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martes, 18 de marzo de 2014

Mordaza mediática



Mordaza mediática
Juan Henríquez

No soy más que un articulista semanal que intenta ganarse una resonancia, dentro de mi más humilde condición de versado para enlazar palabras escritas, con el propósito de cautivar la atención e intriga entre los lectores/as  del DIARIO DE AVISOS. Ni la más remota idea de lo que ocurre en las entrañas de los medios de comunicación social, de manera especial, de la prensa escrita (periódicos), y menos, de lo que acontece en la economía que ha de ocuparse en mantener vivas las tripas que mueven su existencia diaria.
La crisis también ha perforado la economía de los medios de comunicación, que se han visto en el último lustro obligados a reducir costes, y despedir personal. Los pocos que han sobrevivido lo han hecho a duras penas y haciendo verdaderos malabares financieros. Y por sí fuera poco, los díscolos con el gobierno de turno, reciben el castigo correspondiente a través del reparto de las campañas. Un ejemplo clarificador y sintomático. La pasada campaña “Hay salida”, contra la violencia de género, destinó 1.319.356 euros para su difusión en los medios estatales. Pues atención, los periódicos de ultraderecha La Razón (91.000 ejemplares/día=73.103€) y ABC (172.000 ejemplares/día=57.351€), recibieron prácticamente el doble que El País (324.814 ejemplares/día=33.880€). Lo mismo ocurrió con las emisoras de radio; por ejemplo, la COPE con 1.773.000 oyentes recibió en torno a los 44.000€, mientras que La Ser con una media de 4.785.000 oyentes recibió 11.205€. Datos inequívocos para conocer el papel de Francisco Marhuenda, director de La Razón, en 6ª TV. Y que no se le ocurra a nadie meterse con Ana Mato, encargada del reparto de la campaña, el tío va y te manda un par de sicarios a partirte las patas.
Al final lo que intento es encontrar explicaciones objetivas y razonadas sobre la destitución de los directores de La Vanguardia, El Mundo y El País. Soy contundente: censura encubierta en la democracia dictatorial del PP. Españoles: ¡Rajoy…, no ha muerto!
 



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