LA ECONOMÍA
MUNDIAL EN UNA MARCHA CORTA
ESCRITO POR MICHAEL ROBERTS
"La
recuperación de la recesión de 2008-09 ha sido más lenta que en cualquier otra
recuperación tras el período de la Segunda Guerra Mundial a ambos lados del
Atlántico“.
La próxima
semana, todos los líderes de las principales naciones del G-20 se reúnen en
Brisbane, Australia.
La OCDE ha
publicado su última previsión de crecimiento económico mundial cara a esa
reunión. Es el
mantra habitual
de todos los organismos internacionales, a saber, que el crecimiento mundial
sigue
"atascado
en una marcha corta", es decir muy por debajo del crecimiento de la
tendencia anterior a la Gran
Recesión; pero
no hay que preocuparse, el año que viene las cosas irán mejor.
Como la OCDE
escribe en su informe, es previsible que la economía mundial "acelere
gradualmente si los
países aplican
políticas favorables al crecimiento". Téngase en cuenta la advertencia: SI
los líderes del G-20
adoptan más
medidas de apoyo al crecimiento‘'.
La OCDE calcula
que el crecimiento del PIB real mundial será sólo del 3,3% este año, pero se
"acelerará"
hasta un 3,7%
en 2015 y un 3,9% en 2016. Pero incluso ese crecimiento será "modesto en
comparación
con el período
anterior a la crisis y un poco por debajo del promedio a largo plazo“.
Esa aceleración
suave, suponiendo que se logre, lo que es bastante dudoso, será liderada por la
economía
de Estados
Unidos, que las previsiones de la OCDE creen que crezca un 2,2% este año,
saltando al 3% en
2015 y 2016. La
OCDE reconoce que Europa y Japón tendrán suerte si crecen más del 1% en el
mismo
período.
El
estancamiento en Europa, sobre todo en la zona del euro, también fue confirmado
por las últimas
previsiones de
la Comisión europea, que dio a conocer también la semana pasada. La Comisión
recortó sus
previsiones una
vez más, afirmando que la zona euro crecerá sólo un 0,8% este año, un 1,1% el
próximo
año y un 1,7%
en el 2016, una cifra que la Comisión aseguró hace seis meses que se lograría
el próximo
año. Así que,
una vez más, la Comisión ha reducido sus previsiones más optimistas: siempre
llueve
mañana.
La OCDE comenta
en su informe que "todavía tenemos que lograr una expansión global amplia
y sostenida,
pero la
inversión, el crédito y el comercio internacional siguen siendo
vacilantes", y el comisario de
economía de la
UE, Pierre Moscovici, repitió lo mismo: "No hay una respuesta única y
simple. La
recuperación
económica está claramente luchando para cobrar impulso“.
Lo que
cuestiona incluso la modesta aceleración del crecimiento que la OCDE espera a
nivel mundial y que
la Comisión
europea espera para la zona euro es que los indicadores de alta frecuencia de
la actividad
económica
futura están empezando a bajar. Los índices Markit de gerentes de compras se
utilizan cada vez
más como
indicador de la actividad futura. Pero son poco fiable porque son sólo
encuestas a ejecutivos de
empresas sobre
su actividad, y no datos serios. Pero los últimos resultados para octubre
muestran una
desaceleración
de la expansión (índice por encima de 50) para el mundo en su conjunto,
liderada por las
economías
desarrolladas.
¿Por qué ha
sido tan débil la recuperación desde el año 2009 en las economías del G-20?
Pues bien, la
Comisión
europea ha aventurado algunas razones. Como dice: “las recuperaciones tras las
crisis
financieras
profundas son más tenues que las recuperaciones tras las recesiones normales
... estimaciones
recientes
sugieren que se necesitarían alrededor de 6 ½ años (mediana) u ocho años
(media) para volver al
nivel de
ingresos anterior a la crisis después de una profunda crisis económica y
financiera"... pero en
realidad,
"la recuperación de la recesión de 2008-09 ha sido más lenta que en
cualquier otra recuperación
tras el período
de la Segunda Guerra Mundial a ambos lados del Atlántico“.
Así que la
crisis financiera global es el factor más importante que hace que la
recuperación sea más lenta
de lo normal. Y
es cierto que la crisis y el rescate posterior por parte de los gobiernos de
las principales
economías,
gracias a un aumento de la deuda, ha dejado una pesada carga de financiación de
la misma, a
pesar de que
las tasas de interés se acercan a cero. Como muestra la OCDE, en las economías
avanzadas
los niveles de
deuda globales son en realidad más altos ahora que en 2007. Y China también ha
aumentado
su deuda, que
se acerca a la de muchas economías avanzadas.
La Comisión
europea subraya que una posible razón de que la economía estadounidense se haya
recuperado
mejor es que "las empresas estadounidenses han reducido la deuda más que
las de la zona del
euro. Y se han
apoyado en las tendencias positivas de rentabilidad que han dotado a las
compañías en los
EE.UU. con los
fondos internos necesarios para el ajuste de sus balances”. La Comisión europea
afirma
que “es
previsible que el retraso del desapalancamiento en Europa pese sobre la
inversión y por lo tanto
que explique en
parte la brecha entre las contribuciones al crecimiento del PIB en la zona del
euro y en los
EE.UU. “.
La mejor
rentabilidad ha permitido a las empresas estadounidenses acumular dinero en
efectivo, recomprar
sus propias
acciones para aumentar el valor de mercado de las empresas y, por lo tanto, el
de los bonos
ejecutivos y
las opciones sobre acciones, pero también un crecimiento de la inversión
productiva
relativamente
más rápido, aunque sigue siendo pobre en comparación con antes de la Gran
Recesión. La
inversión en
activos productivos por habitante todavía no ha llegado a los niveles máximos
de 2007 en
ninguna de las
principales economías capitalistas avanzadas, pero al menos a los EE.UU. le ha
ido mejor.
Curiosamente,
la OCDE muestra que el consumo privado per cápita no ha caído en absoluto desde
2005.
La Gran
Recesión no fue provocada por un colapso en el consumo sino en la inversión -
un argumento en
contra de la
visión keynesiana de la crisis, que he planteado ya en varios notas. De hecho,
existe una
correlación muy
alta entre la inversión empresarial en los Estados Unidos y el crecimiento real
del PIB
estadounidense
como muestra el gráfico adjunto.
Cuando aumenta
la inversión, hay crecimiento. Y, en mi opinión, la inversión persigue
beneficios. Y no sólo
es mi punto de
vista, como he recordado a los lectores a partir del trabajo empírico de Tapia
Granados y
otros (ver mi
nota ). Los beneficios marcan la melodía.
Sin embargo, en
los EE.UU., donde la recuperación económica ha sido relativamente mayor, el
crecimiento
de las
ganancias corporativas ahora se ha frenado.
En el siguiente
gráfico, he retrasado en un año el crecimiento de la inversión (línea azul) en
relación con el
crecimiento de
los beneficios (línea roja). Esto demuestra que cuando los beneficios caen y,
finalmente, son
negativos, un
año después, más o menos, la inversión empresarial colapsa y cuando los
beneficios crecen,
la inversión
aumenta en un año.
Michael Roberts
es un reconocido economista marxista británico, que ha trabajador 30 años en la
City londinense como analista
económico y
publica el blog The Next Recession.
Traducción para
www.sinpermiso.info. Gustavo Buster
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