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lunes, 20 de agosto de 2012

EL HIDROAVIÓN “ES LO DE MENOS”


EL HIDROAVIÓN “ES LO DE MENOS”


*Francisco Castro



El hidroavión “es lo de menos”. Se trata de una afirmación un tanto exagerada, pero no lo es desde el punto de vista que voy a expresar. Quiero decir que el hidroavión, como otros problemas que se plantean a la opinión pública, es lo superficial de la noticia, un exponente del problema, digamos lo inmediato. Lo profundo del problema es que en Canarias no ha habido un interés político efectivo, que no social, por el medioambiente, salvo unas necesarias leyes de protección del territorio, unas directrices de la UE, y poco más. Por lo demás, por lo que se ha estado transmitiendo en los medios de comunicación, desde que estoy en periodismo, desde hace unos treinta años, cada vez que hay un incendio forestal de gravedad observamos el bochornoso espectáculo de los políticos que se acusan unos a otros, pero no aportan soluciones. Y aquí están incluidos todos los partidos, porque en estos treinta años que hace que tengo memoria ya han gobernado todos los partidos, tanto en el Congreso como en la Comunidad autónoma de Canarias. 


Y, ¿cuál es el fondo de la cuestión? Pues, que después de tantos años de democracia; después de tantos años de autonomía y de conocimiento del territorio no hay en Canarias un marco legislativo, en general, que trate del uso de la naturaleza. No hay un marco que regule el uso de los suelos rurales; no hay normas que fomenten y regulen la comercialización respecto al medio ambiente, entiéndase, por ejemplo, la limpieza de los montes y la recogida de pinocha; no hay vigilancia forestal; no hay planes de emergencia municipal. Por lo tanto, el hidroavión es importante, pero el problema falla desde la base. El problema no es nuevo, es muy viejo y está en conocimiento de todos los partidos. Faltaría más. Entonces, ¿para qué gobiernan?
Dicho lo dicho, que todos los partidos que han gobernado han tenido suficiente información,  recuerdo, como ejemplo, la iniciativa de un concejal de ATI en el Ayuntamiento de Santa Cruz, Manuel Vera, recientemente fallecido. Hace unos veinte años solicitó la construcción de un helipuerto en Anaga, para la protección de este macizo y para una intervención rápida en el resto de la Isla. La propuesta, publicada varias veces por quien suscribe, fue rechazada. Estamos hablando de hace veinte años, con que ha habido tiempo suficiente.
Hace al menos quince años, en una rueda de prensa, se le preguntó a un destacado concejal del mismo partido, cuyo nombre me lo guardo, aunque también está publicado, sobre qué ocurriría si hubiera una explosión en la Refinería. El concejal contestó que sólo quedaría rezar. Siempre he pensado que esa contestación fue una burla a los periodistas y no un sentimiento real del político ni del grupo de gobierno. En cualquier caso, vale el ejemplo para destacar con qué ligereza se ha tratado todo lo relacionado con la seguridad y emergencia de los problemas de Canarias. Y vuelvo a insistir que todos los partidos políticos son responsables de lo que se ha hecho o dejado de hacer, no sólo los nacionalistas en el gobierno.
En una época más reciente, habría que hablar de la Policía autonómica que, por cierto, existe con el beneplácito del PP, que gobernó, no hace mucho, con Coalición Canaria. ¿Dónde está la Policía autonómica?, cuando uno de sus fines es, precisamente, la defensa del medio ambiente. Sin restar méritos a los medios de emergencia autonómicos, lo cierto es que hemos necesitado la intervención del Estado para resolver el problema. Quiero decir que no entiendo dónde está el nacionalismo que gobierna. ¿Dónde se han centrado las inversiones de los nacionalistas que han gobernado y de los partidos nacionales que les han apoyado en las diferentes legislaturas?
Ahora viene el problema del hidroavión. Una vez que ya hemos resuelto el problema de base, es decir, un marco legislativo, una sana actividad económica respecto al medio ambiente, una política efectiva de residuos, un personal adecuado para el medio forestal, hay que pensar en una inversión en vehículos. O bien, todo a la par.
Quiero destacar algo importante. En mis treinta años de periodismo no he conocido a un político que haga o deje de hacer a sabiendas. No hay ningún político que gobierne para fastidiar a nadie. La buena voluntad hay que darla de antemano. Lo que sí hay es falta de conocimiento y negligencia. Por ello, aunque es imprescindible criticar, sobran los insultos. Lo que hay que transmitir a los políticos es que dejen a un lado sus batallas en el ámbito de los partidos y regulen de una vez el uso, vigilancia y mantenimiento de los espacios naturales. Y es una ocupación de todos: Gobierno del Estado; Comunidad autónoma; cabildos y ayuntamientos. Este ha sido otro ejemplo claro de que falla el sistema, este sistema de duplicidades, este sistema de ver quién tiene la competencia, este sistema de falta de coordinación ante las emergencias.
No miremos atrás a otras legislaturas; no tengamos ya en cuenta esas declaraciones, hechas no se sabe para quién, porque aparte de rezar hay que poner en práctica la política sobre medio ambiente que seguro que está en el deseo de todos los políticos. Ora et labora.
*Periodista







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