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jueves, 19 de diciembre de 2013

NELSON MANDELA, AHORA, LIBRE.

EL VUELO DE LA PARDELA.
NELSON MANDELA, AHORA, LIBRE.

GRACILIANA MONTELONGO AMADOR.

En estos días  en los que la mala hierba se expande  a una velocidad de vértigo, recibimos la triste noticia de que ha muerto un gran líder, Nelson Mandela. Un hombre que ha sufrido en sus propias carnes  muchas  injusticias, pero la más cruel, es el  racismo.  El odio del hombre, contra el propio hombre. Esto  hace que el amor huya asustado y se refugie bajo la mala hierba para no ser aniquilado. Este gran ser humano nos deja huérfanos de esperanza. Si miramos a nuestro alrededor, veremos a algunos de  los responsables de velar por el bienestar del pueblo, que  dejan mucho que desear. Cuando advertimos esto, nos preguntamos ¿Que pensaran los niños al oír las noticias, en las que se informa  de lo que hacen, y al mismo tiempo no pasa nada? ¿Qué enseñanza les estamos transmitiendo a los jóvenes que forman parte  de este país?  ¿Qué tipo de cimientos estamos empleando para el futuro?  Donde el amor y  el respeto,  está  oculto  bajo  la  mala  hierba. Donde se observa que  la meta, de esta gente, es  la obtener beneficios (Dinero)  a costa de lo que sea.  A la dignidad la tienen encarcelada, para que no les salgan sarpullos en el rostro.  Mandela, si era y es un ejemplo a seguir, incluso estando encarcelado nunca dejó de luchar. 27 años en la oscuridad, apartado del mundo, no sirvieron para apagar la llama. Siempre la mantuvo encendida, fue constante  y  eso le permitió  conseguir  de nuevo la libertad.  Salir de entre los barrotes de la ignorancia. A mi mente me viene  una de sus frases más famosas  y que dice así: La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo. Y esta  otra: La mayor gloria no es caer, sino saber levantarse. Él luchó por la libertad, por la justicia, por la igualdad.  Sin duda, su pérdida nos apena, pero también nos da que pensar. Ahora debemos tomar el relevo de su obra y continuar con la lucha. Alcemos  la voz, unamos nuestras  manos, pongámonos en pie, por nuestros hijos, porque queda mucho trabajo por hacer.  No perdamos este tiempo que se nos ha dado, para habitar en este hermoso planeta. Por eso termino con esta enseñanza del maestro Mandela:
 Debemos usar el tiempo sabiamente y darnos cuenta de que siempre es el momento de hacer las cosas bien. 

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