LA OTRA INVASIÓN DE
ISRAEL
La FIFA evita pronunciarse sobre la demanda de la Asociación Palestina de
Fútbol para que suspenda a los equipos israelíes y a la selección del país,
cosa que hizo con Rusia
La selección palestina de fútbol, en un partido de la Copa
de Asia 2023. / X
(@FutbolPalestine)
El fútbol no se ha quedado al margen del plan de Israel para establecerse en territorio palestino. Desde hace años, y con la inacción de la FIFA, hay varios equipos israelíes jugando competiciones nacionales de su país en asentamientos en Cisjordania que son ilegales, como ha manifestado el Derecho Internacional Humanitario. A eso hay que unir las conductas discriminatorias y el racismo que estos clubes aplican hacia el pueblo palestino, según han declarado expertos de Naciones Unidas, y por encima de todo el asesinato de jugadores palestinos, además de la destrucción de infraestructuras deportivas en Gaza tras la ocupación israelí. ¿Qué hace el máximo rector del fútbol mundial? Mirar hacia otro lado y dar largas.
La
Asociación de Fútbol Palestina (AFP) lleva años denunciando esta situación.
Hasta en cinco ocasiones lo ha hecho en el Congreso de la FIFA desde 2014 sin
lograr una solución. Su última demanda tuvo lugar en el mes de mayo, cuando en
el congreso celebrado en Bangkok solicitó la suspensión inmediata de los clubes
de fútbol israelíes y de la selección del país de las competiciones
internacionales por la complicidad de la Federación Israelí de Fútbol (IFA) con
las violaciones de los derechos humanos en territorio palestino por parte del
Estado de Israel. El órgano del fútbol palestino justificó su petición en tres
aspectos concretos: la violación del derecho internacional por la ocupación de
Gaza; el racismo y la discriminación contra deportistas palestinos en dos
clubes israelíes; y la violación de los estatutos de la FIFA por la
participación en la liga de varios clubes israelíes procedentes de
asentamientos ilegales en territorio palestino. El presidente de la AFP, Jibril
Rajoub, instó ese día a la FIFA “a ponerse en el lado bueno de la historia”.
Hay
varios equipos israelíes jugando competiciones nacionales en asentamientos
ilegales en Cisjordania
La
petición iba a ser tratada el pasado 20 de julio en una reunión extraordinaria
de la FIFA, pero finalmente se retrasó hasta el 31 de agosto, cuando ya habían
acabado los Juegos Olímpicos con la participación de la selección de fútbol de
Israel. Llegada esa fecha, el organismo volvió a retrasar la decisión hasta el
3 de octubre, cuando se reunía el Consejo de la FIFA. En vez de tomar una
resolución definitiva, lo único que ha hecho, siguiendo la recomendación de un
informe elaborado por dos expertos jurídicos “independientes” (un mediador de la
FIFA y un profesor del programa universitario del organismo), ha sido abrir dos
investigaciones: una, encargada a la Comisión de Disciplina, sobre el presunto
delito de discriminación planteado por la AFP, y otra, encomendada a la
Comisión de Gobernanza, Auditoria y Conformidad, en relación con la presencia
de equipos israelís en territorio palestino. Llama la atención que el
presidente de la FIFA, Gianni Infantino, haya declarado que el Consejo del
organismo “ha actuado con la debida diligencia en este asunto tan delicado”.
No
es la primera vez que la FIFA tiene que abordar este asunto. En 2015 ya creó un
comité especial para tratar la cuestión de los clubes israelíes que se asientan
de forma ilegal en territorios palestinos, y dos años después, ya con el actual
presidente del ente, ignoró el informe que sugería que la única opción que
gozaba de legitimidad era la de expulsar a esos clubes. De esa forma desdeña
sus propios estatutos, en cuyo artículo 4 se estipula que “cualquier
discriminación contra un país o un grupo de personas puede ser castigada con la
suspensión o expulsión”. O también el artículo 64.2, donde se lee que “las
federaciones miembros y sus clubes no podrán disputar partidos en el territorio
de otra federación miembro sin la aprobación de esta última”. Asimismo, en el
artículo 65 se fija que “las federaciones, ligas o clubes afiliados a una
federación miembro solo podrán unirse a otra federación miembro o participar en
competiciones en el territorio de esa federación miembro en circunstancias
excepcionales. En cada caso, ambas federaciones miembros, la confederación
o confederaciones correspondientes y la FIFA deberán conceder la pertinente
autorización”.
La
FIFA también ha ignorado la recomendación del relator especial de la ONU sobre
el Deporte, y la petición de 66 miembros del Parlamento Europeo, de miembros de
los parlamentos suizo y danés; de miembros la Cámara de los Comunes del Reino
Unido, de organizaciones de la sociedad civil, de aficionados y de
organizaciones no gubernamentales como Human Rights Watch para que atienda la
demanda palestina. El último requerimiento ha sido el de varios expertos de
Naciones Unidas, que piden a FIFA que “exija a los clubes israelíes que
respeten el derecho internacional”. Y en este sentido recuerda que
la Corte Internacional de Justicia declaró en julio que la ocupación
israelí de la Franja de Gaza y Cisjordania, incluida Jerusalén Este es ilegal.
En
este momento hay seis clubes israelíes jugando en asentamientos de Cisjordania,
que Israel comenzó a ocupar en 1967, arrebatando las tierras de forma ilegal a
los palestinos. Son Maccabi Ariel, Ironi Ariel, Beitar Givat Ze’ev, Beitar
Ma’aleh Adumim, Hapoel Oranit y Hapoel Bik’at Hayarden. Además, hay otros dos
que juegan en territorio de Israel pero que tienen registradas sus oficinas en
los asentamientos: el Hapoel Yerushalayim y el Ironi Elitzur Yehuda. Todos
ellos juegan en las tres categorías más bajas de las cinco que tiene la
organización de fútbol israelí. En estos asentamientos no está permitida la entrada
de ciudadanos palestinos, salvo aquellos que tengan un permiso especial de
trabajo, por lo que a los estadios de estos equipos no se permite la entrada a
ciudadanos palestinos, ni como espectadores ni como jugadores. Las facilidades
que ofrecen estos clubes para disfrutar de servicios recreativos ayudan a que
los asentamientos vayan creciendo con la llegada de más civiles israelíes a
Cisjordania. Además, en las gradas de los equipos israelíes se han escuchado en
numerosas ocasiones cánticos antiárabes.
En
este momento hay seis clubes israelíes jugando en asentamientos de Cisjordania
La
AFP también ha documentado la muerte de centenares de futbolistas palestinos
(193 en el último año), la detención y tortura de muchos otros, la retirada
forzosa de algunos tras ser disparados en las piernas, la denegación de
permisos de circulación y la destrucción de varios estadios. Al mismo tiempo ha
denunciado que varios jugadores de la selección de fútbol israelí son miembros
de las fuerzas armadas y tiene documentados los casos de ocho futbolistas que
apoyaron públicamente la invasión a Gaza en sus redes sociales. Uno de ellos
incluso pidió “lanzar 200.000 toneladas de bombas y borrar Gaza de forma
permanente”. Hace unos días, el secretario general de la AFP, Abu Hilal, fue
detenido por unas horas por fuerzas militares israelíes mientras viajaba para
unirse a la selección palestina en un partido de clasificación para la Copa del
Mundo, un hecho que se ha repetido en otras ocasiones.
Llama
la atención el modo de comportarse de la FIFA en este tema, demorando una
decisión a la espera de un acuerdo de paz en la zona, cuando ha actuado de
distinta manera en otras situaciones de características similares. Cuando Rusia
invadió Ucrania, suspendió tanto a los clubes como a la selección rusa de todas
las competiciones oficiales. Tampoco reconoce las asociaciones de fútbol de la
República Turca del Norte de Chipre y de Crimea, por razones semejantes. ¿Qué
provoca la demora en este caso? Infantino tendrá la respuesta, quizá relacionada
con la intención de no incomodar al gran aliado de Israel, Estados Unidos, y su
capacidad de financiar eventos futbolísticos. No debemos olvidar, como ha
recordado estos días la jefa del departamento legal de la Asociación Palestina
de Fútbol, Katarina Pijetlovic, que tras ser elegido en 2016 como presidente de
la FIFA, la Asociación de Fútbol de Israel celebró su elección “porque es un
amigo de Israel”. Y también manifestó que “mientras siga siendo presidente,
será muy difícil sancionar a Israel”.
Estas
declaraciones van en la línea de lo expresado por la jefa de comunicación de la
Federación Israelí de Fútbol, Shlomi Barzell, tras la última decisión de la
FIFA: “Quien fantaseaba con la suspensión del fútbol israelí del ámbito
internacional o con sanciones mediante mentiras y acusaciones falsas, ha
sufrido una derrota”. En estas circunstancias, a los responsables del fútbol
palestino solo les queda elevar la voz para transmitir su desesperanza, como
hace Pijetlovic: “La decisión de FIFA refleja una grave injusticia. ¿Tendremos
que soportar otros dos años, similares a las experiencias de 2015-2017, solo
para que se ignoren las recomendaciones? ¿Por qué disfrazarlo?”.
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