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jueves, 1 de noviembre de 2012

APRENDIZAJE DE LA DECEPCIÓN


APRENDIZAJE DE LA DECEPCIÓN


Eduardo Sanguinetti,
filosofo


Creo que les agradaría que no hable de nada, pero no puedo dejar de hacer mención del poder de las bestias, de la justicia criminal, de la cobardía de los pueblos, de la hipocresía de las Naciones Unidas y demás Organismos Internacionales que “bregan por la paz”, de la genuflexión de las corporaciones periodísticas del mundo, esclavos que impulsan y justifican el estado de guerra permanente instalado en este pobre planeta globalizado
Quisiera agregar además que la humanidad se está cocinando un porvenir con los miembros paralizados, los nervios destrozados y la cabeza congelada.

Hago mención también de las cárceles, las torturas elevadas a categoría de ley y las neuralgias sociopolíticas. ¡Ah! y no olvido a los distribuidores de premios a la paz y la solidaridad, en nombre de la hermandad de todos los hombres: Academias escleróticas que existen para justificar la ubicuidad de ausencia de sentido vital en este mundo que ya no se comprende. ¿O bien debo hacer un discurso de agradecimiento? O dedicar unas palabras a los mercaderes de armamentos y de drogas, a las top models como mercadería de intercambio de la imagen de la actualidad, a los notorios periodistas negociables que llegan a la noticia cuando todo ha pasado o simplemente la inventan, a los empresarios que se legitiman en la estafa, a la irreflexión y la bajeza, a la vejez como horror ejemplar, al suicidio de los pueblos.

No hago más que arrojar algunas palabras: aislamiento, genocidio, degeneración, vulgaridad, prostitución… Hago hincapié en el espectáculo de la existencia que un día en un solo instante, en el instante decisivo, arrojará al hombre al espejo que ya no reflejará su imagen.

No hablo de Imperios en putrefacción, ni de religiones, ni de repúblicas estúpidas, ni de tratados entre naciones, ni de amor a la patria, ni de abyecta neutralidad, pero no puedo evitar sonreír ante quienes gobiernan este mundo o los poderosos de turno. Pienso que no hay nada que exaltar, mucho que condenar. ¡Qué horror!: una humanidad que no sospecha nada, hombres con simplicidad, cierta bajeza y la pobreza de sus necesidades. Todo es prehistoria altamente filosófica e insoportable. Los siglos son pobres de espíritu, los componentes de la brutalidad más intransigente son necesidad cotidiana. La vida hoy es desesperación en que se apoyan reflexiones religiosas, productoras de Evangelios con activos incorpóreos.

Instrumentos de la decadencia, criaturas de la agonía, todo es claro, nada se comprende. La resurrección de dioses y demonios crece cuanto crece la incertidumbre. En ella afloran al mismo ritmo todo tipo de creencias y descreencias, que crecen en su propio ocultamiento, del mismo modo que los desastres ecológicos, la extensión de un apocalipsis, se sustenta en siglos y siglos de valores que contemplan y predestinan holocaustos cotidianos frente a los que la indolencia de esta civilización, que descree lo que supone superado, convirtiéndose en cómplice de los delitos que se perpetran minuto a minuto, en nombre del entendimiento y el ensimismamiento de la diferencia en relación.

La realidad se transformó en sujeto del destino, mientras el sujeto es apenas su objeto: absoluta crisis de lo absoluto. Paralizados en la anarquía de la página, el origen cierra sus puertas, y la tierra de nadie recoge el desperdicio de restos humanos, que respiraron la atmósfera podrida de este tercer milenio. 

2 comentarios:

  1. uuffffff muy fuerte, reflexiones profundas que conocemos pero qu eseguimos de lado y no queda de otra solo denunciar y orar , muy bueno , un abrazo

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  2. GENIAL, QUE MAS PUEDO AGREGAR A TODA ESTA VERDAD DESPLEGADA POR SANGUINETTI.
    CREO ES UNO DE LOS ESCRITOS MÁS POTENTES QUE HE LEIDO EN NACIÓN CANARIA.
    SALUDO Y ESPEREMOS QUE ALGO CAMBIE, PUESTO QUE SI VOTAMOS Y SE CUMPLEN LAS PROMESAS ELECTORALES, PROHIBIRÍAN EL VOTO...ES UNA VERDAD SIMPLE, PERO IRREBATIBLE.

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