más cambia las reglas, la tendencia y ayuda a aplicar la democracia de
manera más rigurosa. Italia, siempre ha sido gobernada por un multipartidismo a
veces hasta exagerado, pero ya quisiéramos que las cosas funcionaran como allí.
Que no les cuenten milongas, que Italia está mal y que como decía el
descerebrado aquel que la habíamos sobrepasado en prosperidad, que íbamos a
superar a Francia e incluso acechar a Alemania.
Estúpidos prepotentes e inútiles, que nos llevaron a la ruina y otros
después nos mantienen chapoteando en nuestra miseria. Incluso en Inglaterra,
que aunque anglosajona es europea, tiene tres partidos como mandan los cánones
de defensa democrática bastante equilibrada.
El bipartidismo funciona en USA
porque son unos iguales e intercambiables entre sí. En realidad es una democracia
de partido único en la mayoría de sus propuestas y postulados, y con una base o
corte alto de pensamiento, sentimiento y “cosa” común. Eso de “que viene el coco” con el
pluripartidismo es una mamarrachada intencionada. Aquí necesitamos cuatro o cinco
partidos que se vigilen y que les sea difícil pactar entre ellos para ponerse
de acuerdo y secuestrar a los poderes Legislativo y Judicial. Al final a la
fuerza ahorcan al malo, y hay que consensuar. Me acuerdo de cuando Susanita del
Sur, trato de despedir a una individua de IU, y que a los cinco minutos tuvo
que rectificar. O cuando Maragall hablo del 3% y se arrepintió enseguida. Poner de acuerdo a tres es más sencillo que a
cuatro y mas difícil que a dos, que normalmente y como todo monopolio,
oligopolio o monopsonio, se ponen de acuerdo y nos crujen en estéreo y por
tiempos. Tiempo uno, mienten, prometen y conquistan, y tiempo dos, se nos
miccionan encima de risa, desprecio y algo de asco, obligándonos a afirmar que
es que llueve.
De lo que digan
los políticos, no crean nada. De lo que vean que hacen, crean la mitad. No son
nunca lo que parecen quienes se dedican en estos tiempos al innoble arte del
asalto al poder disfrazados de políticos. Les dicen casta, ya que se reconocen
entre ellos como si de sociedad secreta se tratase y se aprueban prebendas y canonjías por unanimidad absoluta. Tantos
privilegios se han otorgado, que cuando nos enteramos de alguno o de lo que
cobran y gastan, nos ponemos enfermos de rabia unos días, pero al final no pasa
nada, y siguen succionando de las ubres resecas, del bidón vacio de los
exhaustos contribuyentes exprimidos como limones de Alicante.
Que no, que hay
que diversificar. Que si sale alguno que predica el totalitarismo es porque el
bipartidismo ha asfixiado toda posibilidad de convivencia y de
librepensamiento, y ha provocado una reacción su inmenso egoísmo
parentocratico, amistocratico, clientelar.
Algún otro más moderado en apariencia quizás sea mejor para montarlo
como al tigre, y quizás removiendo el bombo pueda salir alguno que no solo
piense en robar, prevaricar y amasar o repartir entre su clan, sino que piense
en el bien común. Pude que surja algún hombre de Estado. Quien sabe.
De momento, lo
que tenemos meridianamente claro es que de esta manera o así, con este modelo
dentro de este sistema que nos han metido a embudo, ni se funciona ni se
regenera. Lo demás son especulaciones más o menos documentadas, previsiones,
predicciones, suposiciones y entelequias por demostrar. Que venga el diluvio
después de ellos, pero que venga algo. Que corra el aire y que empiece a
respirar la criatura. Que venga el multipartidismo y que pase bien adentro. A
reflexionar.
Reflexiones L.
Soriano
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