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lunes, 1 de agosto de 2011

rescatar la lengua ladina

LOS POEMAS DE REYNALDO PÉREZ SÓ

"SOLONBRA"

En la nota preliminar que adjunta el autor a este libro destaca la dificultad que tuvo para escribir un libro en 2 versiones (el castellano estándar y el castellano en forma actual pero cuyas resonancias remiten al siglo XV) . Dice que su intención fue mantener los niveles intelectivos de los textos en el castellano estándar, pero pronto se dio cuenta que el lenguaje da un giro, lejano a lo que con el otro texto se lograba.

Se trata en estos textos de rescatar el lenguaje familiar, palabras, frases sueltas, sentimientos convertidos en el idioma particular de la familia.

En otro sentido Reynaldo Pérez Só, no sólo ha tomado experiencias, saudades de la memoria, sino que ha buscado que el lenguaje se mantenga en una poética propia de lo que hoy siente de la escritura y la misma vida.

Hasta el momento su obra ha sido parcialmente traducida al inglés, portugués, esperanto, italiano, francés, chino,...

Director y fundador de la revista Poesía, se desempeñó como Jefe del Departamento de Literatura de la Dirección de Cultura de la Universidad de Carabobo. Sus estudios ulteriores de medicina le llevaron a participar solidariamente en el programa Barrio adentro.

A continuación siguen una muestra de los poemas, en castellano estándar, de este autor.

Hay acantilados

encima donde las retamas

florecen y el mar

que rompe murmura y grita

junto a las pardelas

en tanto el sol se eleva

y apenas la luz de amanecer

y el viento se anudan

abajo están las piedras

los malpaíses la espuma

de las olas

tenemos un tiempo suave

cuando se siente el perfume de

las calas

azahares y no vengan a decir

que el día no es nuevo

que hasta el halcón se para

en la altura bien quieto sin mover

las alas

azul de cielo y montaña obscura

casi

al gris

y están los susurros de golpe

disminuyendo llegando de las

lomas del barranco

silbidos de fantasmas

en las hendiduras de los morros

euforbias tras los grajos

aquí entre los dos

tú y yo abuelo

de un lado al otro

arriba del mar donde los hombres

nacen y mueren

en pleno centro en que el padre

se queda mirando la tierra que

ahora

los dos lejanamente

venimos haciendo

* * *

Mi padre

siempre veía todas sus cosas

herrumbrosas

y vamos a limpiar decía a su

corazón

pero su tiempo

lo apuraba y de una subida a

otra subida

las cimas eran demasiado grandes

prendía fuego con leña

y hablaba pero sólo él

oía

su conversación ruginosa

que con la cortedad de su tiempo

cerró las puertas puso el pasador

arrimó la tranca y solitario en su niñez

de nuestra casa

lo vi sosegado solo con su trance

* * *

Tengo sueño y

oigo el frío río Portuguesa

arrastrando piedras

y cantos voltea el carro hacia arriba

en donde es más alta y larga la

cumbre

quiero tener deseos de mirar

hacia abajo se deslizan ya secos los

barrancos

den vueltas los caminos y

las quebradas se enhebran

hombres cansados que caminan

me veo un tanto de lado

adormitado

escuchando

mientras la enorme vida

parece irse

* * *

El hombre está solo

y la vida hace lo que puede

tras los hierros

otros hombres se apoyan mirando el

sol

el aire bueno

pero aún este hombre de aquí

está atento en que cada minuto

podría hacerse puerta y cada puerta

se hace minuto que se va yendo

ahora es ahora

y hasta la hierba recién nacida crece

asegurada

las hormigas vienen y se van

no hablemos

no creamos en el trance

si agujera y piensa que por ahí

mañana será de verde bonito

arriba luego

lo van a matar

solo mientras se quiebra

todo el silencio dura

sólo un instante

* * *

Cuántos nudos tiene la larga noche

que punza luego

cuando la mañana

lejos rompe

y yo

un hombre

arrecostado

tirado sobre el suelo

siente recuerdos de nacientes

siempre llenas y con agua casi

azul va abriendo la piedra

lentamente

mira vuelos de gavilanes

escucha voces de pueblo

de un barranco a otro

olores de peces muertos

al fondo de los acantilados

y este hombre

extraño de sí mismo

se ve regresando hacia algún

lugar

unido en donde por primera vez primera el

nudo se anuda a su única vida

* * *

@ Reynaldo Pérez Só

@ Revista El Vigía nº 6

Santa Cruz de Tenerife

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