LO DEL FISCAL
GENERAL
Hace tiempo que se espera que alguien no reconozca unas elecciones en
Europa. O que alguien haga un Lula en Europa. La degradación en la Justicia nos
acerca a todo ello
Álvaro García Ortiz durante su toma de posesión
como fiscal
general. / Ministerio
de la Presidencia
1- Se están creando itinerarios que, todo apunta a ello, ya solo pueden
conducir a un punto sumamente oscuro, o punto 9. Pero, para explicarlo, vayamos
a su génesis. En un principio fue el caso Koldo.
2- El caso nace en 2022. Estaba dentro de un pack de casos que un senador del PP llevó a Fiscalía Anticorrupción. De hecho, es el único caso al que Anticorrupción dio crédito y vidilla, presentando una querella al respecto en la AN –2023–. En 2024 se produjeron ya detenciones. Una veintena. La UCO –la GC, pero más meditada– no detuvo a Víctor de Aldama, el empresario filántropo inspirador de la trama, porque ya estaba detenido por otro caso de estafa por el ramo hidrocarburos. El caso Koldo, o Aldama, como quieran, consiste en el nacimiento de una empresa que, zas, pasa de facturar cero patatero a facturar 54M€, a través de contratos en el Ministerio de Transportes, en ADIF, en la Secretaría de Estado de Seguridad, en el Servicio Canario de Salud y en el ídem de Illes Balears, y sus respectivas comisiones. No está mal.
3- El cobro de comisiones, incluso desmesuradas, incluso insultantes, puede
ser legal. De eso viven los viajantes de comercio, como muy acertadamente
señalaba Arthur Miller. Recuerden, además, que han procedido a su cobro
diversos intelectuales determinantes en la historia de España, como el rey
emérito o el hermano de Ayuso, sin que eso haya llegado a los tribunales más
que como anécdota enojosa. En estos momentos, el caso Koldo puede ser, por todo
ello, una de estas tres cosas: a) un cobro de comisiones legal, si bien poco
decoroso, sujeto a responsabilidades políticas, pero no necesariamente
judiciales. O puede ser b) un caso delictivo de negocietes en las alturas del
Gobierno Sánchez, que afectaría a cierto número de delincuentes, que iban a su
bola. O puede ser, finalmente, c) un caso de financiación de un partido, en el
que el mangante entrega una parte del botín al partido, para que lo transforme
en estabilidad, el motor y moneda en todos los partidos. No lo sabemos. Como
recordarán de otras películas, otros escándalos de génesis similar quedaron en
a) o en b). Y otros, como el caso Gürtel, ay, uy, en c).
Es endeble todo
lo destapado, pero parece formar una atmósfera, que sería deseable, para el PP,
ampliar
4- En todo caso, el caso de la cosa no depende tanto de su tramo judicial, que
sí, como de lo que el PP pueda rascar y convertir en atmósfera, esa cosa que no
tiene que ser real, pero sí respirable. Para ello, los magos del humor PP han
procedido a mezclar el caso con 1) el caso Delcy Rodríguez, de poco tramo
legalZzzzz, pero al que se le puede hacer cantar la parrala. Con la cosa 2)
rescate de Air Europa. Y, llegados ahí, con la cosa, ya más general, 3) Begoña
Gómez, un chicle de mal sabor –la esposa del presi del Gobierno, sin título
universitario, según The Economist, regentaba un master sobre
negocietes–, que se está alargando más allá de la cuenta y de lo verosímil. Es
endeble todo lo destapado, pero parece formar, lo dicho, una atmósfera, que
sería deseable, para el PP, ampliar. Es importante saber que, para crear el
caso Begoña Gómez, ha bastado la publicación de noticias fake, y su
admisión como prueba, indicio, o aparición mariana, por parte de un juez.
Recuerden esta dinámica. Es novedosa. Y no todos los sistemas judiciales
europeos admitirían su práctica sin traer a colación palabros como
prevaricación, sanción o expulsión-de-la-carrera-judicial. De hecho, si exceptuamos
Polonia y Hungría, los sistemas judiciales europeos ofrecen polémicas –una
sentencia está abierta a eso; al cabo, consisten en una persona juzgando a
otra–, pero no despelote, no esta imposibilidad de prever lo que ocurrirá en un
tribunal, tan de por aquí abajo.
5- Recientemente, el PP ha observado hasta dónde ha llegado el caso Koldo, y
ha decidido darle otro empujoncito, a través del planteamiento de una querella
al PSOE, en la AN. Por financiación ilegal, blanqueo de capital, cohecho y
tráfico de influencias. Se trata de una querella un tanto endeble y,
nuevamente, ojo, sustentada en información ¿periodística?, publicada por medios
como The Objective –que vendría a ser como The New Yorker, pero
completamente al revés y redactada por miembros del KKK expulsados por
acalorados–. Si la querella encontrara un juez que la admitiera, sería la
reproducción del patrón fake+juez=querella-en-modo-Magia-Borrás.
Fiscalía Anticorrupción se ha opuesto a la querella. Pero la opinión de algunas
regiones del pack fiscalía, en los últimos tiempos, no suele aguar la fiesta.
Lo que nos lleva al siguiente punto y a la siguiente querella, también fruto de
la conjunción fake+jueces con hambre de gol, en este caso más grave: en
el propio TS. Se trata, ya lo habrán adivinado, de la querella, aceptada por el
TS, se dice rápido, contra el Fiscal General, algo sin precedentes, y que
explica que nos estamos adentrando en la Ignota Scitia judicial.
6- Esta sección les hablaba, antes del verano, del previsible empure del
fiscal general. Pues bien. Se ha producido. Básicamente, por revelación de
secretos –algo que a un periodista que se comió con patatas la filtración de
las declaraciones de los imputados por el pack procesista, que venían a señalar
quién lloraba y quién no, le hace gracia–. Es decir, el TS entiende que a) hubo
filtración en la nota aclarativa, emitida por el fiscal, ante un fake emitido
por la CAM/MAR –para evitar reconocer una actividad delictiva, cometida por ese
gran pensador occidental llamado novio-de-Ayuso– Se trataría, por tanto, de
otra vez la ecuación fake+juez=toma del frasco, Carrasco. O bien el TS
entiende que pudo haber otro tipo de filtración, literal, emitida, vía mail o
paloma mensajera, por el fiscal, en modo juez Peinado. En todo caso, la cosa
parece un tanto endeble.
Será difícil
hablar de guerra judicial, incluso de prevaricación, si no hay disidentes
7- Pero la endeblez, llegados a este punto, es lo menos importante. Lo
importante es que a) se ha cruzado una frontera y estamos en guerra –judicial
abierta–. A saber: b) el auto del TS está firmado por unanimidad. Es decir, la
Sala II del TS se ha cuidado muy mucho de cuidar las apariencias. Será difícil
hablar de guerra judicial, incluso de prevaricación, si no hay disidentes. La omertà,
ese deporte italiano exportado a la Península, precisa de unanimidad, de
ausencia de poseedores de otro punto de vista. ¿Recuerdan las recogidas de
firmas, los manifiestos previos a la Ley de Amnistía? Su sentido era establecer
dos bloques, y visualizar al firmante quién era el bloque débil. Y cuál es el
fuerte. Pues bien, el fuerte es c) unánime, como quería. Sobre el débil: d) la
Unión Progresista de Fiscales apoya al fiscal. Y e) la mayoría de la Junta de
Fiscales –lo que, visto lo visto, es f) un gol–. También ha sucedido algo
inopinado en todo esto. A saber: g) El fiscal, y pese a la gravedad de los
cargos, no ha dimitido. Es decir, h) confía en que la cosa no llegue a juicio.
O en que i) lo gane. Es decir, ha recogido el guante. Esto, en efecto, es un
combate explícito. Nunca visto, como dice todo el mundo. Lo que nos lleva a ver
lo que nunca se vio. Agárrense.
8- Este empure, por unanimidad, recordemos, consiste, y esto es fundamental, en
juzgar a un compañero. La palabra es esa. Es decir, consiste en juzgar a un
señor cuya esposa –si está casado; sais pas– conocen, y cuyos hijos –si
los tuviera; sais pas–, conocen también. Y consiste, por lo mismo, en
intentar condenarle. Es decir, también inhabilitarle por un tiempo, o
expulsarle, incluso. Esto es, consiste en que miembros de un alto cuerpo del
Estado pretendan dejar sin ingresos, a la deriva, a la familia de un alto
cargo. Esto es también lo nunca visto. Alude a una degradación absoluta. Los
cargos son endebles. No se explica haber llegado hasta aquí sin esa degradación
previa, que ahora ha explotado. La persona que me explica todo esto –una fuente
judicial– prosigue su argumentario. No se lo pierdan. Le he dedicado un punto,
o punto 9.
9- “Es demasiada degradación para tan poco. Es decir, esto no se explica si
solo van a por el fiscal. Creo, sinceramente, que están preparando el terror
para una pieza de caza mayor, aún más mayor, quiero decir. Van a por Sánchez”.
Han cruzado una línea. La línea del fake+juez. Es mucha línea para tan
poco. Un fiscal general sigue siendo poco para tanto deterioro y degeneración.
Es una desproporción. Que vayan a por Sánchez puede ser la explicación. Hace
tiempo que se espera que alguien no reconozca unas elecciones en Europa. O que
alguien haga un Lula en Europa. La degradación en la Justicia nos acerca, en
todo caso, a todo ello, si bien estamos, parece ser, más cerca de un Lula.
Veremos. Si todo esto no se transforma en atmósfera, habrá que continuar y profundizar
la degradación.
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