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jueves, 4 de diciembre de 2014

Publicidad que insulta a tu inteligencia

Publicidad que insulta a tu inteligencia

Seguro que le suena a usted, astuto lector, el eslogan que reza: “No tenemos sueños baratos”. Los creadores de esa campaña para un conocido sorteo de lotería con reminiscencias cavernícolas (La Primitiva) han decidido que ni usted ni yo soñamos con la paz mundial, con donar dinero para proyectos benéficos o simplemente para montar un negocio e intentar realizar una vocación. ¡No! Los creativos publicitarios de esa campaña piensan que usted y yo queremos lo típico: un yate, una motaza, un isla, un jet privado. Oiga, que yo quiero una vida sencilla y sosegada. Pasear al perro, quizá tener un pequeño huerto y poder disfrutar de un rato al día para leer… Pues no: tengo que desear una mansión con helipuerto. A los que han diseñado esta campaña les da igual que la desigualdad sea el gran reto del siglo XXI. Un dato que reconoce incluso el Foro de Davos. Pamplinas: usted quiere lo que todo el mundo: mansión, yate, isla, jet privado. Y a callar.
Pero no queda ahí la cosa. Una gran compañía energética española (Endesa) desearía poder ofrecernos “inviernos tropicales”, pero como no puede, nos vende calderas. Lo de los “inviernos tropicales” lo dicen sin empacho en su campaña publicitaria. Da igual que el calentamiento global y que sus consecuencias desastrosas (hambre, muerte, devastación…) sean una de las principales amenazas del futuro inmediato. Los creativos publicitarios de esa gran compañía energética española desearían que tuviéramos inviernos tropicales y punto. Al menos son sinceros: el cambio climático se la trae floja.
Y todavía hay más. Otra gran compañía, esta de fabricación de coches (Volkswagen), nos asegura que si nos compramos su último modelo de gama media se nos quedará mirando el tipo que va en el coche de atrás. Y la chica que va a cruzar el paso de cebra. Y todo el mundo. ¿Imagina usted, paciente lector, que sale a la calle y se le queda mirando TODO el mundo? ¿Le parece una sensación agradable? ¿O más bien le parece una PESADILLA que los creativos de la agencia de publicidad contratados por esa afamada marca de coches no han sabido ver? No importa, porque usted puede pisar a fondo el acelerador de su coche modelo XXXX y “dejar a todos atrás”. O sea: huir despavorido. Qué gran anuncio: compre nuestro coche, conviértase en un enfermo mental aquejado de manía persecutoria y pise a fondo el pedal.
Pero sigamos: una renombrada bodega de Ribera del Duero (Protos) nos advierte: “No todos somos iguales”. A tomar viento las leyes, los Derechos Humanos. No tenemos ni idea. Porque, tal y como nos recuerda esta bodega, tu actitud, lector querido, es “ser primero”. Y fíjate que yo creía que el vino es compartir y que cualquier persona decente que abre una botella de vino lo primero que hace es… servirse el último. Pero no, usted, bebedor ocasional de vino blanco, es un troncha-cuellos y pisa-cabezas. Así es como lo ven los genios del márketing contratados por esa bodega.
Así que resumiendo, estos días la publicidad nos propone un mundo de inviernos tropicales en el que hordas cada vez más pobres y hambrientas nos persiguen atraídas por nuestro coche mientras vivimos pisando cabezas para ser los primeros y poder encerrarnos en nuestro yate (el yate nos va a venir muy bien con la crecida del nivel del mar causada por el cambio climático). Cómo mola el mundo que nos propone la publicidad. La verdad, dan ganas de seguir comprando desaforadamente.
Y no hablemos ya de las campañas con mensajes sexistas, que eso daría –como mínimo- para un artículo semanal (la última que he visto es de una exitosa franquicia de bares -Lizarrán- que nos aconseja, a los hombres, que nunca dejemos ‘una rubia sola en la barra’).
Éstos son sólo cinco ejemplos tomados al azar de campañas publicitarias actuales que, en mi opinión,insultan a la inteligencia de las personas. No sé muy bien si las marcas que las contratan son conscientes del momento en que vivimos y de los valores a los que aspiran cada vez más y más personas en la sociedad. Si algo nos ha enseñado la crisis es el valor de hacer cosas en común, decolaborar y compartir antes que de competir y acaparar; el valor de conservar los recursos naturales, de ir abandonando el modelo basado en los combustibles fósiles y en el consumismo.
En fin. En 2011 el grupo de publicidad y comunicación Havas Media ya advirtió de que a la mayoría de los consumidores nos daría igual que desaparecieran el 70% de las marcas. Vista la estupidez y el descerebramiento de los mensajes que muchas de esas marcas trasmiten, ese porcentaje me parece bajo.

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