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jueves, 14 de mayo de 2015

ANDALUZUELA.

ANDALUZUELA.

L. Soriano

Sincera y honestamente, he de convenir que el dolor que me causa ver la situación andaluza, queda apagado por la absoluta decepción y desencanto que su sociedad me transmite.  No puedo entender, ni siquiera porque se sientan beneficiados unos cuantos, que la sociedad andaluza, mayoritariamente quiera para sus hijos, y para sus nietos  ese tipo de régimen y gobierno de subvenciones, de nihilismo y de amistocracia.  Son, junto con Canarias, la provincia europea más subdesarrollada, con más paro, con más problemas sociales, educativos  y  vivenciales.  Quizás les parezca a los votantes que permiten que todo siga igual durante casi 40 años más, enarbolando además unas siglas autodenominadas “progresistas”, y en nombre del pueblo y con consignas de “too pal pueblo”. Miseria para pueblo deberían de aceptar que es el resultado de lo que hacen.  Esos gobernantes dizque de izquierdas, rapiñadores de centenares de millones de dinero público, robado, desviado, derrochado y a veces repartido en la compra mísera de votos, son los responsables de la fechoría. Sin embargo, quienes les mantienen en el poder por intereses bastardos son los que los votan, los apoyan  y los protegen de las actuaciones escasas de la Justicia. 

Andalucía es un paraíso. De eso no cabe ninguna duda. Pero nada hay que agradecer a sus gobernantes en ninguna legislatura de la democracia, absolutamente nada créanme. Desde  Almería , una fuente inigualable de riqueza con sus cultivos perennes, hasta Málaga con su costa del Sol única en algunas expresiones, pasando por la más bella, Granada, sol, nieve y mar, y hasta la Única Sevilla, maravilla de maravillas, con Cádiz portulano, Jerezana, maravillosa, y aun Jaén la aceitunera  y Huelva la ecológica. Todas son una delicia de visitar, recorrer y disfrutar.            Pero de vivir, no tanto.  Todo lo que se recauda de las zonas más ricas, se va por el desagüe de la inoperancia, el clientelismo, la corrupción directa, indirecta y hasta mediopensionista, que ha calado a fondo en todas y cada una de las instituciones andaluzas contaminadas por los gobernantes infaustos e infames que padecen. Creo que es delinquir, mantener a un pueblo sometido y sojuzgado, en una repetición del “vivan las caenas”, mientras los dirigentes se reparten el poder y el pastel. Nótese el esfuerzo enorme que han de hacer  estos perversos gobernantes para que toda la riqueza de Andalucía y todo lo que produce, lo dilapiden y aun les falte doble y mitad para atender alguna necesidad social. Con tres cadenas juramentadas de TV machacando al personal, y con la compra de voluntades con migajas y miserias, es inalcanzable sustituirlos si el que los vota, prefiere ver a sus hijos emigrados, o parados, o subvencionados sin norte ni futuro, trabajando en “La Psoe” o en el paro intermitente, enseñoreando en el PER, lampando por las chapuzas y viviendo una vida anodina, sin aportar nada a la sociedad, ni dejar a los hijos algo mejor  como legado. La Ley del mínimo esfuerzo es lo que rige. Es el sueño de los jóvenes. No ser esto u lo otro, sino estar enchufados al abrevadero de la miseria. No creo un deber ser solidario con quien no quiere aportar nada al bien común, ni empujar el carro, como todos en la dirección de la prosperidad. Los andaluces, una vez más han demostrado ese punto de “indignidad”, y lo siento tanto que me rebelo ante la fatalidad de los que practican la innoble tarea de la mendicidad oficial institucionalizada.  Creo más bien, que, si ellos han elegido el sistema clientelar sin pensar ni siquiera en sus hijos, ni en su educación, ni en su futuro, el trasvase de flujos financieros debe ser paralizado. No se puede mantener una provincia lastre voluntaria retrasando a todas las demás por voluntad de quienes quieren ser mantenidos a toda costa. Ya dijo el genial Borges al ser peguntado por la democracia, el que era un furibundo demócrata en el fondo y forma, “a veces, un abuso de la estadística”.

Siendo que, la Nomenklatura que durante 40 años ha empeorado la situación de la Provincia/Comunidad, poniéndola de farolillo rojo europeo, vagón de cola del trenecito español,  la lleva rumbo a Cuba o Venezuela si no lo es ya.  Y, que a duras penas, por causa de nuestros gobernantes todos, pueden sobrevivir a  los hechos tremendos  que estos provocan para mantener se en el poder y en su propio beneficio. A Reflexionar
Reflexiones L. Soriano

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