Archivo invisible
DE MARÍA MERCEDES
MORALES MÉNDEZ
se presenta este viernes 8 en el Instituto
de Estudios Hispánicos del Puerto de la Cruz
La autora se estrena en las lides
literarias a sus noventa y un años
Archivo invisible es una recopilación de relatos de lo
cotidiano que ha visto la luz en Escritura entre las nubes
María Mercedes Morales Méndez acaba
de estrenarse en las lides literarias con su obra Archivo invisible y tras
cumplir sus noventa y un años. El volumen, que acaba de ver la luz en la
editorial Escritura entre las nubes, tanto en papel como en formato
electrónico, se presenta este viernes, 8 de mayo, a las 19:30 horas en el
Instituto de Estudios Hispánicos del Puerto de la Cruz, en Tenerife. Los
beneficios de la venta de esta obra en este acto serán donados a la ONG Médicos
sin fronteras.
Noticias fugaces, acontecimientos
sociales, lo insólito en lo cotidiano, historias de amor y nostalgia, el
transcurrir de la existencia envuelto en un halo de ternura. Los personajes de Archivo
invisible van y vienen y, entre tanto, nos regalan jirones de sus
itinerarios vitales. Así, con su narración pausada y sencilla, casi sin darse
cuenta, María Mercedes Morales Méndez ha construido un anecdotario de vida, una
enciclopedia de reflexiones y recuerdos. Son esas vivencias experimentadas por
ella misma o que otros le contaron que, por algún motivo, permanecieron
registradas de modo inmutable en un resquicio de su memoria, tal vez, agolpadas
todas ellas en un archivo invisible.
María Mercedes Morales Méndez nació en
Santa Cruz de Tenerife, en el pueblo de la Cruz Santa, un siete de abril de
1924. Su padre, Gabriel, trabajó con ahínco como agricultor para cuidar de su
familia con siete hijos. Su madre, Hermenegilda, los educó y motivó para que
fuesen buenos estudiantes y obtuvieran un título universitario. Fueron tiempos
difíciles: Guerra Civil y postguerra. Al terminar Filosofía y Letras, trabajó
tres años en la biblioteca de la Facultad. En época de vacaciones, recogía
romances en los pueblos cercanos. Diego Catalán, Catedrático de la ULL,
coordinador, logró que años más tarde se publicara El romancero canario,
donde su nombre aparece en segundo lugar como recopiladora. El bajo poder
adquisitivo de la peseta, hizo que en 1955 emigrara a Venezuela. Durante
treinta años trabajó como profesora de secundaria en la Academia Merici de
Caracas. En 1963 nació su hijo. Siempre viajó a visitar a sus padres. En 2001
murió su esposo. Permaneció en ese país 48 años. En 2003 vino a Tenerife a
visitar a su familia y, sin programarlo, se quedó. Comenzó con las Tertulias en
el Centro de Mayores del Puerto de la Cruz, y pronto pasó a formar parte del
Grupo de Literatura y que incentivan su pasión por la escritura de
relatos. En 2013 participa en la trilogía Somos solidarios con los
microcuentos «Puerto de pescadores» (publicado dentro del libro colectivo Minitextos
de amor y lujuria) y «La quema» (incluido en Minitextos para
sonreír). Su recopilación de relatos acaba de ver la luz en su obra Archivo
invisible (editada por Escritura entre las nubes).
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