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domingo, 19 de agosto de 2012

EL VUELO DE LA PARDELA, de GRACILIANA MONTELONGO


CAMINANTE, NO HAY CAMINO…


Por: Graciliana
Montelongo Amador.



Palabras, palabras y más palabras. ¿Pero qué dicen? Y ¿quién las pronuncia? Todos los días rodeados, de este lenguaje, que no aclara nada. Que no conduce a nada. Que no deja ver la luz al final del túnel.  Una situación surrealista en la que  han sumergido al  pueblo llano. Y el pueblo llano, somos todos. Menos unos cuantos, que se están riendo (antes,  a nuestras espaldas) en nuestra cara, de frente, sin vergüenza  y lo peor, sin respeto, ni siquiera por los niños. Estos seres carentes de amor, podridos de egoísmo y de vanidad de vanidades, no duran toda la vida. Ahora son fuertes, pero mañana… ¿Qué mañana les espera a todos ellos? Realmente no me importa.  Se lo ganaron a pulso. Lo que si me importa es el aquí, el ahora. Todos debemos estar alerta, para no caer aún más en sus redes. Está claro, que tenemos que  cambiar muchas cosas, que cometíamos muchos errores. Pero de los errores se aprende. No podemos continuar con el desbarajuste, al que nos habían sometido. Empezando por analizar nuestra manera de ver las cosas, nuestra manera de sentir, nuestra manera  de vivir. Poner  en orden nuestras prioridades. Mantener un equilibrio, entre el hombre y la naturaleza. No prestando (como ellos querían) interés a lo superficial.  Cuando miro a mi alrededor y veo a tantos jóvenes con carrera y sin carrera terminada. Con ganas  de construir su propia vida. De tener su  independencia.  Cuando veo a un gobierno incapaz de encontrar una solución, para encaminar este desastre. Desastre que tendrá que acabar en algún momento .Esta es la esperanza que nos queda a todos para poder continuar. Entonces, poco a poco (Caminante, no hay camino. Se hace camino al andar. Nos decía  Antonio machado)  pero con firmeza. Todos juntos, romperemos de una vez,  con ese lenguaje, esa  verborrea, utilizada como escudo de la verdad.  Que solo beneficia  a  quien la preparó y a quien la pronuncia. Que no permite al pueblo  respirar,  otros aires. Aires de libertad.      


                                   











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