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viernes, 15 de junio de 2012

Una burguesía dolarizada, por Eduardo Sanguinetti, Filósof


PROTESTAS EN ARGENTINA
Eduardo Sanguinetti, Filósofo

El sonido de las cacerolas como símbolo de protesta ciudadana volvió a algunos barrios porteños. Los vecinos de Belgrano, Palermo y Barrio Norte se manifestaron tímidamente en contra de la corrupción y la inseguridad. En diálogo con el canal TN, los vecinos indicaron, que también protestaban por las medidas adoptadas por el gobierno para regular la compra de divisas extranjeras.
La manifestación abarcaba esquinas como Santa Fe y Scalabrini Ortiz; Callao y Santa Fe; Libertad y Avenida del Libertador, y Peña y Coronel Díaz, lugares en su mayoría que ya fueron epicentro de protestas similares durante 2008, en pleno auge del conflicto entre el gobierno y el campo, que ya se instaló nuevamente por la trascendente decisión de la legislatura del gobierno de la Provincia de Buenos Aires de revaluar los establecimientos rurales.

La repercusión del reclamo también llegó a localidades bonaerenses como Vicente López, Olivos y San Isidro. “Estamos cansados de la inseguridad, de que nos mientan. Si la Justicia no funciona, no funciona el país”, aseguró quejosa y presumida, una elegante mujer, en diálogo con el canal TN. Todo lo acontecido tuvo espacio en las zonas más ricas y burguesas de Buenos Aires, “las orilleras”, como Jorge Luis Borges solía decir.
Evidentemente las medidas nacionales y populares, tomadas de manera acertada por la presidenta Cristina Fernández, que están conformando una nueva República, provocan miedo y resentimiento en la burguesía capitalista, gorila y servil, que teme por su patrimonio y su posición de privilegio, siempre a favor de la desintegración y fragmentación de la nación y a favor de sus domésticas y epidérmicas y mezquinas necesidades.
La posibilidad de otra Argentina, a esta banda de burgueses intolerantes, ante esta realidad que consiste en la cristalización de un país para todos, los hace entrar en crisis histéricas y psicóticas, que harán multiplicar sus sesiones de terapia.
La historia de la Argentina es un “teatro paradojal”, un escenario donde los sujetos – marionetas que proliferan, tenaces en el escenario de la historia- cambian el disfraz para invertir los lugares y posiciones en el baile de las máscaras. Tal el caso de estos vecinos, ya no ciudadanos, que se autoexcluyen del devenir y de la existencia de toda una comunidad, anteponiendo sus miserables traiciones, a las necesidades y elección de todo un pueblo, en este caso el argentino, que en mayoría y sin lugar al más mínimo análisis, apoya la gestión de gobierno de su presidenta.
Estos hijos bastardos de una oligarquía, autofundada, por necesidad y encargo, en nuestra historia, por quienes la escribieron, esclavos y fieles a las políticas liberales de Europa, representadas por los medios monopólicos como La Nación y Clarín, que conformaron la imagen de una Argentina ficcionalizada, fragmentada, siempre en debate circular entre utopías, traiciones, y silencios, pretenden seguir en su eterno sitial de honor, cumplimentando fuera de espacio y tiempo sus psicopatías de conciencias fracturadas y vidas frustradas.
Visitantes de nuestra historia, cual turistas y extranjeros, esta burguesía mercantil, “penetrados sus cuerpos” por ese juego sádico de dominio y servidumbre, de relaciones móviles que malograron toda posibilidad de cambio, anteponiendo sus mezquindades y artificios, animadas de contradicciones fundamentales y repugnancias reprimidas, como cualquier mayoría sin minoría pero sin dialéctica, contestación u oposición, sin fermentos, inmóvil, con sus falsos problemas, le han robado a lo largo de nuestra historia, la vida a nuestro pueblo, hambreado y condenado durante décadas a una existencia miserable.
Esta burguesía ávida, con su habitual y calculado aprovechamiento de especulación y mercantilización de la moneda, principio y fin de sus existencias degradantes, lanzan hoy discursos de libertad y justicia, mintiendo descaradamente que sus comportamientos son guiados por el temor a la inseguridad y corrupción, cuando en definitiva, solo el interés que los guía para su arcaica protesta es el control que el gobierno nacional impuso sobre la compra de divisa extranjera, medida por demás necesaria y patriótica, como lo es la nacionalización de YPF o el reclamo por la soberanía de nuestras islas Malvinas.
Ha llegado la hora de un real y profundo cambio, para no repetir la historia que me han contado y jamás ha sido, para conformar luego de las horas y los días una nación soberana.


1 comentario:

  1. BURGUESÍA INFECTA, BOLAS DE CEBO QUE DAN POR TIERRA CON LAS GANAS DE VIVIR EN LIBERTAD. CON SUS DESCENDENCIAS PROSTITUIDAS QUE CONNTINUARÁN LA FARSA DE VIDAS AL SERVICIO DEL VIL METAL.

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