A LA ATENCIÓN
DE PEDRO SÁNCHEZ
ESCRITO POR @MAR_Y_TAL
Permíteme tutearte. Soy una mujer y por tanto una víctima de los
asesinatos machistas en potencia. Una mujer que puede ser agredida en cualquier
momento, que quizás no denuncie por miedo a ser estigmatizada. Una mujer de 31
años, en paro, que intenta sobrevivir en un mundo que nos quiere calladas y
sumisas. Una mujer que podría ser cualquiera.
Soy una mujer que, desde niña, ha recibido una educación
heteropatriarcal a la que le tocaba vestirse de rosa y jugar a “ser mamá” – “No
seas tan burra”, “vaya pelos llevas siempre”, “tú con esa ropa y tus amigas tan
monas”- . Una mujer que debía protegerse de andar sola por la calle, que en la
adolescencia fue insultada por sus kilos, que tenía que “hacerse valer”. Una
mujer que luego fue una “puta” por decidir vivir su sexualidad libremente. Una
mujer que, en las prácticas durante la carrera, tuvo que aguantar las gracias
sobre ser becaria. Una mujer que en las entrevistas de trabajo tiene que
contestar a preguntas sobre la intención que tiene de ser madre en los próximos
años. Una mujer, como ya le he dicho, en paro; pero encargada de hacer la
compra, la comida, planchar, poner lavadoras, pensar el menú semanal, intentar
llegar a final de mes. Sin embargo,
afortunadamente, soy feminista. Y lo soy desde hace mucho tiempo, aunque no
conseguía ponerle nombre al por qué de mi malestar, de mi angustia, de mi
continua sensación de no estar nunca a la altura. Soy
feminista a pesar de una red pública de enseñanza en la que no se enseña
que hombres y mujeres somos iguales. No existe una asignatura que enseñe a las
mujeres a empoderarse y a los hombres a ser conscientes de sus privilegios en
un sistema injusto. De hecho, durante
esos años, pensé que las mujeres nunca fuimos científicas, ni escritoras, ni
luchamos en la Revolución Francesa. En gimnasia ellos jugaban al fútbol
mientras nosotras jugábamos con aros y pelotas. En la universidad más de lo mismo para
aterrizar después en un sistema laboral y empresarial en el que lo asumido años
antes como normal, se cristaliza. Salarios más bajos, comentarios machistas en
el puesto de trabajo o en las entrevistas. Recuerdo que una vez lloré en mi
puesto de trabajo por cuestiones que no vienen al caso. Mi jefe me recomendó no
ser tan sensible. “A ver tienes que ser más como un hombre”, me dijo. Probablemente el resto de mi vida tenga que
seguir luchando contra esos detalles que me hacen ser diferente a las mujeres
que salen en los anuncios. Pero lo haré. Con más rabia que nunca. El pasado 28
de septiembre, como sabes, el Movimiento Feminista de Madrid –porque fuimos
nosotras y solo nosotras- salió a la calle para celebrar la dimisión de Alberto
Ruiz Gallardón y reafirmar nuestro compromiso con el derecho a decidir.
Recuerdo que estaba esperando a unas compañeras cuando te vi aparecer. Sonreías
pero no nos veías. A ninguna. Sólo veías cámaras, flashes, micrófonos. El resto no parecía importarte mucho. Y los
medios se hicieron eco, como no podía ser de otra manera. Concretamente El País
hablaba de “colectivos feministas” entre los asistentes. No éramos meras
asistentes Pedro. No te responsabilizo –del todo- de un titular de El País,
pero tuviste que escucharnos aunque no dejases de sonreír ni un solo momento.
Tuviste que escuchar nuestros gritos. Y
hoy despierto con otra declaración tuya, una promesa electoral –que ahora toca-
que pasa por realizar funerales de Estado a las víctimas de la violencia
machista. Aquel 28 de Septiembre, entre bailes y abrazos, volvieron a tronar
las calles de Madrid: “¿De qué vida hablan cuándo hablan de la vida”?. Te digo lo mismo, no os obcequéis en “tomar
medidas” en los períodos pre y post-vida. Porque mientras hacéis eso, mientras
habláis de populismo ajeno, a las mujeres nos siguen asesinando, nos siguen
estigmatizando, nos siguen enseñando a ser sumisas, nos siguen pagando menos,
nos siguen acosando. Dudo que llegues
a ser Presidente del Gobierno, y sí es algo personal, pero si así fuese hay un
momento en el que las mujeres estamos vivas y es ahí cuando necesitamos ayudas
sociales (lamento recordarte, una vez más, el artículo 135 de la Constitución
que prioriza el pago de la deuda a la inversión en políticas sociales). Hay un
momento en el que las niñas somos educadas –desde la publicidad, instituciones
y medios de comunicación- en el machismo. Hay un momento en el que las mujeres
cobramos menos haciendo lo mismo que vosotros. Es ahí donde tenéis mucho
trabajo por hacer.
No queremos funerales de Estado oficiados por obispos que
quieren entrar en nuestros úteros. Queremos vivir y vamos a hacerlo libres. Así
que Pedro, no intentes tutelar la lucha feminista. No intentes arañar votos con
esto y menos hacerlo de esa manera tan ruin. Vamos por delante en muchas cosas,
sólo tenéis que escuchar y aprender.
http://enredadaonline.blogspot.com.es/2014/10/a-la-atencion-de-pedro-sanchez.html
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