TODOS LOS PERIODISTAS SON IGUALES
“Aznar hizo una apuesta arriesgada pero justa en los prolegómenos
de la Guerra de Irak. La respuesta de la izquierda política y de la mayor parte
del periodismo español fue tratar de echar del poder al PP a patadas con la
excusa de la Guerra. En aquellas semanas de dramática soledad del presidente y
de acoso desatado a la libertad de los españoles, Libertad Digital fue uno de
los pocos medios de comunicación, con ABC y parte de la COPE, que respaldó la
actuación del Gobierno“. Esto escribía Jiménez Losantos hace unos años. Y por una
vez Jiménez Losantos no mentía: Libertad Digital y el propio Jiménez Losantos
eran de los pocos que defendían las mentiras del gobierno de Aznar para
impulsar un genocidio que todavía desangra Irak.
Es una de las
tres mentiras criminales (mentiras sobre crímenes) que ejercieron de muro de
carga del aznarato y en todas estuvieron los tinglados comunicativos de Jiménez
Losantos en primera línea. Aznar impulsó el mal llamado revisionismo histórico, que en realidad sólo era
una recuperación de la propaganda de la dictadura fascista de Franco para
justificar sus crímenes contra el país. Ahí estuvo en primera línea Libertad
Digital con sus historietadores Pío Moa y César Vidal. La otra gran mentira fue
el 11M y la teoría de la conspiración: en Libertad Digital se reunieron Luis
del Pino y sus peones negros(qué pocos años hacen
falta para ver el patetismo de aquellas farsas) a las faldas mediáticas de
Jiménez Losantos y Pedro J. Ramírez. Todas estas mentiras, hay que recordarlo,
con el altavoz imprescindible que regalaban (¡qué digo regalaban! ¡pagaban,
financiaban!) la Conferencia Episcopal y Rouco Varela, con nuestro dinero, a
través de la COPE, hasta que el PP ordenó silenciar a aquellas voces que ya
eran un estorbo. El PP se lo dio, el PP se lo quitó.
Hoy sabemos
que aquello no era una mentira gratuita. Que todo lo hacían por la pasta: el PP
no sólo usó el saqueo para forrarse sino que en su generosidad también
financiaron a Libertad Digital. También lo hizo la patronal madrileña de Díaz Ferrán y
Arturo Fernández: 700.000 euros, casi nada.
Emprendedores y liberales apoyando a la prensa libre.
No sabemos si
existía la consigna de financiar ilegalmente a medios que se declararan liberales, pero lo cierto es que uno de los delitos de
Jaume Matas fue el pago ilegal a un columnista de El Mundo que abrió un medio llamado Libertad
Balear. Pura coincidencia con el medio digital de otro columnista de El Mundo.
Resulta llamativo cómo nos centramos en
la corrupción política, empezamos a señalar apenas la corrupción empresarial
(condición necesaria para la corrupción política) y siempre se nos olvida la
corrupción mediática. Incluso criticamos a la gente que estuvo votando
corruptos durante tantos años sin recordar el potentísimo aparato mediático, en
buena parte corrupto, que convencía de que aquel saqueo era lo mejor para
todos, lo único realista en términos económicos.
Incluso cuando señalaba algún rincón del
saqueo, la máquina se engrasaba para evitar más fugas.
Un capítulo especialmente discreto
ocurrió en torno a los sueldos de los consejeros de Cajamadrid. En enero de
2012, El Mundo publicó un artículo titulado “El comunista del millón de euros”.
No fue un artículo menor. Aparecía en la portada del periódico en domingo y
ocupaba la portada del suplemento Crónica. En él se denunciaban las
escandalosas remuneraciones de los consejeros de Cajamadrid: no las tarjetas black,
sino las supuestamente legales. En portada aparecía una gran foto de Moral
Santín, a quien se asignaban ingresos de más de 500.000 euros al año. Una
remuneración, por cierto, que Moral Santín desmentía en privado cuando se le
exigían explicaciones en IU, pero que nunca respondía en público ni acreditaba
con la declaración del IRPF. El artículo de El Mundo se centraba en Moral
Santín pero señalaba también las escandalosas remuneraciones del resto del
consejo… e inminentes jefes del autor del artículo.
Aún se puede encontrar el artículo en
Orbyt, en El
Mundo. El
autor es un tal Juan Emilio Maíllo y la fecha del mismo es 29 de enero de 2012.
Diez días después, el 8 de febrero de 2012, podemos encontrar otra
noticia: Juan Emilio Maíllo ficha por el
departamento de comunicación de Bankia. Es decir, a
los diez días de publicar algunas de las vergüenzas de los jefes de Cajamadrid
y la Bankia de entonces lo ficha Bankia, entonces todavía en manos de Rato y
con muchos de los consejeros señalados en puestos de gobierno: Moral Santín, el
centro del artículo, el supuestamente difamado con la información, seguía
siendo el vicepresidente de Bankia. Así que sólo cabe pensar que tan fulgurante
fichaje de alguien tan incómodo o bien pretendía impedir que saliese más
información o bien pretendía recompensar por la publicación de información que
ajustaba cuentas internas desde dentro: sólo cabe pensar que o se compró el
silencio o se compró la información. Si existe otra posibilidad razonable, que
alguien nos ilustre.
Seguro que
hay decenas de ejemplos más que muestran que el mecanismo de la España del
saqueo incluía como instrumento necesario el poder mediático. No hace falta
recordar que la pareja de Rodrigo Rato es periodista de información económica
en El País o que el poder financiero controla casi
todos los grandes medios de comunicación, ya sea a través de créditos y
publicidad o incluso, en casos muy relevantes, como propietario de los mismos.
Del mismo modo que nunca podemos olvidar
que para que haya corruptos tiene que haber corruptores que ganan muchísimo más
que el corrompido, debemos tener muy presente que para que un saqueo
estructural perviva en el tiempo tiene que haber una máquina de propaganda a
disposición de los saqueadores. Se habla de casta y casi
siempre nos olvidamos de incluir en ella al periodismo que se ha corrompido
para servir al poder. Llamamos a la prensa cuarto poder pero
a menudo se nos olvida pensar en ella cuando señalamos la estructura con la que
el poder nos ha saqueado
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